Yoongi y la señora Lee dieron un salto en sus lugares ante los estrepitosos ruidos que provinieron de arriba, por lo que, de un momento a otro, ya estaban subiendo las escaleras para averiguar qué era lo que estaba pasando.
—¡Jimin! —exclamó Yoongi acercándose a su compañero, quien estaba jadeante en el piso. Los vidrios de la ventana habían explotado y el espejo del botiquín estaba trincado, como si alguien le hubiese dado un puñetazo—¿Qué pasó? ¿Estás bien? —preguntó tras ver los nudillos sangrantes de una de sus manos.
Jimin no contestó, no pudo hacerlo porque su voz se encontraba perdida en alguna parte. El miedo que sintió y del cual aún había vestigios en su mente y cuerpo, no fue suyo, pero, lo había sentido como tal, dejando como residuo los desaforados y dolorosos latidos de su corazón atropellando su caja torácica. Estaba aturdido, mareado y las náuseas lo golpeaban sin darle tregua. Golpear el espejo y producir su propio dolor fue la única forma que su mente embotada encontró para reaccionar.
Como pudo, y sin dar ningún tipo de explicación, salió del baño dando traspiés hasta finalmente llegar a donde quería, el jardín, dónde se mantuvo sosteniendo sus temblorosas rodillas.
Segundos después, Yoongi lo alcanzó.
—¿Estás bien? —Yoongi le daba suaves palmaditas en su espalda a modo de apoyo.
Jimin asintió con la cabeza, Yoongi se permitió dudar.
—Sí, yo —Carraspeó Jimin para aclarar su voz—... Estoy bien.
—Perdóname, pero, no puedo creer en eso viendo tu estado. Estás pálido como un fantasma. Además ¿viste tus nudillos?
Jimin miró sus heridas, había dado un golpe bastante duro, aunque no lo suficiente como para romperse algún hueso.
—Sólo fue un mareo, no me di cuenta de que lo hice. —Mintió como quien no quiere la cosa— ¿Pudiste conseguir algo?
—La señora Lee afirma haberse ido de su casa a eso de las 18:30 a la de su amiga, Sung Joon debía esperar alrededor de unos diez minutos a que su padrastro llegara. También dijo que la llamada que efectuó su marido alertando la desaparición de su hijo fua a las siete en punto, media hora después de haber llegado.
Media hora, posiblemente el lapso de tiempo era posible si realmente el padrastro se había puesto a buscar al niño, pero, de alguna forma, Jimin sentía que algo no encajaba.
— ¿Y dónde se supone que está su esposo ahora? —¿No se suponía que en un momento como ese debía estar brindándole apoyo a la señora Lee?
—En el trabajo —suspiró Yoongi pensando en lago similar—, me aseguró que él irá a la estación a responder las dudas que tengamos cuando salga.
—Hay que hablar con los vecinos, averiguar si vieron u oyeron algo fuera de lo común.
Antes de hacer nada, Yoongi se aseguró de que Jimin estuviera mejor, para él, no tendría caso seguir con la investigación si su compañero se sentía indispuesto. Sin embargo, Jimin era mucho mas terco de lo que pensó. Incluso si seguía sintiéndose mal, él lo llevó casa por casa para sumar los testimonios de los vecinos a la investigación.
Para su mala fortuna, esa gente no parecía estar enterada de nada de lo que pasó con la familia Lee, por lo que no fueron de mucha ayuda para ellos.
—¿Qué hacemos ahora? No tenemos nada. —preguntó Jimin esforzándose por no sonar tan derrotado como estaba comenzando a sentirse.
—Nada es una palabra muy fuerte ¿no crees? —Yoongi sonrió mostrándole un trozo de papel que bailaba entre sus dedos—. Tenemos a alguien más. Lee YonSun, el padre biológico de Sung Joon. La señora Lee "sugirió" que cree que él puede saber algo. En todo momento estuvo muy predispuesta a hablar de él y brindar información.
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📿D A R K N E S S 📿 Vol.I ||YM||
Hayran KurguMin Yoongi y Park Jimin son dos personas que por azares del destino son puestas a trabajar juntos en la estación de policías "Louder" en la ciudad de Seúl. Todo aparenta ser normal hasta que el detective Min, proveniente de Daegu comienza a notar qu...