Amigos de miradas

Capítulo 23

La primera vez que lo intento acabo mucho mejor de lo que realmente pensó que lo haría. Naruto había pensado que intentar invitar a Sasuke a una cita sin duda sería un desastre, y la verdad es que no se equivocaba, pero mínimamente ha vivido para contarlo, lo cual en realidad es muy bueno considerando los múltiples paros cardiacos que tuvo al intentarlo.

Ese día se había levantado más temprano de lo que solía hacerlo, se había duchado e incluso había buscado el uniforme más decente que tenía en su armario, una hazaña increíble si es que a su madre se le preguntaba. El detonante de la falla en sí, no fue su apariencia, él tenía la suficiente confianza en ella a decir verdad, así que el detonante en cambio fue que, no podía, en absoluto, hablarle a Sasuke.

Fue una maniobra increíble acercarse un par de metros sin morir antes, que si bien ya había estado cerca de él antes, antes no se había acercado a él para pedirle una cita, por supuesto que no, antes esa posibilidad ni siquiera existía en su mente, ahora que existía las cosas cambiaban, hacia que se sintiera más nervioso que antes, además no podía pedirle a Sasuke salir por medio de otras personas, incluso él tenía sus limites.

— ¿Qué haces? — Kiba había aparecido a su lado.

No lo culpa, estaba consiente que esconderse detrás de un arbusto no era la mejor manera de pasar desapercibido, aun así su corazón casi sale de su pecho por el susto, miro a su amigo con el ceño fruncido e hizo una seña indicándole que cerrara su maldita boca antes de que alguien más los viera.

— Voy a pedirle una cita a Sasuke dattebayo — le dijo en un susurro.

— ¿Detrás de un arbusto? — señalo incrédulo.

— Aun trabajo en ello — respondió — El primer paso es localizar al objetivo.

— Se supone que quieres invitarlo a una cita, no estas en una cacería viejo.

— Silencio, lo tengo todo calculado perro.

Así que una vez que Kiba guardo silencio, Naruto pudo seguir con su plan, justo como pensó ese día Sasuke había ido al patio trasero para organizar un evento del cual olvido el nombre y también de lo que trataba, a decir verdad sabía su itinerario de la semana gracias a Sakura ¿Qué cómo Sakura lo tenía? Prefirió no preguntar. Entonces una vez que localizo al objetivo lo único que quedaba era acercarse cuando nadie más estaba asechando.

— ¿Qué hacemos?

Una nueva voz a su lado hace que casi suelte un grito, mirando como Ino ahora estaba a su lado Naruto y Kiba llevan su dedo a su boca y sueltan un "Shh" prolongado, ambos rápidamente miran en dirección a Sasuke para confirmar que su posición no ha sido revelada.

— ¿Qué hacemos? — pregunto nuevamente bajando considerablemente su voz.

— Espiamos al Uchiha — explicó Kiba, a cambio Naruto lo golpeo con su codo — Hey eso dolió.

— No estamos espiando a nadie ttebayo - dijo Naruto — Estoy tratando de pedirle una cita a Sasuke.

— ¿Detrás de un arbusto?

— Aun trabajo en ello — respondió nuevamente.

Siguió nuevamente con su trabajo de observación.

A lo lejos, sin saberlo, ellos también eran observados por cuatro ojos, Suigetsu y Karin miraban en silencio hacía el arbusto que resalía ridículamente entre todos, ambos se miraron y volvieron la vista al arbusto, repitieron esto por unas tres veces antes de por fin hablar.

— Digámosle a Sasuke — dijo Suigetsu.

— Yep.

Caminaron hacia su amigo demasiado sospechosos para el gusto de Sasuke, le susurraron unas palabras y señalaron el lugar donde Naruto y sus amigos se escondían, esto por supuesto causo una revuelta en el arbusto, las hojas se movieron en direcciones anti naturales ante la desesperación de quienes estaban ahí, tuvo que pasar un tiempo antes de que las hojas dejaran de agitarse. Los tres amigos hablaron en susurros desesperados tratando guardar la calma.

— Creo que no nos vio — dijo Naruto.

— Es obvio que nos vio — hablo Ino — Esta mirando hacia acá.

— Ten esperanza — le dice Kiba — Aun no ha... — se traga sus propias palabras al ver a Sasuke saludar en su dirección — Olvídalo, definitivamente nos vio.

— ¿Por qué a mi dattebayo?

Entonces, se podría decir que su primer intento fracaso, pero mínimamente pudo ocultar su vergüenza detrás de las hojas del arbusto.