Capítulo 13: Reina de Piratas.

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Encallaron en la ya tan conocida Isla Tortuga. La misma isla donde por primera vez se conocieron Nicolás y Antonella, aunque este no había sido un gran comienzo, ni siquiera en el día de su boda con su amigo Luciano. Todos, incluida la tripulación, hicieron su camino hasta el lugar donde se haría la reunión y en donde asistirían además de ellos otros líderes piratas de la zona. Sorprendentemente, el rumor de la heredera de Gorka y el casamiento entre los jovenes ya había llegado a los oídos de los presentes. Todos no dejaban de hablar al mismo tiempo.

—¿Cómo podemos estar seguro de que ella es la hija perdida de Dante?— preguntó uno, el que no paraba de ofender a la nueva reina.

—No es perdida, la pequeña Antonella de Gorka murió en ese incendio— decía uno mucho más viejo.

—Yo no pude estar de acuerdo con un rey tan joven, ahora imagina una impostora, una niña que se cree reina.

—¡Si, eso es lo que es, una impostora ¿como le pudo creer esa historia rey Nicolás?— preguntaba el mismo anciano.

—Es verdad, ella es Antonella de Gorka aunque ustedes no lo crean— decía su esposo, defendiendo a la callada Antonella quien había estado así desde que estos piratas la vieron.

—Yo quiero pruebas, algo que demuestre que esa niña de tierras dice la verdad— volvió a hablar el de los insultos

—¡¿Que más pruebas de que es mi hija?!— salió de la nada Beatriz que hasta ahora permanecía oculta.

—¿¡Es Beatriz?!, ¿el tesoro de Gorka?— no lo podía creer otro de los presentes.

—La misma, y esta joven a mi lado es mi hija, la hija de Dante— Beatriz se puso al lado de Antonella para demostrar el parecido. Todos se callaron finalmente —No puedo creer que duden de algo así, de alguien que dice la verdad ¿no les vasto con la prueba del medallón?

—Ese medallón lo pudo obtener cualquiera y decir que es hijo de nuestro antiguo rey.

—Pero no es así. La chica a mi lado es la verdadera portadora del medallón y por lo tanto la heredera de su rey muerto— volvió a hablar la pirata retirada.

—Esa historia que nos han contado es difícil de creer pero se que dicen la verdad, solo de verte Beatriz, que hasta ahora te creíamos muerta— comentó el más anciano

—Gracias. Y gracias a todos por haber venido hasta acá— terminó para que su hija Antonella expresara algunas palabras.

—Se que...es difícil de creer que sea yo la hija de Dante de Gorka. Pero no les miento, es la más pura verdad, soy su hija. Y se que resulta difícil para algunos aceptar la situación, de que soy ahora su reina. Pero prometo que honraré el nombre de mi padre siendo la mejor y cumpliendo con mi papel de la mejor manera— paró unos segundos cuando todos le prestaron la mayor atención —Y creanme cuando les digo que quiciera que mi padre estuviera vivo y a mi lado hoy para poder reafirmar todo está historia— un silencio hizo eco en el lugar hasta que un par de manos resonaron en aplausos, seguida de los demás.

—¡VIVA LA REINA ANTONELLA!

—¡VIVA GORKA!

Ella sonrió entusiasmada y se abrazó a su esposo viendo como de bien había salido todo. Pero había un problema mayor que había que tratar. Parte de las tripulaciones se había retirado dejando solo en la sala a los capitanes y a los tres temibles

—Ahora que es reina, debes asumir el papel como tal, en especial con esa tonta Armada— uno de los presentes planteó un problema

—No creo que la Armada sea algo de importancia. No tenemos por qué  acercarnos a sus tierras— mencionó Antonella sin ninguna ayuda de sus amigos.

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