•∆• Trabajando con mentes criminales •∆• {VOLKACIO}

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El ex comisario veía con rabia a través de una mampara de cristal a su Horacio, enganchado a una de las máquinas del centro médico y dos vías, una con sangre y otra con suero.

De reojo miró al rubio, quien aún exaltado por la situación que se había encontrado en la casa sentía su pecho subir y bajar como loco, sin poder pararse a respirar de forma más calmada.

Volvió la vista al frente para ver a través del cristal, encontrándose a su superior hablando con uno de los médicos, de brazos cruzados.

El momento más tenso de todos fue el momento en el que Gustabo y otro compañero de la policía llegaron a duras penas cargando el cuerpo ensangrentado de su compañero Gustabo sujetándolo con una mano, mientras con la otra trataba de taponar la herida.

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-¡Ayuda! ¡Joder!- gritaba eufórico el rubio mientras unos de los robots del sistema Sybil le impedía la entrada al recinto al no detectar a ningún inspector junto a él y el policía no podía hacer nada para ayudarlo.

Unos pasos rápidos se escucharon acercarse a Gustabo y al otro policía que cargaban el cuerpo ahora pálido del de cresta.

-¡Joder suéltame! ¡Puta mierda no me toques!- trataba de soltarse del agarre que el robot ejercía en él manteniéndolo inmóvil al paso.

-Está conmigo, concédele el paso.-

La voz del mayor desactivo por completo el sistema de seguridad del robot, dejando suelto a Gustabo.

El de pelo canoso tras desactivar aquello, pensando que esa era la única necesidad del rubio giro encontrándose de frente a Volkov, que seguía sus pasos.

-Y Horacio, donde está.-

Volkov miraba de forma fija los ojos de su superior, con el ceño fruncido.

-Yo que se, seguirá por ahí y habrá dejado solo a Gustabo.-

-¡Pero ayudadme joder! ¡Se está desangrando!-

Ambos agentes miraron en dirección al rubio, percatándose ahora de quien no habían visto antes en sus brazos.

Un Horacio herido y desangrándose.

Al momento fue llamada una unidad médica, quienes se llevaron al federal directamente a la sala de cirugía en una camilla, mientras sus tres compañeros le seguían a paso rápido, siendo el que estaba en cabeza el ex comisario.

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-La cirugía a salido bien, se volverá a tomar una semana libre hasta que los puntos cierren por completo, pero eso no significa que tú también te tomarás los días libres, Volkov.- habló el más viejo, de brazos cruzados, que ahora se encontraba entre el ruso y el de ojos azules. -Será tratado por médicos durante esta semana, solo lo se le podrá ver en horario de visita, solo.- recalcó para que al que más preocupado de los tres se le metiera aquello en la cabeza y no hiciera ninguna estupidez.

-Mmm...- un asentamiento de forma gutural fue la respuesta del más alto, viendo aún a través de la mampara al menor con los ojos entre abiertos, algo desorientado.

-Gustabo, ¿viste algo?- preguntó el de traje descruzando los brazos para pasarse una mano por su cabello, peinandolo hacia atrás.

-No, cuando entré ya estaba así y no había nadie más, la suela de la casa también parecía tener un golpe en la cabeza y estaba inconsciente en el suelo, el atracador ya se había ido y no había dejado rastro.-

-Pediré al cuerpo de investigaciones de la sección A que vayan a buscar huellas o rastros del sujeto, mientras encargaros de informarme sobre su hay mejora en el estado de Horacio.-

Ahora ambos ejecutores quedaron solos de nuevo, en un silencio incómodo hasta que el enfadado ruso no pudo soportarlo más.

-Nuestro deber como ejecutores es proteger a los inspectores a coste de nuestra vida y hacer lo imposible por cumplir la misión, no es la primera vez que por tu culpa Horacio termina así, alejate de él, puto loco.- habló tratando de mantener a raya el tono de sus palabras fulminandolo con la mirada.

-¿Disculpa?- el rubio soltó una risa socarrona mientras colocaba una de sus manos apoyada en su cintura, en una pose algo engreída. -El experto en romper corazones a ido a hablar.- le respondió alzando ambas cejas viéndolo indiferente. -Mira, si hablamos de quién le hizo más daño a quien, creo que sales perdiendo, rusito de mierda.-

-No se a que se refiere, siempre he tratado bien a Horacio.-

-Si, sobre todo cuando cogistes su orgullo y lo pisoteastes una y otra vez sabiendo que no te iba a protestar una mierda porque le gustabas, solo eres una mierda que ahora se viene arrastrando en busca de su perdón, desaparece.-

Gustabo se fue del lugar pasando de largo a Volkov, dándole un fuerte empujón al chocar contra su hombro, aunque al ser de mayor tamaño que Gustabo poco se inmutó ante el golpe.

-сука блять- maldijo el ruso en bajo, dirigido hacia el rubio, apretando su mano en un fuerte puño. -Que le jodan a ese cabrón.-

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-Al parecer se han encontrado huellas del que podría ser el atracador.- habló su superior hacia todo el grupo reunido, a excepción de Horacio.

-¿El que apuñalo al clestitas'?- preguntó el de nacionalidad china recibiendo un asentamiento por parte de Conway.

-¿Se sabe quién es?- intervino Armando sosteniendo por lo bajo la muñeca del pelirrojo, apretándola con suavidad en señal de que controlará su vocabulario.

-Alguien de fuera seguro, no tenemos registros aquí de aquel civil, no parece ser un ciudadano japonés ni alguien que haya sido detenido antes.-

-Tenemos una larga búsqueda que hacer, pero no vamos a dejar que alguien vaya así como así apuñalando a uno de nuestros agentes.-

-Claro wey, no mames que me apuñalaron al jotito y se fueron como si nada, Gustabo, eres un torpe cabrón.- respondió Emilio dando un codazo al rubio quien bufó al ser culpado.

-Él fue quien entró sin esperar refuerzos.- se restó de culpabilidad molestando así al ruso quien dio un paso al frente, colocándose junto a Jack.

-Y usted fue el que no le siguió cuando debía, deje de quitarse la culpabilidad que tiene y acepte las consecuencia, ahora tu pareja asignada estará sin poder trabajar por una semana, por lo que tú estarás suspendido de empleo por esta semana y te quedarás encerrado en la sala de castigo.-

-Volkov, no tomes decisiones precipitadas.- trató de calmar el de pelo canoso.

-No es una decisión precipitada es lo que se merece alguien como él.- sentencia viendo hacia el rubio con seriedad. -Fin de la reunión.-

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