•∆• Trabajando con mentes criminales •∆• {VOLKACIO}

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-¡Dame la mano!-

Emilio agarró con fuerza la mano de su superior, para así ayudarlo a subir al helicóptero de combate totalmente armado.

Al subir gracias al impulso del mexicano se colocó en la parte trasera del helicóptero, el cual en cada puerta trasera tenía un arma larga anclada de forma móvil para poder disparar desde el Pegasus sin problemas. En la puerta contraria a la suya estaba Emilio, agarrando entre sus manos la otra arma preparando su dedo en el gatillo y su otra mano en los cargadores del arma.

Horacio imitó sus acciones mientras el de nacionalidad asiática arrancada el motor aéreo y alzaba a volar.

A través de la mira de las armas largas trataban de buscar de donde provenían los disparos, nada, no veían absolutamente nada.

Desde que el helicóptero había despegado sus patas metálicas del suelo no se había disparado ni una bala más de la parte enemiga.

Extrañados se quedaron esperando sobre el Pegasus, sin despegar sus manos anto del arma como de los cargadores.

_¿Me copias?_ preguntó una voz grave a través de la radio que mantenían siempre los ejecutores encima.

-Si- respondió Yun avanzando con el helicóptero por encima de los edificios cercanos a las oficinas en busca de los tiradores.

_Qué coño ha pasado, ¿Donde estáis?_

-En helicóptero, los compañeros han pedido refuerzos y nosotros estábamos disponible, se necesita una unidad médica en cafetería, urgente.- comunicó el de cresta a través de la radio más cercana que tenía, la de Emilio.

_Horacio, aún no puedes realizar ese tipo de trabajos._ comunico por radio la voz molesta del rubio al escuchar como su hermano estaba allí.

-No había para elegir.- fue su única respuesta mientras a través de la mira del arma larga pudo divisar a varios hombre, tres para ser exactos, enmascarados y subiendo a un todoterreno negro con la ventanas tintadas. Tragó en seco al reconocer aquél vehículo y dirigió la mira hacia otra parte, simulando no haber visto aquello.

-Creo que ya no están esos cabrones...- habló de forma lenta el mexicano, aún concentrado en encontrar algo, pero ni rastro de nada.

-Helicoptelo' de combate se dispone a bajal'- avisó por radio a sus superiores mientras el helicóptero descendía hasta la gran "H" que había en el techo del edificio de las oficinas.

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-¡Ah! Pero- ¡Gustabo!- se quejó el de cresta mientras el rubio tiraba de sus mechones con fuerza hacia abajo, para ponerlo a su altura.

-¿Tú eres tonto? ¿No entiendes nada?- preguntaba con enojo mientras zarandeaba con movimientos fuertes la cabeza del menor, quien cerraba los ojos con fuerza esperando que su amigo lo soltara.

-¡Gustabo! !Qué duele joder! ¡¿Pero qué haces?! ¡Volkov ayudame!-

-No.- Viktor miraba de brazos cruzados la escena, mientras a un lado tenía a su superior en la misma posición viendo a ambos amigos. -Es tu castigo.-

-¿Castigo? ¡Quiere matarme!-

En un rápido movimiento el de ojos bicolores agarró con fuerza la muñecas del oji-azul tornando estas con rudeza recibiendo un gemido de dolor por parte de su "hermano" al sentir sus articulaciones más sensibles ser retorcidas de esa forma.