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"Porque nunca diste una señal de advertencia"- Exile, Taylor Swift
Lily estaba sentada en la biblioteca escribiéndole una carta a su padre como cada semana, ya que prometió que lo haría, al finalizar cierra la carta y se lo entrega al mensajero que lo enviaría ese mismo día.
La rubia tiene profundas ojeras y parece incluso media dormida, pero por las noches no ha dormido con tranquilidad, sobre todo después de descubrir que su flamante nuevo esposo salía cada tarde a un pueblo vecino a visitar quizás una de sus tantas queridas. Para volver a la mañana siguiente, cuando él llegaba ella recién podía conciliar una o dos horas de sueño.
Lily estaba segura de que no era una chica que pasara la mayor parte del día buscando un príncipe azul, solo le gustaría que Sebastian mostrara el menor interés en siquiera seguir una conversación, pero el parecía más atraído a otro tipo de compañía femenina.
Aun así, agradecía que no se estuviera revolcando con una de las chicas de servicio, estaba seguro de que cualquiera de ellas parecía dispuesta a estar con su esposo por como lo miraban. Gruñe molesta, estaba enojada consigo misma por leer una de las historias románticas de su hermana. Seguro que por ello tenía esas ideas tan tontas.
- Lady Stan- dice la ama de llaves entrando al lugar con una pequeña libreta- su esposo me dijo que debíamos revisar el menú
- ¿Sí?
- Claro, hoy llegan los invitados- explica la mujer sonrojada- y que por favor no pusiéramos tanta comida como si fuera una maldita fiesta todo el tiempo, ni nada de lo que la cocinera francesa creyera adecuado.
Lily frunce el entrecejo, pero aun así afirma moviendo su cabeza de arriba abajo, luego de elegir platos más típicos ingleses, solicitar que las habitaciones estuvieran impecables queda nuevamente sola, pasea gran parte del tiempo en la biblioteca eligiendo algún libro, pero ninguno parecía elegible, al final decide salir a caminar por el segundo piso viendo que todo estuviera perfecto, ve al ayudante de Sebastian que baja la cabeza al verla como si ella fuera un demonio.
- Jess- llama la chica rubia al ayudante de cámara.
- Lady Stan- susurra el chico con la mirada baja
- ¿Dónde esta mi esposo?
- Salió lady- responde el – como cada día
- Muy bien, puedes decirle que cuando vuelva que el mismo se haga cargo del menú si no le aparece apropiado
- Como usted ordene- explica el chico alejándose de allí lo más rápido que puede
Lily vuelve a entrar a la biblioteca lo más rápido que puede cerrando tras de ella, camina al estante tomando un libro lanzándolo al piso dando un fuerte grito molesta, agradecía que nadie la viera en esa pérdida de cordura.
