—Detesto que hablen del baile cuando tenemos exámenes la semana entrante. Ya a nadie le parece importar nada más que ese maldito baile — mascullé.
—Angie, no pretendas ser el Grinch de los bailes de graduación — replicó Anna —. Lo correcto que debes hacer es olvidar a Jack... — Lizzy corrió a cubrir su boca antes de poder decir su nombre.
—Recuerda la última vez que lo nombramos — los ojos de Anna se agrandaron y luego asintió asustado.
—No exageren, solo fue un lapsus — me defendí.
Me miraron como si me hubieran salido dos cabezas más en mis hombros. Tan solo Mary lo nombró y me puse a llorar echa bolita en el suelo.
— ¿Lapsus? Angie, lloraste tanto que pudiste haber llenado una piscina entera para adultos.
Elizabeth negó con la cabeza.
—Escucha, ellas no entienden lo que estás pasando, pero yo sí. Estate tranquila, ¿sí? Que le jodan al innombrable.
—Liz, esto no es Harry Potter y él no es Voldemort, no exageres — comentó Anna.
—Aish, por supuesto que no — contestó ella —. Sin embargo, Voldemort es un corderito al lado de esa basura.
Llevaba un mes sin hablar con él. Luego de ese día en el que creí que me iba a declarar su amor o si quiera iba anticiparse a invitarme al baile, lo que hizo fue tomar mi corazón, arrugarlo como un papel, comerlo, escupirlo, pisarlo y luego tirarlo a la basura.
Ha intentado acercarse para hablar normalmente, pero le ignoraba o en cuanto tuviera oportunidad le tiraba un vaso de agua encima. Solo lo intentó tres veces y luego me dejo sola, se rindió así nada más.
Mientras tanto, el baile de primavera estaba a la vuelta de la esquina, todos estaban emocionados pensando en su posible pareja para este, lo que se pondrán o lo que harán y yo... yo me limitaré a comer helado ese día pensando solo en él.
No puedo engañar a nadie, me enamoré profundamente de él y lo único que ha hecho en menos de un año ha sido pisotearme y jugar conmigo. Por supuesto no pretendo ser la tonta de la película que se echara a sus brazos ignorando todo lo malo que ha hecho... a menos que todo eso que me hizo sea su forma de expresar los sentimientos que tiene por mí... sentimientos que solo existen en mi imaginación y que confirme al saber que planea invitar a la idiota de Erika al baile. Si tan solo tuviera la oportunidad de amordazarla y meterla en un envase de ácido sulfúrico, nítrico y clorhídrico; sí, los tres ácidos juntos a ver si se le quita lo idiota.
En cuanto intento olvidarle, más se adentra en mí y tengo sus ojos clavados como dagas en mi mente día y noche. Simplemente le doy vueltas a todo lo que hemos hecho juntos y lo que pudo haber sido si él no hubiera jugado de esa forma conmigo.
—Angie, hay muchos chicos en el mundo, no merece la pena perder la cabeza por un idiota cualquiera como ese — comentó Mary.
Ese es el problema, él no es cualquier idiota, es Él idiota.
—Mary, no es fácil. Créeme que me encantaría que las cosas fueran diferentes, pero no depende de mí que sea así.
— ¿De qué manera te gustaría que fueran? — La voz a mi espalda solo con escucharla hacía que perdiera cualquier control en mí, pero no ahora o mañana, ya no más.
—De ninguna. Te he dicho que no te quería cerca de mí — contesté cortante sin darme la vuelta porque sabía que si le veía, podría echarme a llorar.
—Necesito saber qué es lo que te enfada tanto.
Bufé y entorné los ojos, decidí darme la vuelta para enfrentarle.
—Creo que no eres lo suficientemente listo, Wang — repliqué y guardó silencio, solo se limitó a mirarme —. Te lo repetiré una vez más, no te quiero cerca de mí, te quiero lejos, si es posible toma un vuelo de regreso a China si te da la gana. No consentiré que vuelvas a hacerme daño a diestra y siniestra.
—Angie, yo...
— ¿¡Qué parte no entiendes de lo que te dije!? ¿¡Quieres que lo haga en chino!? ¡Fuera de mi vista! ¡Deja de jugar conmigo!
Arrugó el entrecejo y resopló.
— ¿Jugar contigo? Eres tú quien se divierte teniendo su mirada clavada en mi nuca.
Mis amigas solo estaban allí mirando en completo silencio y comenzábamos a llamar la atención en pleno pasillo.
—Tienes problemas, tu gran ego no te permite ver las cosas.
—Eres como una pequeña vocecilla que no puedo sacar de mi cabeza y no me deja tranquilo ni por un instante.
Enarque una ceja.
—Podría importarme menos tu estabilidad psicológica o si comienzas a tener indicios de esquizofrenia — le di la espalda dispuesta a marcharme.
—Pensaba que eras más lista — le escuche decir con tono decepcionante.
Me di la vuelta dispuesta a mirarle e intentar descifrar en lo que acababa de decir, pero Erika llegó por detrás abrazando el brazo de Jackson, quién se soltó de su agarre con amargura y se marchó.
—Qué fuerte lo que acaba de decir — comentó Mary.
—No ha dicho nada — replique.
—Un burro hablando de orejas — suspiró —. Jackson acaba de decirte que no puede sacarte de su cabeza, es decir, no puede dejar de pensar en ti.
No había caído. Y si... no, otra vez no. No caeré en las ilusiones otra vez, lo he hecho varias veces y todo termina mal. Me abstuve de siquiera pensar en la pequeñas posibilidades o esperanzas que se encontraban en lo más profundo de mi corazón roto.
—Tranquila, vamos a comer helado y ver las películas de Chris Evans — dijo Liz pasando su brazo por encima de mi hombro.
Todas asintieron y antes de que pudiéramos dirigirnos a la puerta de entrada del edificio, Mark se atravesó frente a nosotras... bueno, frente a mí.
—Disculpa, Angie, pero, ¿te encuentras bien? — Habló con tono preocupado.
—No es un buen momento, Mark Tuan — salió Mary a la defensiva.
—Solo quería preguntar si Angie quería ir al baile conmigo.
En otro momento me hubiera emocionado que Mark me invitara al baile, pero solo quería ir con Jackson, quien solo irá con Erika. Considerando todo, tampoco planeaba estar toda esa noche llorando por él, así que musite un sí con desanimo. Él se alegró, se acercó para besar mi mejilla y se fue sonriente.
—Necesito al Capitán América — murmuré.
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Esa virgen es mía |Jackson Wang|
Ficção AdolescenteAl empezar la secundaria, los chicos descubrieron algo fascinante en una clase de biología, esto es introducir cierta parte de su cuerpo en el nuestro. Descubrieron el placer y desde entonces les gusta introducir su símbolo de poderío y dominación e...