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Yoongi le echó un vistazo a su compañero. Con un aura totalmente abatida, Jimin tenía su mirada perdida en la pizarra que con esfuerzo había armado con las pocas evidencias que pudieron obtener.

—Yo voy por un café ¿quieres que te traiga algo? —preguntó ya no soportando más el triste silencio que se había cernido sobre ellos.

Jimin se volteó a verlo con una mirada casi derrotada.

—Quiero unas papitas y un refresco de uva. —pidió haciendo uso de un rostro tierno para hacer más efectivo el resultado a su favor.

—¿Un té negro y galletas dietéticas de arroz? Entendido. —Bromeó Min con dirección a la salida.

—Me traes una galleta de arroz y te la voy a tirar a la cara como un frisbee. —advirtió Jimin con tono amenazante.

Yoongi se permitió soltar una carcajada antes de dirigirse hacia su oficina en busca de los preciados bocadillos de su compañero. Durante el camino, pensaba divertido en la reticencia de Jimin a lo saludable. Quizá podría hacer algo con respecto a eso en algún momento.

Animándose a crear una situación ficticia en su cabeza, Yoongi sonrió al imaginar a Jimin arrojándole con disgusto pequeñas coles de Bruselas mientras lo insultaba con un amplio abanico de creativos a él y posiblemente a todo su árbol genealógico.

Estaba en la tarea de sacar una lata de jugo de uva de la maquina cuando alguien se apoyó en el marco de la puerta para hablarle.

—Vaya detective Min, sigues aquí. Eso es todo un logro. —Fueron las palabras de Minki dirigidas hacia él.

Hubo algo ponzoñoso y amargo como hiel en su tono que le disgustó, pero creyó conveniente no decirlo. Aún así, no dudó en mostrar su disgusto poniendo sus ojos en blanco. Estaba más que claro que Minki no era de esos que sabían cuando callarse y desistir.

—Honestamente no tengo ganas de saber el porqué, pero presiento que eso no te detendrá de contarme todos modos. —respondió con desinterés viendo los paquetes de frituras de todo tipo y sabor que estaban ordenados por color en el estante.

Rojos para picante y extra picante, naranja para los que tenían cheddar, amarillo para las comunes y sabor mostaza, verdes para crema y cebolla, azul para cebolla caramelizada, rosa para jamón y barbacoa. Vaya, su compañero sí que no era de paladar fino en absoluto.

Mientras tomaba uno que a su parecer iría con el fuerte y dulce sabor de la uva, pudo escuchar los pasos del sargento cruzando la habitación hasta donde él estaba.

—Tú no sabes es dónde te estás metiendo detective Min. —advirtió Minki con tono serio.

Dejando las cosas sobre el escritorio y soltar un suspiro con cansancio, Yoongi se dio vuelta para enfrentarlo de una vez.

—¿Qué es lo que tienes en contra de Jimin? ¿Te ha hecho algo que no estás dispuesto a superar sargento? —cuestionó Yoongi con una sonrisa ladina y frívola, su paciencia tenía límite y Choi estaba muy cerca de cruzarlo.

—¡Esto no es broma! —estalló como una olla de presión—. Ese lunático tiene suerte de no haberme hecho nada, y más vale que siga así o voy a romperle la cara. Sin embargo, he visto cómo sus anteriores compañeros terminaron encerrados en un manicomio ¿Sabías que uno se suicidó? Esos sujetos que deben tener nervios de acero para formar parte de este trabajo caen como moscas indefensas una vez que se los lleva con él. Podrá ser el favorito del jefe y su lame botas, pero, yo sé que es más que eso, es algo más oscuro y siniestro y no me importa lo que los demás digan. Voy a decirlo las veces que sean necesarias.

—¿De verdad piensas que lo que les ocurrió a esos hombres es culpa de Jimin? ¿No te has puesto a pensar que quizá ellos no estaban realmente preparados? No todos estamos hechos para esto y a veces es necesario un fuerte golpe para entenderlo.

📿D A R K N E S S 📿 Vol.I ||YM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora