NATSUO TODOROKI [1/3]

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¿Volvería a verla de nuevo? ¿Hoy también la encontraría merodeando los pasillos del hospital?

Al simple hecho de pensar que la respuesta a sus preguntas podrían ser afirmadas, su cuerpo se llenaba de entusiasmo. Con ganas de querer marchar con la pequeña escusa de visitar a su madre.

—¿Y?—pronunció con delicadeza—. ¿La has visto?

—¿Qué quieres decir con eso?—tomó la fruta y el cuchillo.

—El otro día me comentaste lo linda que era. La chica que conociste en el pasillo.

—¿L--Lo dije?

—Últimamente estás tan absorto que, cuando hablas de ella, te distraes tanto que empiezas a decir infinidad de cosas que la hacen increíble—sonrió dulcemente—. Me hace realmente feliz ver que te hayas fijado en alguien de esa manera.

—¿Tan despistado estoy?—suspiró apenado—. Bueno... Hoy no la he visto. Tal vez le haya surgido algo.

—Ella es una buena chica.

—¿Eh?

—Su madre está ingresada aquí. Tal vez por eso venga muy seguido.

—¿De verdad?—levantó sus cejas con sorpresa.

—Aunque me da mucha pena—susurró con tristeza—. Parece que ella está enferma. Esa chica hace todo lo posible por conseguir pagar sus tratamientos.

—...


















—Cuídate, ¿de acuerdo?

—Hm—asintió—. Te deseo suerte con ella—dijo divertida.

Antes de salir por la puerta, rodó sus ojos ante el insinuante comentario.

Metió sus manos en los bolsillos y comenzó a caminar por el extenso pasillo, en dirección al elevador.
Esperó a que las gruesas puertas de metal se abrieran frente a él, pero entonces se hizo el milagro que tanto esperaba y creía perdido.

—¿Hm?

—¡¡!!

Las palabras eran incapaces de salir de su boca. Sentía cómo un sudor frío comenzaba a recorrer su espalda.

—Disculpa...—agitó su mano frente al chico al ver que no reaccionaba.

Finalmente puso salir de su trance. Las puertas se estaban cerrando y, al ver el pánico en los ojos de la chica, reaccionó para colocar su brazo e impedir que la entrada se cerrase.

—E--Em... Yo...

Estaba metiendo la pata. Demasiado.
¿De verdad que esta estaba siendo su primera conversación casual? Si es que se le podía llamar así.

—¿Podría dejarme pasar?—preguntó algo incómoda.

—¡¡P--Por supuesto!!—se apartó de inmediato.

—Gracias...—hizo una leve reverencia antes de marcharse a paso rápido.

No. No podía dejar pasar una oportunidad como esta. Aunque era consciente de que ya había hecho demasiado el ridículo.

—¡O--Oye!

Volvió a congelarse al cruzar miradas, pero recuperó la compostura como pudo. Era su última oportunidad.

—¡¡Te espero en la cafetería!!

=POV ______=

—¿Qué demonios ha sido eso?—tapé mi boca con vergüenza—. ¡M--Me ha hablado! Pero...—suspiré—. No esperaba que nuestra primera conversación fuera de esta manera.

Hace tiempo que veo a ese chico visitar una de las habitaciones del piso en el que se encuentra mi madre ingresada.
A veces cruzamos miradas, y a penas intercambiamos torpes palabras. Pero...Debo admitir que despierta cierto interés en mí.

—¡Buenas tardes!—abrí la puerta de la habitación—. Siento haber llegado tarde. Me han surgido ciertos inconvenientes.

—Pareces animada—sonrió intentando levantarse de la camilla—. Te...¿Ha sucedido algo en especial?

—¡N--No hace falta que te levantes, mamá!—puse mi mano en su espalda para volver a recostarla cuidadosamente.

—Bueno...—dijo apenada—. Al menos compárteme algo de tu felicidad, cielo.

—Verás—comencé a juguetear, nerviosa, con mis dedos—. Creo...Creo que hay un chico...

Pude conversar tranquilamente con mi madre. Ella parecía tan alegre en esos momentos... Me hacía muy feliz ver la forma en la que sonreía. Ella siempre le agradó la idea de que consiguiera a alguien con quien compartir momentos de felicidad, ya que...a ella no le quedaba mucho tiempo...

—¡Cuídate! ¡Y déjate cuidar por las enfermeras!—reprimí antes de salir de la habitación.

Ahora tenía una gran duda que rondaba mi cabeza durante todo el tiempo de la visita.

—¿Me habrá estado esperando?—susurré para mí misma—. Ha pasado más de una hora.

Lo dudé un par de veces mirando los botones del ascensor para, finalmente, presionar el bajo, la cafetería.
Mis nervios iban en aumento cada vez que sentía cómo pasaba un piso.

Las puertas se abrieron, dejando paso a un espeso olor a café recién hecho que invadió de inmediato mis fosas nasales.

Abrí mi ojos, dando un respingo al notar su atenta mirada sobre mí. Sus ojos oscuros me miraban detenidamente por cada paso que daba hacia él.

—H--hola...—corrí la silla para sentarme frente a él.

—¿Quieres un café?

—No, no—agité mis manos restándole importancia—. No quiero quitarte mucho tiempo. Pero gracias, de todas formas.

—No me quitas tiempo—rascó su nuca aparentemente nervioso—. Al fin y al cabo... Fui yo quien te citó aquí.

 Fui yo quien te citó aquí

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—Hablando de eso...—tapé parte de mi rostro con mi cabello—. ¿Por qué lo hiciste? ¡Q--Quiero decir...! No me molesta, pero...

—Te ves muy linda cuando te pones nerviosa.

—¡¡!!

Levanté mi rostro hacia él de inmediato. Mala idea. Volví mi mirada hacia la mesa al ver la forma en la que me miraba.
Tenía sus mejillas apoyadas sobre sus manos y me miraba con una sonrisa.

—¡N--No me mires así!

—Sí...—soltó un pequeño suspiro—. Te ves realmente linda. Y mucho más a esta distancia.

—Pero qué cosas estás diciendo...—mi cuerpo temblaba de nervios y de vergüenza.

—¡Quiero invitarte a salir! Tengamos una cita.

—¡A penas nos conocemos!

—Pero sientes lo mismo.

—¿Q--Qué...?—levanté mi cabeza.

—Cuando cruzamos miradas...—formó una amplia sonrisa—. Sientes lo mismo, ¿verdad?

—Entonces—relajé mi cuerpo—¿t--tú también...?

ANIME X TÚ [] ONE-SHOT [] LEMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora