EXTRA

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NARRA LUCAS:

- Así que la parejita feliz se ha casado eh... - digo resentido y enfadado.

- Eso parece. - me dice Ethan. - No me interesa en absoluto. Sabía que ese chico no era apto para mí. No llega a mi altura.

- Eso no es de incumbencia. No me interesa lo más mínimo. - me levanto de golpe. - ¡JODER!

Ethan se asusta.

- Esos hijos de puta me la han jugado.

- Lucas...

- ¡NO!

Tiro todos los vasos de vodka y whisky al suelo de un manotazo, mientras que el mío me lo bebo y lo estrello contra la pared de esa mugrienta sala de póker moribunda.

- Ya basta. - Patrick entra por la puerta de repente.

¿Pero qué cojones...?

- ¿Cómo has escapado de la cárcel? - le pregunta su hijo.

- No ha sido muy complicado.

Me mira.

- ¿Has visto el destrozo que has montado? - me dice cruzándose de brazos y levantando una ceja, como si fuera un padre regañando a un niño.

- Que te jodan.

- Bájate esos humos conmigo, Lucas. No te conviene.

- Por tu culpa hemos perdido.

Se queda en silencio y se sienta en la mesa.

- Le dejaste escapar. - dice su hijo.

Sigue en silencio.

- ¿No vas a decir nada? - digo. Su silencio me lo dice todo. - Por supuesto que no. Solo eres un cobarde que ha dejado escapar a su enemigo.

- ¡CÁLLATE!

Se levanta de golpe.

- Tengo mis propios métodos. ¿Crees que soy tan tonto de no hacer nada? Si te piensas que me voy a quedar aquí sentado de brazos cruzados adelante, lárgate. Vete por tu cuenta. Si quieres que te maten, por supuesto. - me dice acercándose a mí y cogiéndome del cuello de la camisa.

Suelto una sonrisa perversa.

- ¿Tienes un plan, verdad?

Me suelta y asiente.

- ¿Y a qué esperas? ¿A qué te den bandera verde?

- Tranquilo, Lucas. Los mejores planes son los que se llevan poco a poco.

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NARRA VANESSA:

- ¡Dereck!

Nadie contesta.

- ¡Dereeeck!

Ya estamos.

Salgo hacia la terraza y veo a Dereck con Charlie en brazos a orillas del mar. Ah no, eso sí que no.

- ¡DERECK! ¡NO TE ATREVAS A METER A MI BEBÉ EN EL AGUA!

Se gira asustado y Charlie se ríe cuando me ve.

Viene como si fuese un niño arrepentido. Cuando llega hasta mí le arrebato a Charlie de los brazos.

- Pensé que le gustaría el agua. - dice con un puchero.

- Dereck, nuestro hijo no es un perro que puedas sacar a pasear para que vea el mar y la arena. Cuando sea un poco más mayor le llevaremos pero ahora tiene apenas 6 meses.

VIDA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora