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Al recordar como esa vez Adrianna me mordió el labio, fue una buena estrategia a la cual recurri para quitarme al sumo sacerdote de encima. Con la diferencia que ambas escenas fueron muy distintas. Mi mordida tuvo la suficiente fuerza para reventar su labio y hacerlo sangrar. Tampoco permití que se quejara adolorido cuando ya mi mano la tenía recargada en su rostro proporcionandole un bofetón tan bestia que incluso resonó entre la habitación; sin contar que me dejó ardiendo la palma de mí mano.

Esto no terminó ahí. Mis intenciones eran matarlo. Matarlo por atreverse a tanto y sobretodo por ser tan repugnante. Ese beso para mi solo significó asco, un desagrado total que me hizo retorcer del escalofrío. Escupi el suelo con saliva asquerosa, envaine mi espalda apretando demasiado la cacha envuelta entre mi mano y le apunté directo. Ji Min se hincó de inmediato con su frente a ras de tocar el piso, ese largo cabello ondulado cayó arrastrándose mientras se ensuciaba. Aún así no le importó, y tampoco le importó arriesgarse una vez más para mirarme directo a los ojos con los párpados humedecidos, en señal de pretender llorar.

No dijimos nada por un largo rato. Mi amenaza no pasó más de eso ya que mi cuerpo no obedecía a mi mente y quedarme quieto fue la opción más sensata. Sería la conmoción, la confusión, tantas emociones  encontradas que no me permitieron actuar como acostumbro. Yo, el gran emperador Min no me imagino fornicando con este tipo, besándolo, acariciándolo, dándole por el culo. ¡No, joder! Ni con él, mucho menos con otro. Yo sé muy bien lo que quiero, y ahora que la cierva se apareció en mi vida, con mayor seguridad afirmo que es a ella a quien deseo. No sé que bicho raro le picó a este gusano, pero no caeré a lo que sea que esté planeando.

-Yo puedo dar e incluso mi vida por usted, majestad.

-No digas más, te lo  advierto- soné amenazador.

-Yo a usted lo amo.

-¿QUÉ ES LO QUE NO DIGAS MÁS NO ENTIENDES?-  bufé con una marcada de vena en la garganta- No se a que estás jugando infeliz, pero te juro, que lo que sea que estés planeando lo averiguaré. Lo averiguaré y acabaré contigo.

-Yo no estoy planeando nada, alteza- negó inmediatamente y no sé porque mierda sentí que estaba siendo sincero-  Nunca planearia algo encontra de usted. Yo solo quiero que se fije en mi, que se de cuenta que esto que siento es demasiado fuerte, que es sincero y muy bonito.

-¡Qué mamada!- atónito me dejó.

-Majestad, si usted nos da la oportunidad, a los dos, para que formemos una linda familia, estoy completamente seguro que seríamos muy felices.

-¿Has perdido la razón?- mucho más me asombre- ¿QUÉ TE HACE PENSAR QUE ME LLEGARÉ A FIJAR EN TI, Y QUE FORMAREMOS UNA "LINDA" FAMILIA? DEJA DE DECIR ESTUPIDECES....No me colmes la paciencia Park Ji Min, porque tú no sabes de lo que soy capaz.

-Se perfectamente bien de lo que eres capaz- al colocarse de pie, comenzó acercarse a mi- Ambos somos de la misma calaña, hierba mala que nunca muere, y precisamente eso, es lo que más me encanta del soberano- al volverse agachar, se abrazó a mi pie derecho- Entiendo que por ahora estés confundido, pero no te preocupes, que yo te sacaré de aquel embrujo en el que esa mugrosa esclava te ha metido. Porque nadie más te amará como te amo yo..

-¡Jum!- menee la cabeza decepcionado y volví a guardar mi espada- Que mal estás, y que bajo has caído- al apartarme, conseguí que me soltara- Adrianna la protegeré de ti, y del quién sea. Para hacerle daño primero tienen que pasar por encima de mi cadáver. Antes no me perdoné a mí mismo por permitir que la lastimaran, pero esta vez las cosas son muy diferentes.

≠Daechwita≠ Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora