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30 mujeres muy hermosas conforman mi harén

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30 mujeres muy hermosas conforman mi harén. Algunas con tes pálida como la mía, y otras más bronceadas no dejándose opacar por los colores distintivo de las demás. Su inclinación ante mi presencia permitía que sus largas cabelleras negras cayeran arrastradas en el suelo; cada una con un peinado diferente, y sus "Binyeo" decorativos, me permitían saber de su bajo rango. El que utilicen joyas brillantes y vestidos echos de seda no significa que se acerquen a mis requisitos como amo y señor de todo Daechwita.

En cuanto mi séptimo sentido me indico que alguien ingresaría al lugar, de reojo observé, y con mí típico ceño serio, fui espectador de como una gorda mujer con una moña alta, entró al lugar abriendo los ojos de par en par al verme.

-¡Emperador!- en un parpadeo se hincó con su cuerpo tembloroso- Mi señor, no sabía que se encontrase aquí. Justo iba a escogerle una de las chicas para llevársela a sus aposentos reales.

-El estúpido gabinete real fue quien eligió a su total gusto las mujeres de mi harén. Lo mismo hicieron con mis inservibles esposas y ¿ahora tú pretendes escoger con quién formicare?- me oí super ofendido.

-Mi soberano, yo solo..

-¡Cállate!, Que no te e dado permiso para que hables- rugi. Yang-Mi no fue capaz de aportar más- ¿Todas son vírgenes?..- pregunté.

-Asi es, mi soberano.

No añadí nada a la primera, solo me bismute en reparar a quienes follare. Me tomé el tiempo, y probablemente desesperante para el ganado de hembras que me rodea.

-No se como carajos le vas hacer, Yang-Mi. Pero a ninguna de mis concubinas la quiero virgen- dije- Ya tuve una experiencia fatal con una, y creanme, si realmente aprecian sus miserables vidas, más les vale que pierdan el himen lo más rápido posible- sentencie-

Ya no valía la pena quedarme más tiempo aquí, ¿Para qué? Si el abandonar mi alcoba para venir en busca de un poco de placer fue una total pérdida de tiempo. Me garantizaron que mis mujeres ya estaban listas, pero esos bastardos me mintieron...

-Majestad, ¿Le preparo a las chicas?

-No. Ya hasta las ganas de follar se me quitaron- dicho ello di media vuelta y me retiré- Si continúo perdiendo mis crías, ¿Como mierda dejaré descendencia?- tal asunto me tenía la mente en un hilo. Mas de un respiro dejé liberar, pensando que escabulléndome en el harén sería el santo remedio para mí embrollo mental, pero resultó ser que todo se fue a la goma- Mi cabeza explotará- de camino por los casi estrechos pasillos del reino, masajee en redondo mi cien con las yemas de los dedos.

-¡MAJESTAD!.

Dos de mis subordinados chocaron su puño llevándolo al pecho.

-Retirense.

-Permiso, alteza.

En cuanto se retiraron volví a toparme frente a frente con la puerta de mi alcoba; en ese preciso momento iba a entrar, cuando de la nada se apareció Bae acompañado por su inútil hijo Kim Nam Joon y una mujer de rostro cubierto.

-Emperador- los tres al unísono formaron su respectiva reverencia. Pensé sacar toda mi cólera contra ellos, como siempre acostumbro, la maldita manera de sacar todo aquello que me vuelve loco, hasta que de pronto, ciertos ojos azules me llamó por completo la atención. Fue un solo segundo que ella que me miró, los suficientes para darme cuenta de lo atrayentes que eran..

-Sentimos mucho interrumpir su hora de descanso, su majestad, pero esto que tenemos que decirle, no puede esperar para mañana.

"Bla, Bla, Bla"

Era lo que oía del anciano ministro, ya que mi distracción me llevaba a convertirme en un completo bobo.

-¿Majestad?.

Se puede decir que jamás me había tardado tanto en mirar a una mujer. Fue como si me hubiese hechizado, y por más que lo intente, no era capaz de apartar mis ojos de los suyos.

-¿Me está usted escuchando, emperador?-

No sé las razones por la cual solo dejaba parte de su rostro expuesto, pero lo poco que estaba contemplando me llevaba a imaginar que es una damisela muy bella. Me sonreía con los ojos, y con eso, la añadidura a mi perdición total. Me intriga, me intriga conocerla, saber si pertenece a la realeza, si ya tiene a alguien que la corteje para mandar a matar al quién sea..

-¡¡SOBERANO!!.

El exagerado llamado me sacó de pensamientos absurdos e hizo que le viera. No le corté la cabeza porque mi tontes le ayudo, le ayudó y bastante..

-Perdone que le haya gritado, mi soberano, pero..

-Que sea la primera y última VEZ, viejo- el timbre que coloque dió miedo.

-Perdone usted-

-Solo dime qué quieres, y ya larguénse..- me crucé de brazos.

-Sere rápido, alteza- dijo- El ministerio se reunió en una junta que no se podía hacer esperar, y entre todos estuvimos de acuerdo, que la señorita aquí presente- señaló a la chica de ojos azules- Fue elegida como su siguiente esposa, y esperamos esta vez, que la elija como emperatriz.

Rei un tantito con lo dicho- ¿Emperatriz?- arquee una ceja.

-Asi es, alteza.

-Cuando ELLA me de un hijo, y sobretodo VIVO- recalque- Entonces la coronare como mi emperatriz. Si eso no sucede, entonces olvidelo..

-Perfecto- no fueron ellos, y mucho menos yo, fue la misma mujer que hablo- Le daré el bebé más sano y precioso del mundo.

-Perfecto- no fueron ellos, y mucho menos yo, fue la misma mujer que hablo- Le daré el bebé más sano y precioso del mundo

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Hola Hola.

;-)

Espero les guste el capítulo.

¡Gracias por leer!

≠Daechwita≠ Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora