22. ¿VERSACE KIDS?

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NARRA EVAN:

- ¡Hola! - llamo por toda la casa. Aparece una asistenta.

- Hola, señorito Evan. ¿Qué desea?

- ¿Está Christian?

- Sí, ahora mismo le llamo.

Poco después aparece Christian a medio vestir, con un traje impoluto.

- ¡Hola, Evan! - me dice sonriente. - ¿Todo bien?

- Sí. Estamos todos bien. - le digo. Me muestra una sonrisa tierna y parece que se acuerda de algo.

- ¿Sabéis el sexo del bebé?

De pronto aparece Anna corriendo escaleras abajo y se pone justo al lado de su marido.

- ¿Y bien? - la miro pensando a qué se refiere. Lo sé perfectamente, pero me hace más ilusión que me lo pregunten directamente. - ¿Niño o niña?

A decir verdad, nos ilusionamos tanto con la idea de tener dos hijos, que Susan y yo no le llegamos a preguntar al doctor. A ver cómo se lo explico a los Grey.

- Pues... - comienzo. Ellos dos me miran expectantes. - todavía no nos han dicho si son niño o niña.

- Vaya por dios.

Les miro para ver si lo han captado, cuando al cabo de unos minutos, los dos alzan la cabeza  on los ojos como platos y al mismo tiempo. Parecen robots. Luego se miran entre sí con la misma expresión para luego volver s mirarme a mí.

- ¿Has dicho... - empieza Christian.

- ...son? - termina Anna por él.

Sonrío con alegría. De repente los dos se me abalanzan y me abrazan.

- ¡Felicidades! - dice Christian.

- Gracias. - digo riéndome.

- ¿Son niño y niña? - me pregunta Anna emocionada.

- Todavía no lo sabemos. Hoy queríamos ver el sexo del bebé, pero en vez de eso nos han dicho que hay dos.

- ¡Qué gran noticia! - dice Christian muy alegre.

Les abrazo de nuevo.

- ¿Y Susan?

- Ha ido a comprar unas cosas para los bebés, viene ya. Por cierto...

Me quedo callado sin saber qué decir.

- ¿Qué pasa? - pregunta Anna.

- Quería comentaros una cosa.

- Dinos. - me dice Christian.

- Lo he estado pensando mucho y... me gustaría pedirle a vuestra hija matrimonio.

Los dos se quedan estupefactos.

- Yo... emm... - digo nervioso. Joder, creo que la he cagado. - Lo siento. Sé que es muy precipitado, así que mejor me olvido.

- No. - me dice Christian.

- ¿N... no?

- Que no te olvides de ello. Pídeselo.

Mis ojos se agrandan. De repente, suena el ascensor y se abre. Aparece mi novia, con un carro de bebé doble de color blanco y una sonrisa radiante en la cara.

- ¡Sorpresa! - dice abriendo los brazos como si fuese un show.

Me quedo con la boca abierta. ¿¡Cuánto se habrá gastado en esto!?

- Susan, cariño... - la digo, pero de repente escucho la risa de un hombre.

- Susan, hija. - le empieza a decir su padre. - ¿Dónde demonios has comprado eso?

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