𝙋𝙧𝙤𝙗𝙡𝙚𝙢𝙨 » 𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧𝙛𝙖𝙡𝙘𝙤𝙣 / 𝘽𝙖𝙧𝙤́𝙣𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧

𝟸

¿Estás bien?

La pregunta era simple, pero de tantas veces que Sam la formuló, era algo que Bucky esperaba, del mismo modo que un chico espera que una chica bonita lo vea en una multitud y le sonría. Esperar la pregunta y finalmente escucharla le daba a Bucky una especie de alegría y confusión extraña. Aunque intentaba no pensar en eso seguido.

A veces no sabía bien como reaccionar. Unas veces susurraba "sí", otras veces asentía, y a veces solo se miraban y notaba a Sam preocupado. Nunca ningún hombre en Hydra lo había mirado así. Excepto tal vez por Rumlow, pero esa era otra historia.

En ese momento en el bar de Madripoor, Bucky estaba siendo atravesado por emociones opuestas. Por un lado, le gustaba el modo en que Sam podía ver su lado humano y se preocupaba por su bien estar. Por otra parte, quería agradecerle a Zemo porque lo usara como la máquina que era de nuevo. Eso lo hacía sentir tan bien, de un modo extraño que no quería averiguar mientras tiraba personas por los aires. Desde el Blip se encontraba tan perdido que rogó por qué alguien lo active y le de un propósito una vez más, ahora la sensación de satisfacción era confusa. Pero le gustaba.

Cuando terminó con el último hombre aplastado en la mesa, oyó a Zemo decirle "Buen trabajo, soldado" y casi se pone a llorar allí mismo. ¡Cuánto había anhelando esas palabras, cuánto bien le trajo oírlas de nuevo! Sus mejillas estaban encendidas y se sentía vivo por primera vez en mucho tiempo.

Él podía con todo. Pero no había sentido eso si no fuera por Zemo y el modo en que le dijo que hizo un buen trabajo.

La sensación de golpear a alguien en Madripoor no se sentía tan mal. Todos eran malos, no eran inocentes como en sus pesadillas y por primera vez no estaba siendo obligado a matar, tenía con él sus recuerdos y su identidad, y un controlador que respetaba límites porque le tenía miedo. Era una situación de poder que no había experimentado antes.

Trataba de convencerse de que eso era maravilloso, pero por más que lo intentara, ya no pertenecía a su pasado y pensar en él mismo como el Soldado del Invierno solo le producía repulsión.

—Muy bien hecho, Soldado del Invierno. Tan preciso y fuerte como te recordaba —se regordeó en ruso Zemo, apretando el lado posterior del cuello de Bucky mientras caminaban. Finalmente fueron autorizados a pasar a ver a Selby.

Al escuchar eso las piernas de Bucky tambalearon y casi tropieza. Por reflejo tomó el abrigo de Zemo con su brazo de carne y hueso y rápidamente se estabilizó.

—¿Qué fue eso? Vas a arruinarlo todo, compórtate —susurró Zemo. Su corazón latía alborotado, y de alguna manera todavía pensaba que su "amo" podría castigarlo.

—Me siento mareado —dijo, con vergüenza, buscando a Sam con la mirada porque era lo que necesitaba en ese momento.

Estaba seguro de que no era por el esfuerzo que implicó el combate cuerpo a cuerpo, sino que eran sus emociones. Siempre eran sus emociones. Su cabeza estaba dando vueltas el tema más de lo necesario. De nuevo era tan inestable, que tal vez ahora entendía que en el fondo siempre fue muy sentimental y los rusos tenían razón: era su mayor debilidad. Y sonaría como una víctima sin remedio si dijera sus pensamientos en voz alta, pero... Quizá le faltaba un lavado de cabeza y meterse de nuevo en una cámara criogénica. Porque al final del día, sin Steve, su padres, sus hermanos u otros amigos, ¿qué más era sino el despiadado Soldado del Invierno?