Capitulo 13

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O-H-M-Y-G-O-D! ¿ESCUCHASTE ESO?

Daniela me hunde bajo el jacuzzi, me ahoga mientras sigo gritando bajo la superficie. Se nota por las burbujas y el eco que dejo.

Al fin respiro. No puedo creerlo, estoy en shock. Todo pasó muy rápido. Ni me importó que me intentara matar ahogada. ¿Qué acaba de pasar?

―¡HABLAN ESPAÑOL! ―con voz chillona le grito a Dani en su oído.

―¡Ya sé! ¡Ya sé! ¡Qué felicidad! ―brinca conmigo―. Pero cálmate que se darán cuenta. Respira, respira ―hace respiraciones como embarazada a punto de dar a luz.

Yo solo sonrío como un perro feliz con su galleta.

―¿Dijo alberca? ¿En qué país dicen alberca? ¿Eso es piscina, no? ―analizo el acento.

Los demás me observan sin entender qué ocurre. Nada más Andrés tiene una idea de lo que pasa y se nota en su expresión.

Dani y yo no paramos de sonreír. Todavía pego brinquitos dentro del agua, como niña pequeña.

¡Qué ganas! Casi pierdo la esperanza, pero esto la regresó. Llevaba mucho tiempo sin estar así de alegre. Jamás imaginé que esto podría tomar un giro tan drástico.

No podemos dejar de verlos, sobre todo, a mi hombre.

Es demasiado bello.

Sonará ridículo, pero siento que me abrió una puerta que se cerró ayer, aunque parece que estuvo cerrada por años.

El "no ruso" y su acompañante salen del jacuzzi, caminan en dirección hacia la piscina. Nado hasta las escaleras del jacuzzi. Lo detallo mientras va a la piscina. Es que hasta camina con seguridad. ¡Qué sexy!

Una vez en la piscina da un clavado espectacular. Veinte puntos.

―¡Vamos, por favor! ―exclamo a Dani con un pie en las escaleras.

Juré que se negaría. Mi buena amiga se levanta y me acompaña. Mientras cambiamos de rumbo, Andrés se ríe y exclama:

―¡Ustedes no pierden el tiempo! ―otro más que tiene razón.

Nuestros amigos se extrañan sin saber qué sucede. Andrés les cambia el tema y siguen en lo suyo, contando más chistes.

Nos sentamos al borde de la piscina con los pies dentro para refrescarnos y vigilar el panorama.

Contemplamos al "no ruso" mientras nada sin darse cuenta de nuestra presencia. Está a pocos metros de nosotras.

—¿Qué digo? ¿Cómo llamo su atención?

Reflexionamos sobre qué decir para presentarnos, una buena excusa, pero nada nos viene a la cabeza.

—¡Ya sé! Le voy a gritar. Le decimos que venga y listo. Problema resuelto.

Daniela se pone nerviosa y duda sobre lo que estamos haciendo o, mejor dicho, lo que estoy a punto de hacer.

―¡OK! ¡Ahí voy! Uno, dos, ... ―Daniela me frena con su mano tapando mi boca.

―Seguramente va a estar en The Fuel esta noche, chama. No hay apuro. Todos irán. Anoche estuvo ahí, así que seguramente hoy también.

―No, chama. Es ahora o nunca. Luego se le acerca otra y me quedo sin "ruso" ―me niego a dejar de intentarlo ahora mismo.

―Va a ser más fácil conocerlo en la discoteca, te lo aseguro. Ahí te puedes inventar mil ideas.

―¡Ay, ya! No seas nula. Tú solo observa. ¡HEY! ¡HEY! ¡TÚ! ―grito sin pensarlo dos veces, para no arrepentirme.

Un Crucero, tú y yo... ¡Piénsalo! [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora