Me aferre a su brazo con todas mis fuerzas, impidiendo que casi pudiera mover la maleta.
—Tranquila, vamos a hablar todos los días, ¿vale? Vendrás a verme en navidad y yo vendré a la siguiente — dijo con tono suave y dulce.
—No sabes lo mucho que voy a echarte de menos — dije en casi llanto.
Plantó un suave beso en mis labios.
—Escúchame, no quiero que mi última imagen de ti hasta dentro de unos meses sea con lágrimas. Nada va a cambiar, yo seguiré siendo tu envidiablemente atractivo novio que te sacaba de quicio, pero que te vuelve loca y con el que tienes el grandísimo privilegio de estar —comentó con tono fanfarrón, quitando una lágrima que había corrido por mi mejilla.
No sonreír ante sus palabras me fue imposible y es que él sabe muy bien como robarme una sonrisa. Este fue el mejor verano de mi vida, intente pasar muchísimo tiempo con él, fui de vacaciones con su familia a una de sus casas privadas en Ibiza y fue un paraíso y una gran experiencia para mí.
Despertar a su lado todos los días, las horas tumbados abrazados en la arena, los atardeceres, las aventuras. Todos esos momentos tenían un cronometro que llegó a cero. El momento en el que empezamos la universidad y nos tenemos que separar. Jackson empezará derecho en una prestigiosa universidad en China y yo estudios empresariales en Harvard, este eterno verano ha llegado a su fin.
—Y yo seguiré siendo tu maravillosa novia por la que debes estar agradecido todos los días de tu vida, pues conseguí que te enfocarás en una relación.
Depositó otro suave beso en mis labios.
—No sabes lo mucho que voy a echarte de menos.
—No quiero que te vayas, te necesito — murmuré.
—Esto nos va a poner a prueba, pero va a salir todo bien, de eso estoy seguro. Además, eres Angie, esa chica que me dejó plantado con el calentón la primera vez que intente seducirte, la chica que salió en mi defensa ante mi padre; eres fuerte... somos fuertes, podemos con esto y mucho más.
Pensar en todo lo que hemos vivido me da nostalgia. En un principio odiaba a Jackson, mi amor platónico era Mark, mis flirteos con los chicos, más momentos con Jackson, me di cuenta que me gustaba, la entrada de Erika, mis celos, sus celos... ese año fue el más especial en mi vida, como una montaña rusa a toda velocidad con sus altos y bajos. Sé que echaré de menos todo en la universidad, los cotilleos con las chicas, poner verde a Erika, quejarme de Jackson, lanzar miradas furtivas; realmente no lo había pensado en la graduación por estar ocupada en mi agujero negro, pero ahora la realidad parecía estar dándome bofetadas a cada segundo.
—Lo sé, solo que aún no proceso todo — murmure.
Llamaron para su vuelo y en ese instante me dedico una sonrisa triste. En el fondo el intentaba no soltar alguna lágrima. Rodeé su cuello con mis brazos y fundí mis labios en los suyos, tomando su sabor por última vez. Se apartó lentamente, tomó su maleta y cruzó hasta la puerta de embarque.
Las lágrimas volvieron a rodas por mis mejillas, le voy a echar demasiado de menos, pero esto es mejor que estar sin él. Dylan apareció detrás de mí y me tocó el hombro.
—Tranquila, pasaran un par de meses para estar juntos de nuevo — me susurró.
—Me niego a aceptar que este año ha acabado, es como si fuera algo irreal todo lo que hemos vivido.
—Ahora comienza un ciclo nuevo, maravilloso y con nuevas experiencias.
Le sonreí levemente y asentí.
— ¿Quiere que vayamos a tomar un helado? — Sugirió.
Volví a asentir y salimos del aeropuerto abrazados.
Esto no es el final, sino el inicio de algo nuevo que será perfecto con él a mi lado.
FIN
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Esa virgen es mía |Jackson Wang|
Teen FictionAl empezar la secundaria, los chicos descubrieron algo fascinante en una clase de biología, esto es introducir cierta parte de su cuerpo en el nuestro. Descubrieron el placer y desde entonces les gusta introducir su símbolo de poderío y dominación e...