—¿No puedes dormir? —Yoongi se volteó desde su lugar al oír que Jimin se removía a su lado continuamente.
No había mucho que hacer por esa noche, Jimin había vuelto a parte de los espíritus naturales a su forma original y nada más pasó después de eso, incluso, había decidido esperar un poco por aquella figura que merodeaba la casona, pero tampoco hubo resultado.
Lo mejor que podían hacer por el momento era descansar y continuar la labor a primera hora de la mañana siguiente. Aun así, a Jimin no se le estaba haciendo fácil el dormir, se sentía muy inquieto al respecto, el día lo había tratado como cuando subías a una montaña rusa, muchas emociones y sensaciones repentinas para su bienestar psicológico.
Por el lado de Yoongi, él pensó-ingenuamente-que conseguiría cerrar sus ojos y dejarse llevar por el cansancio ¡Ja! Cuan equivocado estuvo. Desde hacía rato y de forma infructífera, estuvo buscando la forma de hacer que el torrente de pensamientos que tenía se apagara. No lo consiguió, no importaba cuanto se estaba esforzando para conseguirlo, el sueño no llegaba, igual que le pasaba a su compañero, el detective Min tenía demasiado presente lo que sucedió hasta el momento.
—No, no puedo dejar de pensar en lo que puede estar acosando al señor Im, es extraño ¿sabes? Normalmente los entes malignos atacan sin pensarlo, y más si llevan acosando a sus víctimas el tiempo suficiente para alimentarse de su miedo, pero este simplemente no apareció y el señor Im sigue con vida. Si no es un ente maligno, entonces ¿qué es? No logro descifrarlo —respondió Jimin quedando frente a frente con su compañero—. ¿Tú cómo estás?
—Mmm...estoy en la etapa final de mi proceso de adaptación y aceptación a esta nueva revelación, es como haber abierto una puerta a lo desconocido, pero no siento miedo, estoy más bien intrigado, y más porque me dijiste que esto no era nada comparado a lo que has visto, y me lo he estado preguntando todo este tiempo.
La penumbra de la habitación impedía a los detectives a ver algo, pero Yoongi había aprendido a leer a Jimin, en sus momentos de silencio, él tenía la costumbre de masticar sus labios, como si eso lo ayudara a pensar.
Gracioso era el hecho de que eso era lo que Jimin estaba haciendo justo en esos momentos, mordía su labio inferior pensativamente, preguntándose que tan sincero podía ser con su compañero ahora que, a medias, conocía la verdad sobre él.
Hasta ahora todo fue viento en popa, pero ¿y luego? ¿qué les depararía el después? Ciertamente, el hombre frente suyo podía ser considerado un amigo, y no es que tuviera muchos, Taehyung y JungKook no contaban y solo porque habían salido del mismo mundo que él. Yoongi era su primer amigo real y como tal, temía perderlo si es que acaso todo con respecto a él y su vida lograba superarlo.—Me prometí... —Volvió a hablar Yoongi sacándolo de sus cavilaciones—, que no intentaría indagar más de lo que estuvieras dispuesto a contarme, pero debo de admitir que soy como esas vecinas chismosas de barrio —sonrió culpable.
—Como te dije, esto es algo de la infancia. —Comenzó a relatar—. En ese tiempo, jamás pude distinguir que era "real" y que no. Mis amigos eran niños que nadie más podía ver ni oír y eso hizo mi crianza algo difícil. Las personas tienden a ser muy crueles con las cosas que no entienden.
Incluso...incluso mi papá pensó que podía haber algo malo conmigo cuando mis supuestos amigo imaginarios duraron hasta los nueve y comenzaron a decir cosas que, si lo pienso ahora, eran aterradoras. Así que me obligó a ir a un psiquiatra, creía que para esas alturas un psicólogo no iba a ser suficiente.—¿Y qué opinaba tu madre? —preguntó con suavidad.
—Ella intentó hacer todo lo posible para convencerlo de que todo estaba más que bien conmigo, que pronto pasaría, pero él no era de oír razones. Al principio solo desviaba el tema e intentaba engañar a los médicos, hasta que tuve que confesarlo todo porque ellos siempre sabían cuando mentía.
Estuve internado casi tres años en una institución mental.》Ellos me daban mucho miedo, siempre estaban observándome desde los pies de la cama. Es un recuerdo que nunca se borró de mi cabeza, mucho menos las sensaciones. El frío y la humedad de aquel cuarto, el sonido del viejo y oxidado ventilador, las ventanas espejo y el constante murmullo en mis oídos. Tuve que aprender por la fuerza a sobrellevar mis miedos, a que ellos serían parte de mis días, de mis noches y que sus susurros serían mi canción de cuna toda la vida.
Con el tiempo aprendí a ocultar mis temores y lo que sucedía a mi alrededor, así que fue fácil superar las pruebas psicológicas que me hicieron cuando se debatió la probabilidad de darme el alta. Mi madre murió dos años después, y mi padre se fue de casa sin decir nada. Jamás creyó que me recuperé, así que cuando mamá nos dejó, él me dejó a mí y quedé a cargo de mi abuela y mis tíos. De ella aprendí todo lo que sé y... —Las palabras murieron en su garganta cuando fue aprisionado por el cuerpo de Yoongi, sus fuertes brazos lo rodearon como si fuesen una boa constrictora— ¿Yoongi?
—Ah...no preguntes sólo sentí que debía hacerlo —murmuró con sus mejillas encendidas por la pena. El dolor fue tan palpable en el relato de Jimin que no pudo soportar no hacer nada, creyendo que un abrazo sería lo mejor.
Nadie que no fuera como Jimin podría sentir el dolor de esa soledad, del estigma de ser rechazado por ser realmente diferente a cualquier otra persona y eso le dejó un agujero en el estómago. Él tampoco lo sentía por supuesto, por la razón de que su niñez fue ridículamente normal al igual que su adolescencia y adultez, es que no puede decir que entiende en su totalidad a Jimin, pero, sin embargo, si de algo está seguro, es de que nada ni nadie iba a meterse con su compañero, ni siquiera los espíritus de las navidades o la mismísima monja del conjuro, no mientras él existiera.
Y quizás estaba siendo un poco melodramático porque sabía que su compañero era muy capaz de cuidar de sí mismo, no obstante, no tenía nada que ver con eso, era su instinto protector lo que hacía que prometiera que siempre iba a estar cada vez que Jimin necesitase de alguien, y puede que cuando no también. Yoongi también puede asegurar que Jimin tendrá que aguantarse si no le gusta porque jamás lo dejará solo. Ahora eran ellos dos contra lo que sea que se metiera en su camino.
Y siendo ajeno a todo pensamiento que estuviese cruzando por la cabeza de Yoongi, Jimin apoyó su cabeza en su hombro, era la primera vez en mucho tiempo que alguien le brindaba ese tipo de abrazo, es decir, Taehyung y Jungkook parecían crías de monos, siempre pegándose a él a la mayor oportunidad, prácticamente violaban su espacio personal, pero jamás le habían dado ese tipo de abrazo, y no porque no lo sintieran o no quisieran hacerlo, sino porqué él les había prohibido rotundamente hacerlo. A él no le gustaba para nada que lo viesen con pena, ser la típica persona del oscuro e insuperable pasado que sonreía para no vivir lamentándose por eso por la que los demás sentían lástima. Sin embargo, tan solo por esa vez, dejaría que algo tan simple como ese abrazo, se llevara todo lo malo.
En un momento tan intimo y reconfortante las palabras sobraban. El silencio reinaba ahora más liviano y mucho más fresco que el anterior, tenso e incómodo.
—Jimin... —Lo llamó Yoongi pasado unos minutos.
Demás está decir que todavía no se habían desprendido del reconfortante abrazo.
—¿Qué? —preguntó con su voz amortiguada por tener el rostro contra el hombro de su colega.
—¿No homo? —bromeó haciendo reír a Jimin.
—No homo.
ESTÁS LEYENDO
📿D A R K N E S S 📿 Vol.I ||YM||
FanfictionMin Yoongi y Park Jimin son dos personas que por azares del destino son puestas a trabajar juntos en la estación de policías "Louder" en la ciudad de Seúl. Todo aparenta ser normal hasta que el detective Min, proveniente de Daegu comienza a notar qu...