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He tardado un poquillo más, pero a cambio este es un poquito más largo.
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Ambos amigos corrían y corrían, siendo seguidos por un robot del sistema Sybil hackeado, el cual no los dejaba respirar ni un segundo.

Llegaron a lo más bajo del edificio, una habitación por debajo del sótano con un olor a putrefacción que superaba los niveles humanos.

El rubio miró de reojo al de cresta mientras se alejaba del robot, que parecía ahora ir más lento que antes.
En una de estas mientras caminaban marcha atrás el rubio tropezó con lo que parecía ver una pequeña trampilla en el suelo, con esperanzas de escapar del lugar la levantó, encontrándose ahí el lugar de donde provenía aquel olor putrefacto, cadáveres de días o semanas almacenados junto con bolsas de hielo descongeladas bajo aquella trampilla, no puedo ver mucho, ya que cuando menos se lo esperaba e--...

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-¿Horacio?- una voz le sobresalto, haciendo que su vista se enfocará de nuevo al frente, ¿había estado soñando despierto?.

-Perdón Armando, dime.-

-Vamos a entrar a interrogar a la mujer, vienes o te quedas en el coche con Volkov.-

-Me...me quedo, me quedo.- Horacio dudo la respuesta, pero cuando respondió y se dio cuenta que fue de forma automática se encogió un poco en su asiento.

-Bien, cuando terminemos os avisamos.-

-10-4- dijeron ambos agentes viendo a Armando salir del vehículo para dirigirse donde el resto.

-Horacio- llamó Volkov mientras miraba al frente.

-¿Si?- contestó se vuelta esperando respuesta.

•∆• Trabajando con mentes criminales •∆•  {VOLKACIO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora