El constante y escandaloso sonido de su teléfono comenzaba a sacarlo del mundo de los sueños, logrando que poco a poco, el estridente y ahora molesto timbre de llamada, fuese más nítido a cada segundo.
Con su cabello apuntando en todas direcciones por haber tenido su cabeza enterrada debajo de las almohadas y con sus cejas fruncidas en profundidad, tanteó su mesa de noche para hacerse del aparato.
—Juro que tu alma arderá en el pozo más recóndito y escabroso del infierno si no me explicas porqué me estás llamado a las cuatro de la mañana. —amenazó sin importarle quién pudiera estar del otro lado de la línea.
—Yoongi, necesito que vengas a la casa del señor Lee, ahora. —Era la voz de Jimin, que, a diferencia de otras veces, sonaba seria y demandante.
—¿Qué haces en esa casa y a estas horas? —Cuestionó totalmente desorientado ¿qué estaba tramando su compañero?
—Sólo ven, y por favor date prisa.
La línea se cortó, y Yoongi supo que debía darse prisa.
Saliendo de su cama disparado como un resorte, arrojó su pijama por el suelo para luego vestirse con un simple conjunto deportivo gris. Se colocó sus zapatillas blancas y salió de su departamento a la velocidad de la luz.
Él era plenamente consciente que estaba muy mal lo que estaba haciendo, incluso si a esas horas no había nadie en la calle, pero, la urgencia que había impregnado la voz de su compañero durante los pocos minutos que duró la llamada, lo incitó a pisar a fondo el acelerador.
No le tomó más de diez minutos llegar a la residencia del señor Lee.
Con su respiración agitada como si hubiese corrido una maratón de 1000 km, Yoongi consiguió llegar hasta la puerta, la cual golpeó con demanda, anunciando que era él.
Fue el señor Lee quien atendió, y aunque encontrar a Jimin era su prioridad número uno, todavía fue capaz de notar que había algo diferente en él. Su rostro lucía mucho más pálido de lo que recordaba, terriblemente pálido y sus ojos parecían querer salirse de su lugar.
—¿Y mi compañero? —Preguntó sin rodeos ni nada innecesario. Primero Jimin y luego averiguar que estaba pasando, y sí, en ese orden.
El señor Lee, rígido como una estatua y sin mediar tan siquiera una palabra, señaló con mano temblorosa la puerta corrediza que llevaba al patio trasero.
Con el corazón en la mano, y con un miedo desconocido, Yoongi se dirigió a ese lugar, y pudo notar, una vez fuera, que el patio seguía mucho más allá de lo que sus ojos podían ver debido a la oscuridad.
Caminó, o más bien trotó abriéndose paso por los arbustos y raíces ¿dónde estaba Jimin? ¿Estaba bien? ¿Qué había visto el señor Lee para tener ese aspecto de estado de shock? ¿Estaba relacionado con Jimin?
Preguntas y más preguntas, pero ninguna respuesta.
Sin embargo, puede sentir como el nudo que había aparecido en la boca de su estómago se esfumó cuando fue capaz de ver el inconfundible cabello azul eléctrico de Jimin.
A lo lejos, él estaba de pie sin mover tan siquiera uno de sus músculos, su cabeza estaba tirada hacia abajo y su flequillo cubría parcialmente sus ojos.
Los ojos gris plateado de Jimin se posaron con la silueta de Yoongi cuando levantó la cabeza al oír que alguien se le estaba acercando.
—Lo encontré Yoongi —Fue lo primero que salió con voz ahogada y labios temblorosos señalando el pozo que estaba detrás suyo—, Sung Joon está ahí.
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📿D A R K N E S S 📿 Vol.I ||YM||
FanficMin Yoongi y Park Jimin son dos personas que por azares del destino son puestas a trabajar juntos en la estación de policías "Louder" en la ciudad de Seúl. Todo aparenta ser normal hasta que el detective Min, proveniente de Daegu comienza a notar qu...