BETE LOGA [1/3]

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—Entonces... ¿Qué tal con Ais?

—Tch—resopló irritado—. Ese mocoso débil se llevó toda su atención.

—¿Bell-kun?

—¡Ese desgraciado!

—Vaya... Bueno—se acercó al escritorio—. Ya tendrás más oportunidades como esta. Al fin y al cabo la familia Loki siempre está invitada a este tipo de celebraciones por su gran fama.

—¿Y tú por qué no has ido?

—No me apetecía.

—Tch. Últimamente estás distraída. Te vuelves más débil porque tienes la cabeza todo el día en las nubes.

—Ese es mi problema—apartó la mirada—. Solo necesito organizar mis ideas.

—Ya—rió con sarcasmo—. Dime la verdad, ¿o es que hay algo que tengas que ocultar?

—Si te soy sincera, eres el único al que no podría decírselo.

—¿Eh?

—¡______-chan!

La voz de Loki hizo eco por todo el pasillo que conectaba a la sala. Me incorporé de inmediato para prepararme y llevar mi cuerpo al suelo cubriendo mis pechos, esquivando a mi atacante para que no pudiera lograr su cometido.

—Te buscan—dijo desde el suelo.

—¡Un chico guapo!—gritó Tion.

—¡Su novio!—Tiona siguió con los comentarios.

—¿Realmente ha venido hasta aquí?—murmuré para mí misma—. ¡E--Enseguida voy!

Dejando a Bete desconcertado, comencé a caminar hacia la entrada del edificio hasta encontrarme cara a cara con mi herrero.

—¡Welf-san! En verdad has venido...

—Siento mi impaciencia—extendió unos largo cartucho frente a mí—. Quería entregártela personalmente—hizo una reverencia.

—¡E--En verdad no era necesario! No quiero menospreciar tu detalle—sonreí nerviosa—. Pero preferiría haber ido yo a recogerla—miré, por el rabillo del ojo, a varios de mis familiares husmeando.

—Siento las molestias—sonrió con tristeza—. Me hacía mucha ilusión ver tu rostro.

—¿E--Eh?—mi rostro enrojeció, ignorando por completo las miradas y los oídos atentos a nosotros.

—¡Q--Quiero decir-! Q--Quisiera ver tu reacción... La he forjado a pesar de ser una espada mágica—parecía más tranquilo—. La he hecho especialmente personalizada, para tí.

—Es un gran detalle por tu parte, Welf-san—tomé la espada.

—Por favor, llámame solo Welf—sonrió.

—Entonces gracias, Welf.

Ví cómo volvía a sonrojarse. Decidí ignorarlo antes de repetir su acción, así que desenfundé la espada.

—¡Increíble!—abrí mis ojos sorprendida, apreciando la belleza de la que ahora resultaba ser mi arma—. ¡Es increíblemente ligera! Y hermosa...

—Sí...

—¡Muchas gracias, Welf!—me abalancé a él para abrazarlo—. ¡Eres increíble! A pesar de ser de otra familia... Te esfuerzas mucho por satisfacerme...—dije abrazada a él—. En verdad te lo agradezco.

















La taberna. Un lugar en el que tampoco me agradaba la idea de pasar el tiempo pero que, a pesar de todo, servían el mejor alcohol.

—Hah~—relamí mis labios para limpiar la espuma de mi boca.

—______-chan. No bebas mucho, por favor—Ais tocó mi hombro con cuidado—. Recuerda la última vez que tuvimos que sacarte a la fuerza.

—Tienes razón—levanté la mano—. ¡Camarera! ¡Un vaso de leche fresca, por favor!

—Vamos, vamos—la voz de Bete resonó por el local—. Hablemos de lo débil que se está volviendo está idiota—me señaló con una sonrisa arrogante en su rostro.

—Ya empieza...

—¿La cabeza en las nubes? ¿Organizar tus ideas?—tomó un trago de su bebida de golpe antes de continuar—. ¡Lo que te pasa a tí es que vas de un lado para otro con el campesino insolente ese!

—Es un herrero—golpeé la mesa—. ¡Y te advierto que no te metas con él o tendremos problemas, Bete!

—¡Qué miedo! La puta me va a atacar.

—¿Cómo me has llamado?

—Bete, creo que deberías-

—¡Es lo que eres!—acercó su rostro al mío desde el otro lado de la mesada—. Das asco. Seguro hasta ya te has revolcado con él. ¡Por eso tantas ofertas y descuentos en tu armamento!

—¡No voy a permitir que hables así de mí, como si te diera la gana, imbécil!—tomé el cuello de su chaqueta.

—¿Qué? ¿También quieres meterte a mi cama?—arqueó una ceja con burla—. Por mí no hay prob-

Esa fue la gota que colmó el vaso. Se pasó completamente de la raya y me valía cinco que estuviera ebrio. Estampé mi mano contra su mejilla antes de salir a paso pesado de la taberna.

—¡Imbécil!—di una patada la suelo con fuerza—. Idiota... ¿Tan débil soy para que me pienses eso de mí? Es... ¿Porque no soy ella?

Nunca tuve un rumbo fijo desde que decidí cruzar la puerta para terminar perdida en medio de la noche.

Terminé por caer de rodillas al suelo, no podía aguantar ni un minuto más y comencé a llorar desconsoladamente, cubriendo mi boca para hacerlo en silencio y no llamar la atención de nadie.

—Soy tan débil... ¿como para que no te fijes en mí?

=NARRADOR OMNISCIENTE=

—¿La habéis encontrado?

Las Amazonas negaron preocupadas y tristes a la pregunta.

—¿Tal vez haya vuelto a casa?

—¡Qué más da!—habló el hombre lobo—. ¡Ya volverá ella solita!

—Estamos preocupados por ella. ¡Pero todo es tu culpa, Bete! ¿Cómo has podido decirle algo así?

Sin hacer caso a los comentarios de sus familiares, continuó su camino hacia la Mansión Crepúsculo.

—Ella sabe cuidarse sola...—murmuró entre dientes.

•DÍAS DESPUÉS•

—Nada.

—¿Seguimos sin tener noticias de ella?

—¡¿Y si le ha ocurrido algo malo?!

—Alejemos posibles pensamientos negativos.

—¡Chicos!—las puertas de la sala se abrieron de golpe—. ¡Una carta!—levantó el pequeño sobre para mostrarlo—. ¡Es de _____!

ANIME X TÚ [] ONE-SHOT [] LEMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora