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"Todo lo que teníamos, se ha ido"- Impossible, James Arthur.
Lily no podía creerlo, incluso casi una semana de la noticia no podía creer que estaba esperando un hijo, un hijo con Sebastian. Estaba feliz, pero a la vez aterrada, no quería ser una mala madre alguien que dañaba a su futuro hijo.
Georgeta estaba junto a ella en todo momento, dándole todos los consejos que cualquier madre le daría a su hija embarazada.
Aquella noche habían decidido ir al teatro, varias personas de la sociedad la miraban y hacían una pequeña reverencia cuando pasaba a pesar de ya no poseer un título. La chica no se había encontrado con su padre o hermana, les había enviado una carta, pero al no tener respuesta decidió no insistir.
- Lady Lily- escucha la chica una voz infantil inconfundible
Lily gira encontrándose al Conde Cavill con sus dos hijas, Sadie de catorce años y Elle su hermana de solo cinco años. Lily les sonrie a ambas niñas haciendo una pequeña reverencia.
- Buenas noches Lady Sadie, Lady Elle ¿Cómo están? Están mucho más grandes y hermosas
- Muy bien señorita Lily, muchas gracias por sus palabras - responde Sadie sonriendo educadamente, aunque lamentablemente esa educación solo se la mostraban a la chica rubia frente a ella.
- Te extrañamos Lily- susurra la más pequeña con su pulgar en su boca sin soltar la mano de su padre.
- Supimos que te casaste- sonrie Sadie- felicitaciones
- Gracias, cariño- responde ella – Conde
- Lady Stan- responde Henry saludando a ambas damas- no esperaba verlas en el teatro
- Llegamos hace unos días a Londres y queríamos respirar un poco de aire fresco- explica Georgeta.
El conde Henry sonrie asintiendo.
- Debemos irnos antes que comience- dice Georgeta viendo a Lily
- Claro- sonrie Lily- pueden ir a verme cuando deseen señoritas y claro usted conde – dice con cordialidad
- El vizconde desea verte Lily- dice de repente Henry viéndola
La madre de Sebastian se tensa al escuchar el nombre del hombre que rompió su corazón. Desde hace casi treinta y cinco años no veía al hombre que arruino su reputación. No podía creer que haría un hombre como el con una chica tan dulce como Lily. De solo pensarlo su estomago se revolvía.
- Mañana puedo ir a verlo – sonrie Lily viéndolo – dele esa respuesta de mi parte Conde, si no le molesta
- Claro que no Lady
- ¿Y podemos jugar? - susurra la pequeña Elle viéndola- tengo muñecas nuevas
- Claro que si cariño-responde Lily sonriendo – que tenga una buena noche
