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—¿Ves a esos hombres de ahí? Son... —titubeó Zemo, viendo a los dos abrazados—. Son muy malos. No confíes en ellos.

—Él no lo parece. Se ve triste —dijo la niña, apuntando a Bucky.

—Donya es nuestro secretito, ¿ok? —dijo, intentando sonar gentil aún, la niña asintió.

Luego de un rato, todos estaban en el lugar donde se hospedaban. Bucky se veía más calmado, del mismo modo que Sam tenía otra perspectiva acerca de Karli Morgenthau.

—¿En serio crees que su fin justifica sus medios? Entonces no es diferente de él —apuntó a Helmut—, u otros a los que combatimos.

—Ella es diferente, no la motivan las mismas cosas —murmuró Sam.

Zemo quiso compartir su opinión, junto al té que él mismo había preparado, pero en cuanto apoyó la bandeja en el living y vio a Barnes, pensó dos veces sus palabras. Estaba seguro de que iniciar una conversación con ambos no sería nada fácil luego de lo ocurrido.

—Y esa niña... ¿qué te dijo?

—Esta tarde es el funeral —siseó, para sorpresa de los otros dos.

—Sabes que las Dora vendrán por ti en cualquier momento. Probablemente están rondando afuera. Luego de lo que hiciste no tengo ánimos de intentar pedir por ti como está mañana. Sigue hablando y quizá te irá mejor —dijo un amenazante James.

—¿Para que puedas entregarme cuando encuentren a Karli? Prefiero mantener mi ventaja.

James se levantó de su asiento, tomó la taza que tenía en su mano y la arrojó, rompiéndola en mil pedazos. El barón estaba nervioso e incómodo.

—¿Sabes lo que pienso de esa ventaja?

Zemo lo miró ferozmente, aunque tuviera miedo por dentro. Podría haber contestado cualquier ingeniosa frase, pero desistió, seguramente sus dientes no sobrevivirían si se atrevía a hacerlo.

Para su sorpresa Sam dijo algunas palabras que lo calmaron. Algo que nunca hubiera esperado, pero vaya que agradecía.

—¿Quieres té de flor de cereza? —preguntó cuidadosamente.

—No, bébelo tú —dijo James, retirándose del lugar.

Zemo pudo respirar tranquilo, mientras lo veía servirse algún licor para calmar sus ansias. Ambos sabían que eso no le haría nada debido a su súper metabolismo, pero el simple hecho de que estar bebiendo, le indicaba a Zemo que Bucky no podía lidiar con él ahora.

Se sentó en el sofá y apretó el puente de su nariz. Tendría que estar callado, pero de verdad no podía. Además de dañarlo de un inesperado modo, también estaba en juego él mismo. ¿Realmente dijo esa palabra porque no le importaba la aprobación de James? Tomó un sorbo de su té y lo miró, él también lo estaba viendo fijamente. ¿Realmente se hubiera limitado a dormir en su pecho si él permanecía inconsciente? O... ¿se hubiera aprovechado a propósito?

—Estás equivocado al estar enojado conmigo. Lo que sucedió fue horrible, pero siendo sincero, ni siquiera noté que estabas... en servicio como soldado. Deberías preguntarte por qué dejaron esa palabra en tu cabeza y te hicieron pensar que eras libre.

Bucky quedó callado tanto tiempo que Zemo pensó en rogarle que le dijera algo. Se veía confundido y un poco ido de la realidad.

—Si realmente estás arrepentido, me gustaría que ya no me hables a menos que yo lo haga —dijo cortante Bucky. Zemo se sorprendió pero asintió, aunque el pedido no le gustara, solo intentaba respetar sus tiempos.

𝙋𝙧𝙤𝙗𝙡𝙚𝙢𝙨 » 𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧𝙛𝙖𝙡𝙘𝙤𝙣 / 𝘽𝙖𝙧𝙤́𝙣𝙒𝙞𝙣𝙩𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora