•∆• 1 •∆•

341 26 0
                                    


______________________________________

Los Santos, 2021

-Que pasa H, dígame- inquirió el comisario que se encontraba de pie frente al de cresta platina el cual estaba sentado en una silla que había en la sala con su vista al suelo.

Horacio se encontraba en ese momento hablando con su fiel compañero de trabajo, el comisario Harlan Kovacs, actualmente el superior de la LSPD.

-Tengo irme del país...- dijo alzando finalmente la mirada.

-¿Como?- el comisario se quedó en un silencio de tres segundo hasta que volvió a contestar. -¿Está usted bromeando de nuevo agente? ¿O va a decirme que escapará a "Panamá"?-

Horacio rio de forma suave recordando aquella conversación que tuvo con Kovacs en el gimnasio de la comisaría y simplemente negó con la cabeza.

-10-5 Kovacs, 10-5, me trasladan a...Japón-

Los ojos del comisario mostraban una mezcla de confusión, sorpresa y miedo.

Si, miedo, el comisario conocía lo que se hacía en Japón y como era su estricta forma de gobernar de ese país tan avanzado que hasta podía temblar solo de pensarlo.

-¿No puede negarse?- respondió después de salir de sus pensamientos mirando los ojos heterocromáticos del sujeto que tenía en frente.

-¿Crees que no lo he intentado?- soltó tras eso una apagada risa amarga que quedó en el aire dejando la sala en silencio. -Claramente no quiero ir...al igual que tampoco quería ser federal y me obligaron, pero supongo que ya no tengo nada que perder...y si no se han desecho de mi aún será por realizar bien mi trabajo, asique no se preocupe, no tendré ningún tipo de problema allí, al menos me siento útil para alguien.-

-¿Cuando marchará?- preguntó el comisario mirando hacia el ventanal de su despacho mientras suspiraba algo cansado de tener que despedirse de los agentes de su maya (ya fuera que se hubieran muertos o que se fueran del país) o, en este caso, de su superior, compañero de trabajo y amigo 'Horacio Pérez'.

-En tres días, primero tengo que despedirme de Willy y Athenea, creo que en mucho tiempo no podre ver sus tumbas...o tal vez la próxima vez que las vea será cuando me entierren junto a ellos.- dijo con una sonrisa y un amargo sentimiento que encogía su corazón.

-Como vuelva a decir eso no pienso dirigirle la palabra, Horacio-

Parecía que Kovacs estaba bastante serio al escuchar al federal que la próxima vez que lo viera probablemente fuera en la tumba.
Avisó por radio a Collins para que se presentará en su oficina lo antes posible.

El comisario se acercó a Horacio y le bajó con delicadeza la bandana con decoración de calavera que le tapaba medio rostro junto a las gafas de sol con cristales amarillos que llevaba siempre puestas el federal. Al hacer esto simplemente se fijó en que Horacio le mostraba una sonrisa algo dolida que iba a conjunto con sus ojos llorosos, rojos y levemente hinchados, pudiéndose notar en estos que estuvo mucho tiempo llorando la noche anterior.

-Horacio...- hablo está vez Harlan de forma suave, como aquella vez que el chaval se escapó del hospital estando ebrio y le llamó por teléfono preocupado. -Puedes desahogarte conmigo, ya te dije que puedes confiar en mí al igual que yo confío ciegamente en ti...pero si me lo hubieras dicho antes al menos te habría insistido en patrullar más conmigo y mi maya.- Le sonríe mientras toma sus mejillas con ambas manos. -No llores más...no va a servir de nada.-

-10-4...- susurro Horacio mientras suspiraba y cerraba los ojos, lo único que hizo que abriese los ojos fue escuchar la puerta del despacho de aquél comisaria abrirse por otro agente.

•∆• Trabajando con mentes criminales •∆•  {VOLKACIO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora