•∆• Trabajando con mentes criminales •∆• {VOLKACIO}

•∆• 11 •∆•

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-Mierda puta- Maldijo Conway dándole un pequeño golpe al volante, provocando un pitido proveniente del coche. -Pablito informa, unidad terrestre no podrá acudir al caso, estamos en un puto atasco de mierda, vamos a aparcar y a despejar la zona.-

-No mames...ya valió verga la misión- habló Emilio mientras con sus manos se aseguraba de que su coleta estuviera bien peinada

Pablito encendió el micrófono de su audífono pulsando el pequeño botoncito.

-¿Me copian?- preguntó por radio recibiendo una respuesta afirmativa por parte de los dos inspector de la unidad aérea que se encontraban ya en el edificio. -Nos encontramos en problemas, unidad terrestre sale de la misión, ¿ustedes pueden solos?-

_Si, lo tenemos localizado, informen por cualquier cosa_

-Lo mismo digo pendejo- y cortó comunicaciones.

-Hostia diablo ¡mira mira!-

Gustabo lamó la atención a Emilio, quién se encontraba entretenido en su móvil, y al levantar la mirada solo se encontró con el dedo corazón de Gustabo en frente suya. Formó una mueca extraña, ¿se estaba burlando de él?.

-Putos niños chicos- gruñó Conway hacia si mismo mientras veía el atasco y una gran aglomeración de personas al principio de este. -Vamos a ver que coño pasa-

El mayor se quitó el cinturón de seguridad y bajo del coche esperando que los otros hicieran lo mismo.

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-Joder...- se encontraban rodeando al sujeto, aunque estaban escondidos detrás de unas grandes cajas que se encontraban por toda la habitación, se podían escuchar los gritos y sollozos de la niña junto gritos eufóricos, del hombre que estaban buscando, mandando a callar a la pequeña mientras la sostenía con fuerza, manteniendo en su cuello una navaja.

Horacio se asomó levemente al escuchar más fuertes los gritos desesperados de la niña, se estaba aguantando el no volarle la cabeza al loco ese ahora mismo. Iba a salir de entre las cajas pero un agarre en su brazo hizo que volviera a su lugar.

-Ni se te acula' (ocurra) clestita'.- le su susurró apretando más el agarre para que le hiciera caso y entendiera que el mostrarse solo haría que el hombre matara a la pequeña rehén.

El ejecutor que estaba asignado para Horacio se mantuvo en silencio detrás de su inspector, vigilando el agarre que estaba teniendo el de acento chino en él, no se metería en eso para detenerlo ya que tenía su razón para ello, pero a la mínima que viese que se pasaba con el de cresta no dudaría en someterle a un "castigo".

-Siempre has sido un chico muy impulsivo chaval.- está vez habló Armando a Horacio.

-¿Acaso tienes algún plan?-

-Siempre tengo planes- le aseguró el mayor al de cresta.

Armando le hizo una señal a V, quién se colocó a un lado de Horacio extendiendole su Dominator.

-¿Qué?- preguntó el de cresta tomando el Dominator del ruso.

-Voy a distraerle, si me pilla y me ve con el arma probablemente acabe con la rehén, mi deber es acabar con él.-