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-Pensé que las citas con el psicólogo estaban ayudando.-

-¡Y me están ayudando mucho! Pero eso fue solo una excepción.

-¿Te las has vuelto a tomar más veces?- habló serio en ruso en modo de regaño.

-Solo una vez de verdad, no lo hic--

En sonido de una fotografía detuvo su frase he hizo mirar al de cresta hacia donde escucho el sonido, mientras Volkov se había mantenido quieto en su lugar.

-¡Hostia puta!- exclamó el rubio viendo al ex comisario de dos metros acorralando contra la puerta del cuarto de su hermano al de cresta mientras el menor apoyaba sus manos en el pecho de Volkov algo sonrojado viéndolo.

-¡Gustabo! ¡No es lo que piensas! ¡No-!-

-¡Papu!- salió gritando su amigo en busca de su superior, dispuesto a mostrarle una de las fotos que hizo antes de ser notado por aquellos dos hombres.

-¡Que no Gustabo que no!- llegó a gritarle el de cresta antes de verlo desaparecer. -Ay dios santo...-

Su cuerpo fue cayendo lentamente deslizándose por la puerta hasta quedar sentado en el suelo, el ruso siguio sus movimientos como si de un perro se tratara, agachándose de cuclillas en frente suya.

-¿Estas enfadado?- preguntó acercando uno de sus dedos a la punta de la nariz de Horacio dando pequeños toquecitos en esta.

-No y para de hacer eso, a nadie le puede gustar que le hagan esa mierda.- respondió apartando su mano.

El ruso alzó ambos hombros para pasar esta vez su mano por la parte rapada de la cabeza de Horacio.

-Necesita una pasada, ¿no?-

-Para de tocarme joder, que te pasa ahora con la manita suelta tio.-

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Habían pasado un par de semanas desde que Horacio estaba fuera de cualquier investigación que se estaba llevando a cabo, esto hizo que Volkov reclamará sus días "libres" acumulados a lo largo del tiempo que llevaba allí trabajando para así poderse hacer cargo del menor o al menos estar más atento a él.

Sus bajas no se notaron mucho tras la vuelta de Emilio y Pablito al cuerpo de investigación, tan agresivos y faltones como siempre.

Gustabo había ganado de nuevo esa unión de amistad que tenía antaño con su mejor amigo y también había formado un pequeño lazo más íntimo con su superior. Lazo que terminaba casi todas las noches con ambos compartiendo una sábana para una sola persona.

Y no se diferenciaban mucho de la otra parejita, puesto que Volkov muchas veces dormía en la habitación de Horacio aunque no de la manera que se podría llegar a imaginar cualquier mente sucia.

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-Volkov.-

-¿Mmmm?-

-¿Puedes irte ya de aquí? Son las once de la noche-

-Si lo que quieres que es vaya a por comida puedo ir, ¿Quieres caviar?-

-No, no, a ver, quiero que te vayas fuera, que te largues, que te pires a tu habitación.- explicó haciendo una pequeña señal con su mano, como echándolo de la habitación con esta acción.

•∆• Trabajando con mentes criminales •∆•  {VOLKACIO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora