21. Desmoronarse

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—Oh, hola Jess.— sonrió amablemente la maestra.
—¿Vienes del cielo? ¿Cómo es allá? ¿Cuantos años tienes? ¿Cómo respiraban? ¿Qué hacías allá?— fueron algunas de las preguntas que hicieron los niños asombrados.
—Estaré encantada de contarles sobre eso, pero creo que ahora tienen clase, así que ¿por qué no nos vemos después de la cena en el comedor?— sugerí y la maestra me detuvo.
—Bueno, si tienes tiempo ahora...— se dirigió a mi.
—¿Enserio?— pregunté insegura.
—Si, de todas formas ya tienes toda su atención.— rió y me invitó a pasar.

Por una hora estuve contestando preguntas de los niños sobre la vida en el espacio, eran bastante curiosos y sus preguntas era muy inteligentes. Muchas me traían recuerdos melancólicos pero lograba manejarlo, su asombro me enternecía y estaba encantada de contarles más. Cuando acabó el tiempo, me despedí de todos y salí de ahí sonriendo, genuinamente.
—¡Jessica!— me alcanzó la profesora en el pasillo. —Gracias por tu tiempo, ellos están encantados.— sonrío
—Oh, no es nada, fue divertido.— respondí amable.
—Escucha... ¿qué te parece hacerlo algo regular? Cada semana ¿quizá?— preguntó.
—¿Habla enserio?— sonreí.
—¡Claro! A ellos les encanta aprender cosas nuevas y ¿qué mejor que hacerlo de alguien que lo ha vivido?— sonaba entusiasmada.
—¡Vaya, me encantaría!— exclamé.
—Excelente, entonces nos veremos la próxima semana a la misma hora.— me dijo y se fue de vuelta al área escolar y yo fui hasta el comedor. Ahí encontré a Jasper con una chica, no quise acercarme porque parecían muy interesados el uno en el otro así que decidí ir a a un lugar vacío. Monty y Harper llegaron conmigo y tomamos la cena mientras hablábamos de lo increíble era que todo esto existiera, a mi parecer era demasiado bueno para ser real pero me gustaba pensar que al fin habíamos conseguido un poco de paz, que después de todo el dolor y sufrimiento, al fin habíamos encontrado un lugar para descansar del caos que era el mundo.

Cuando estábamos comiendo el postre, llegó Clarke  muy alterada buscando a Jasper y se lo llevó. La escena fue discreta pero nosotros la vimos de cerca, Monty me dijo que la chica había estado actuando muy raro desde que llegamos y que sospechaba de todo este lugar. La verdad es que entendía su sentir, pero dejar que la paranoia te consuma, no es una opción. Ella estaba tan preocupada de todo lo malo que podía pasar que ni siquiera se dio cuenta de todo lo bueno que estaba pasando y hasta cierto punto, me sentía mal por ella, se merecía relajarse un poco.

Esta mañana desperté y me di cuenta que la cama de Clarke estaba vacía, lo extraño es que la noche anterior no había llegado a dormir, esto era muy extraño porque ella jamás desaparecía sin decirle a alguien de confianza, y me gustaba pensar que Jasper, Monty o yo seríamos ese alguien. Monty y yo le preguntamos a todos a ver si alguien la había visto pero nadie sabía de ella desde anoche, estábamos muy preocupados buscándola por todos lados.
—¿Y si le pasó algo malo?— dijo Monty en el desayuno, apenas podía tocar su comida.
—Lo descubriremos, debió dejar alguna pista.— respondí tratando de calmarlo, Jasper llegó con nosotros y cruzo algunas palabras con Monty y luego se sentó con nosotros.
—Maya tiene acceso a todo con su trabajo, tal vez pueda investigar algo.— susurró. Hicimos el plan y dejamos que Maya investigara, mientras la esperábamos los nervios me consumían, apenas podía respirar con normalidad pero afortunadamente Alex llegó en la comida y me tomó de la mano llevándome hasta una mesa vacía. Todos sus amigos llegaron y se sentaron también, no entendía qué estaba pasado pero me alegraba distraerme.
—¡Cuéntanos más del espacio, Jessie!— exclamó Alex y sentí una ligera punzada en el pecho por el apodo. Bellamy...
—Claro, ¿tienen preguntas?— dije y casi todos hablaron al mismo tiempo. Me ocupé de responder la mayoría de preguntas pero cuando vi a Monty salir del comedor me disculpé con los niños y lo seguí. Me puso al tanto de lo que les había dicho Maya, según lo que decían, Clarke había tenido una crisis y se había quitado las puntadas de su herida, estaba en vigilancia psiquiátrica y que los doctores no la dejarían ver a nadie hasta dentro de unos días.
—Debemos ir por ella.— dije y Monty asintió.
—¡No!— exclamó Jasper. —Es Clarke, ella estará bien.— lo miré incrédula.
—Si ella hubiera dicho lo mismo cuando se trataba de ti, estarías muerto.— exclamé enojada y guardé mis cosas en una maleta. Monty y yo conversábamos sobre cómo haríamos todo esto pero de pronto Jasper llamó nuestra atención, al voltear, vimos la cara Maya poniéndose roja.
—Radiación.— dijo ella apenas audible y corrió a la puerta, pero esta estaba cerrada. Intentó usar su tarjeta pero no funcionaba, así que todos corrimos a golpear la puerta y pedir ayuda a gritos.

Nos llevaron a donde estaba Maya, se veía muy mal, las heridas en sus brazos y su rostro eran demasiado graves. La doctora Tsing habló de que el tratamiento convencional no funcionaba y Jasper se ofreció a ser sujeto de prueba cuando la doctora le explicó cómo funcionaba el otro método.
—¡Jasper!— lo jalé hasta la esquina. —No puedes ser su conejillo de Indias, ni siquiera saben qué te pasaría a ti.— lo reprimí tratando de que se diera cuenta de lo que estaba por hacer.
—Solo porque tu no intentaste salvar a Bellamy no significa que yo no pueda intentar salvar a Maya.— la rabia se acumuló en todo mi ser y mientras aguantaba las lágrimas le di una bofetada con toda la fuerza que tenía.
—No te atrevas a hablarme de nuevo.— exclamé dolida y salí rápidamente de ahí, corrí por el pasillo hasta el dormitorio, me recargué en la pared porque ya no podía contenerlo más. Trataba de respirar profundo pero ni siquiera podía jalar aire, Monty pasó corriendo y en cuanto me vio se detuvo.
—Jess...— puso su mano en mi espalda, susurró con pena y esta vez ni siquiera me importó, me acerqué a él y dejé que me abrazara, desmoronándome. Mis piernas perdían fuerza y me fui dejando caer, Monty me sostuvo para que no cayera de golpe y se hincó conmigo. Dejé las lágrimas salir mientras el dolor me consumía por dentro y me di cuenta que no me había dejado sufrir la pérdida de Bellamy.

Los pies en la tierra || Bellamy BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora