𝟺

1.3K 202 236
                                    


Al día siguiente, Barnes despertó renovado. El dolor pesumbroso de su cabeza, que lo molestaba todas las mañanas por la falta de sueño, ya no existía. Tampoco había tenido pesadilla alguna, estaba completamente descansado y relajado. De hecho, durmió como no lo hizo en años.

Sin embargo, se sorprendió a sí mismo abrazando —o mejor dicho— asfixiando a Zemo con sus brazos alrededor de su cintura. Él también dormía tranquilamente, sus rostros estaban peligrosamente cerca uno del otro, pero Sam estaba ahí, mirándolos con cara de pocos amigos a un lado de la cama.

—¿Quiso escaparse que lo tienes tan apretado entre tus brazos o qué?

Rápidamente lo soltó y se sentó en la cama. Zemo resintió la falta de sus brazos y comenzó a desperezarse.

—¿Qué hora es?

—Es tarde —dijo Sam arrojándole su chaqueta.

—Nos hubieras despertado.

—Te veías muy cómodo, no quería molestar —refunfuñó Falcon.

—¿En serio Sam? ¿No esperarás siquiera a que despierte?

—Parecen un maldito matrimonio jodido, ¿ya probaron ir a terapia? —dijo Zemo, cubriéndose la cara con una almohada.

—Aunque no lo creas, sí —masculló Sam.

—Y alguien amenazó con abandonarme —completó Bucky, igualmente enojado, quitando las esposas para guardarlas.

Zemo le sonrió de un modo muy cálido cuando fue liberado, no dejaba de mirarlo con esa cara de... Bucky ni siquiera sabía qué palabra usar. Se sentía un poco incómodo, pero ¿y Sam? El reproche en su cara era evidente, pero ¿por qué?

—Voy a ducharme —dijo Bucky luego de un momento. A pesar del clima fresco, sudó en la noche y comenzaba a molestarle.

—¡Maquíllate si quieres, no hay problema! —dijo Falcon, mirando su reloj.

—Déjalo en paz, saldrá en menos de dos minutos —murmuró Zemo, poniéndose los pantalones.

Y a pesar de la mirada de odio que Sam le dirigió, no le dijo nada y dejó que se vistiera. Sharon apareció luego de un rato.

—Buenos días. ¿Quieren café, muchachos? —dijo la rubia en la puerta de la habitación.

—¡Sharon! —dijo Zemo con evidente alegría—. Sí, por favor. Uno negro con dos de azúcar.

—Oh —murmuró ella. Ni soñando iba a servirle. Él era la razón por la que ella estaba lejos de casa ahora—. Me refería que hay una cafetera abajo. También traje toallas.

—Paso. Pero gracias por estas —dijo Wilson, tomándolas y dirigiéndose al baño.

—Yo lo prepararé —dijo felizmente el sokoviano.

—Oye, ¿y tu mascota? —preguntó la rubia.

—Arreglándose. Será mejor que le prepare algo de desayunar —dijo riendo.

—Te ves... de muy buen humor hoy —Sharon pareció extrañada por ello. Zemo echó una risita, que ella no podía describir si era felicidad o burla.

—Debo admitir que no dormí mucho, pero... esa cama fue, ciertamente, un paraíso. Gracias por la hospitalidad, Sharon.

La chica frunció el ceño, sin entender del todo pero aborreciendo completamente a su invitado.

Por otro lado, Bucky se había encontrado particularmente pegajoso al quitarse la ropa. Mientras se duchaba pensó en el beso de Zemo y a pesar de intentarlo, no podía recordar qué fue lo que le dijo después de eso. Todavía se preguntaba porque él, quien había odiado tanto ser controlado por los comunistas, adoró que Zemo le diera órdenes en ruso y le haya coqueteado también.

𝙋𝙧𝙤𝙗𝙡𝙚𝙢𝙨 » 𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧𝙛𝙖𝙡𝙘𝙤𝙣 / 𝘽𝙖𝙧𝙤́𝙣𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora