•∆• Trabajando con mentes criminales •∆• {VOLKACIO}

•∆• 3 •∆•

-¡Pero que coño es eso mariconetti!- exclamó con su expresión llena de puro asco mientras con su mano señalaba la bandeja de "juguetes" que tenía Horacio en la esquina de su blanco sofá.

-Son mandos papu-

-Si, mandos que ¡te metes por el culo! ¡Qué puto asco!-

-Bueno- Horario simplemente se encogió de hombros mirando sus "juguetes". -Si tu eres de meterte mandos por el culo no es mi culpa abuelo.-

-Pero...me cago en la puta-

-¿Te enseño tu habitación?- Preguntó Horacio mientras soltaba una sonrisa socarrona.-

-Ya estabas tardando, muñeca-

El de cresta comenzó a subir las escaleras siendo seguido por el mayor que aún mantenía su cara de asco echándole un último vistazo a los supuestos "mandos de la tele".

-Mira, es esta- nada más subir las escaleras había una puerta de frente y una a la izquierda, pasaron a la que estaba de frente.

De repente una luz roja llegó hasta la retina de Conway, quién al entrar a la habitación cambió su expresión de asco a puro asombro.

-La...hostia...puta...-

La habitación, de paredes rojas, acompañada con las luces del mismo color, dos espadas colgando en el techo sobre el cabecero de la cama, una cámara apuntando hacia la gran cama desecha, que era lo más llamativo de la habitación, en esta se hayan dos ositos de peluche, unas esposas tiradas junto a un bote de lo que parecía lubricante tirado junto a la cama y dos maniquíes femeninos a los lados del cabezal.

Pero donde fijó su mirada Conway fue en la pared izquierda de la habitación, un juego de látigos junto a una lámina acolchada con esposas en las 4 esquinas, supuso que era para una persona, la que se encontraba en su derecha mirando con orgullo la expresión de Conway, el mayor conocía bien los gustos de "su hijo", pero no esperaba que fuera tan extremo.

-Que cojones Horacio...como...que... ¿pero tú eres tonto?- le preguntó con seriedad alzando una ceja volviendo a su expresión seria. -Eres un capullo, ¡ponte a recoger esto!- Demandó mirando al de cresta el cual reía-

-Y si no ¿qué?, ¿me dará con la porra?-

A Conway se le pasó por la cabeza coger uno de los látigos y reventarle, pero lo miro de reojo y borró esa idea.

-Ni de coña, que te gusta mariconetti.-

Siguieron hablando, al final Horacio terminó cediendo su habitación a Conway y comenzó a recoger todo lo que había tirado en esa habitación preparada para sus "juegos con amigos".

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Kovacs miraba a Collins mientras estaba cruzado de brazos.

-Escuchame Kovacs, de verdad que no he encontrado el informe, no sé dónde coño se ha ido, te juro que lo tenía en mi escritorio.-

-Como lo hayas borrado...-

-¿Qué conseguiría borrando eso?-

-Joderme, porque sabes cuánto quiero ese informe y lo que quieres es joderme-

-¿Y por qué querría joderte?- preguntó alzando una ceja mientras se recostaba en la pared de la oficia.

-Por H-

Nada más escuchar eso el rubio sintió todo su cuerpo tensarse.