ANIME X TÚ [] ONE-SHOT [] LEMON

RYOMEN SUKUNA [1/3]

—¿Volverás a llevarme a uno de esos sitios aburridos en donde no hay mujeres apetecibles?

Ignorando aquella voz molesta resonar es su cabeza, continuaba tecleando la pantalla de su móvil, ignorando absolutamente todo a su alrededor.

—Maldito niño—gruñó—. ¿Quién ocupa tanto tu atención?

—Sukuna—dijo el castaño con seriedad en su voz—. Sólo te pediré que te portes bien y no hagas nada de los que puedas arrepentirte.

Esas palabras consiguieron pasmar por completo al Rey de las Maldiciones.

—¿Te olvidas a quién le diriges la palabra?

—No—resopró—. Si lo digo por ella...

—¡Itadori!~

El aliento sobraba con tan solo verla mientras la tenue luz del sol se reflejaba en su delicado rostro. Mientras que los pensamientos que rondaban su cabeza eran confusos, el 'recipiente' se acercó a aquella chica, lleno de energía.

—¡______-chan!

—¡Ha pasado mucho tiempo!—dijo entre risas y lanzándose a los brazos del chico

—Siento no haber podido quedar hasta ahora—apretó a la femenina entre sus brazos.

—¡Eso ahora no importa!—se separó repentinamente para poner los brazos en jarra—. ¡Lo que importa ahora es disfrutar el día juntos!

Estaba empezando a preocuparle el impropio comportamiento ausente del que decía ocupar su cuerpo.

—Itadori—inclinó su cuerpo hacia él—. ¿Te encuentras bien? Llevas la última hora en las nubes.

—A-ah—sacudió su cabeza—. No es nada, estaba... ¡Pensando en ir a tomar un helado!

—Hmm—entrecerró los ojos—. ¡Bien!—tomó su mano para comenzar arrastrarlo hacia la heladería—. ¡Yo quiero un polo!

=POV ITADORI=

—Oye... ¿Sukuna?

—¿Qué quieres, niño?

—¿Por qué estás tan callado? Es extraño y da miedo...

—Hmm—soltó una pequeña risa despiadada—. Digamos que estoy disfrutando de la panorámica. Esa pequeña ratoncita tiene mucho que desear.

—¿A qué te refieres?—frunció suavemente su ceño.

—¡¿No es magnífica?! ¡Esta oportunidad no se tiene cualquier siglo! La seduciré hasta que termine rendida a mis pies y, finalmente, me servirá, conociendo su lugar.

—En ese caso te deseo suerte.

—¡Volví!~

—Entonces... ¿Ahora cazas maldiciones?

—Se podría decir que sí.

—¿Le cuentas todo esto a ella?

—Por supuesto. _____-chan es muy especial para mí y puedo confiar en ella.

—Repugnante.

—¡Es increíble! ¡Eres increíble, Yuji!

—Vaya, vaya. Al parecer sus palabras te alteran más de lo que quisieras.

—¡C-cállate!

—V-vaya...—apartó su mirada inflando las mejillas—. Parece que ya no te gustan los halagos.

—¡N-No es eso, _____-chan—dije de inmediato—. E-es...

—Vamos, cuéntale de mi existencia. ¡Qué se regocije ante mí!

—¡No me digas que lo me dijo Satoru-nii es enserio!

—¡¿Te lo ha contado?!

—Nii... ¡Jajaja! No me digas que la pequeña ratoncita es allegada de ese ser despreciable.

—Sí—dijo con emoción en sus ojos—. Sukuna~—comenzó a picar mi mejilla—. Vamos, sal, quiero verte en persona. No seas tímido.

—Maldita despreciable... Debería conocer su lugar.

—¡__-_____-chan! No creo que sea una buena idea.

—Mou~ Yuji—me miró con lágrimas en los ojos—. Déjame verlo, profiiiiis.

—Tus hormonas siguen reclamando~

—¡E-En verdad no creo que...!

—Vaya, vaya...

=POV ______=

—Pero mira a quién tenemos aquí...

—_____-chan—Itadori me miró extrañado.

—Yuji—me puse en frente de él—. Es la maldición de la que te hablé.

—¡¿Qué?! ¡Pero Gojo-sensei...!

—No te preocupes—apreté lo dientes observando a la maldición detenidamente—. Lo tengo controlado.

—¿La pequeña ratoncita enfrentándose a una maldición de tal nivel?

Volví mi cabeza hacia Itadori. Arqueé una ceja al ver una boca sobresalir de su mejilla, y una mirada observándome detenidamente en las aperturas que se encontraban bajo los ojos de Yuji.

—¿Cómo me has llamado?—fruncí el ceño con molestia—. Al final sí que vas a ser un fastidioso—resoplé.

—Deberías conocer tu lugar...

—¿Mi lugar?—me acerqué hasta 'él'—. ¿Y cuál es exatamente?—arqueé mi ceja con diversión.

—¡____-chan!

=NARRADOR OMNISCIENTE=

—¿Por qué tenemos que cargar con ella?—preguntó con repugnancia.

—¡Se ha desmayado! No podía dejarla ahí tirada sin más, en ese estado tan frágil. Alguien podría lastimarla.

Resopló—. Esa fiera de frágil no tiene ni sus ojos—dijo observando los ojos tan peculiares de la femenina con disgusto.

—Al menos podrías admitir que es bastante linda.

—¡Ja! ¿Rebajarme a semejante nivel?

=POV SUKUNA=

No lo creo.

Esa pequeña fierecilla es como el resto de seres miserables.

No tiene nada de especial...

Terminará a mis pies, me divertiré un buen rato y terminará ahogándose en sus propias penas hasta suplicar.