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"Vi directo a los ojos de una bestia, como si después de una infernal caída, vuelvo a levantarme ferozmente como un dragón. Una mirada tan imponente que me consumía fácilmente con la llamarada de un fuego impagable".

No puedo ignorarlo con pensamientos estúpidos, pues vuelve atacarme teniendo por completo mi plena atención

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No puedo ignorarlo con pensamientos estúpidos, pues vuelve atacarme teniendo por completo mi plena atención. Era yo mismo a quien miraba, pero aún así, no era capaz de borrar mi propio rostro de la mente..

-¿Emperador?, ¿¿Emperador??, ¿¿EMPERADOR??- con ese tercer llamado en tono elevado fue que pudieron sacarme de pensamientos. Atontado dirigí mi mirar a quien me llamaba, y al caer en cuenta en todos los presentes del comedor, recordé que se suponía estar desayunando.

Han trascurrido tres días después de la confusa visión que tuve en el templo magistral de agua sagrada. Durante esos días Bae y Nam Joon reclutaron lo más sabios concejales y ministros en diferentes aldeas para servir a su soberano. Ancianos que para mí nada más son un estorbo, y si se les ocurre planear algo tras mis espaldas, tendrán el mismo final que hace tres días atrás.

Brote con las yemas de mis dedos en movimientos circulares mí cien. Esta migraña me estaba matando, o no sé si será el estar pensando en todo momento..

-Mi señor, ¿Quiere que mande a llamar a un médico? No se le ve muy bien de salud- en cuanto abrí mis ojos después de tenerlos cerrados al yo mismo darme un masaje, el ministro se quedó callado una vez lo fulmine con mi expresión.

Observé con detenimiento la gran mesa alargada. En presencia al comedor se encontraban todos los vejestorios del gabinete, mis cuatro esposas imperiales, el cocinero real que mandaba de un lado a otro a los eunucos que traían las charolas con comida. También vi al copero que sin más tardanza volvió a llenar mi copa con vino..

Tantas cabezas y no lograba alcanzar a ver la de la cierva, ¿Acaso no está? ¿Esa estúpida mujer no se hizo presente? Aquello sí se me hizo bastante confuso, por lo general la ojiazul ha sido la que más pendiente a estado de mi, ya que mis reinas solo sirven para nombre, vestidos costosos, y pelearsen por quien va a tener el mejor perfume.

-Bae, quiero hablar a solas contigo- bebí un sorbo de mi bebida. Muchos ojos se recrearon en el anciano que sin objeción se colocó en pie. Camino hacia a mí, y cuando estaba lo suficientemente cerca, aproximó su oído a mis labios para que pudiese susurrarle- ¿Dónde está la cierva?.

Arrugó su entrecejo algo perdido, su reacción me dio a saber que ni el lo sabía.

-No lo sé, alteza- respondió también en un secreto- Yo no veo a la muchachita después de que fue ella misma quien le quitó el vendaje de sus ojos.

-¿Cómo?.

-Señor , ¿Usted cree que algo le haya pasado?.- insinuó con esa leve sospecha, para hacerme dudar. El rastrilleo de la silla se hizo escuchar en cuanto la corrí con mi trasero para ponerme en pie. Todos me miraban interesados por saber lo que pasaba, o más bien por lo que pretendía hacer. Sin consultarle nada a nadie y dejándolos con la duda, salí del comedor lo más rápido posible ante un seguimiento que me hizo Bae.

≠Daechwita≠ Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora