Veintidós.
"Esta noche perdí mi fe "- Face my fears, Isak Danielson
Sebastian no dejaba de dar ordenas apenas llegan a la mansión, afortunadamente pudo subir a Lily a su habitación antes que llegara el médico. Su esposa estaba cada vez más pálida y no podía dejar de temblar de frio.
El hombre no podía evitar moverse de un lado a otro, maldijo a Florence, maldijo a la madre de su esposa, se maldijo hasta el mismo. Quemo en la chimenea los documentos que le entrego Emma. Aun así, la ira parecía incapaz de abandonar su cuerpo. Sentía que no podía respirar.
- Coronel- llama la doncella- el doctor quiere hablar con usted
Sebastian asiente viendo el fuego de la chimenea, se había sacado su chaqueta, abierto su camisa y su cabello era un desastre de todas las veces que pasos sus manos por él. Aun así, camina rápidamente con ayuda de su bastón hasta la habitación de su esposa la cual estaba mirando hacia la pared.
- Su esposa y él bebe están bien- dice el medico suavemente- pero su embarazo es de alto riesgo, no puede abandonar la cama, debe quedarse descansando, comiendo bien, si alteraciones cualquier ...
- Entiendo- responde el cortando la conversación
- Vendré a revisarla... en caso de que vuelva a sangrar será mejor que la lleve al hospital
- Gracias- responde cortante
El medico solo asiente saliendo, dejándolos solo, Sebastian se acerca a Lily recostándose a su lado abrazándola despacio mientras acaricia su brazo. Su esposa lo mira con sus pestañas húmedas.
- No quiero perderlo
- No lo harás - asegura el
- ¿Cómo lo sabes?
- Has sufrido muchas cosas y aun así estas de pie- sonrie viéndola- y si llegara a pasarle algo al bebe, estaremos bien. Lo prometo, no te dejare en ningún momento Lily
- ¿Lo prometes?
- Lo juro por mi vida- responde besando su mano
Lily asiente viéndolo, el besa sus labios suavemente abrazándola.
- ¿Puedes quedarte conmigo esta noche?
- Esta y todas las que quieras- responde el
Los siguientes días son tortuosos para Lily, hacia lo que fuera que estuviera en sus manos para conservar al bebe, obedeciendo cada instrucción médica, cualquier cosa que diría sus sirvientas, finalmente casi dos meses después cuando ya tenia cerca cinco de embarazo pudo abandonar la cama.
En todo ese tiempo, ni ella ni Sebastian habían salido de la casa, todos los días estaba a su lado ayudándola a peinarse, bañarse, llevándole su desayuno e incluso abrazándola cuando ella solo podía llorar. Demasiado agotada con sus emociones.
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La esposa del coronel Stan | Sebastian Stan.
Historical Fiction¿El seria lo suficientemente cruel para romper el corazón de su joven e inocente esposa?