Los tres caminamos en busca de los demás cuando un extraño sonido hizo eco en todo el bosque, al ver que no había nada extraño cerca, seguimos nuestro camino. Sin embargo, a lo lejos pude ver cómo una enorme nube café se acercaba rápidamente, seguida de los gritos de varios chicos diciendo que buscáramos refugio.
Bellamy tomó la mano de Charlotte para que corriera más rápido, él nos llevaba a una pequeña cueva que había visto antes. Cuando llegamos, me hizo entrar primero, después a la niña y al final entró él poniendo una frondosa rama en la entrada para evitar que esa extraña nube entrara, o al menos intentar que así fuera. El lugar era muy pequeño y apenas había espacio para los tres, aunque Charlotte estaba en un agujero alto que prácticamente no ocupaba espacio extra. Fui a la esquina mientras ellos dos conversaban, como no tenía algo más que hacer estaba por sacar mi cuchillo e intentar afilarlo más cuando encontré un par de ramas lo suficientemente gruesas para hacer unas cuantas flechas y como eran varias me propuse afilarlas todas. Después buscaría más ramas más y algo que funcionara como el resorte, para hacer un arco. No sería muy fácil encontrar los materiales específicos pero seguro algo parecido serviría.
—Hey.— escuché a Bellamy casi en un susurro detrás de mi.
—¿Está dormida?— respondí en el mismo tono, él hizo un sonido de afirmación. —Bien.—
—Jess, fuiste algo...— sabía lo que iba a decir así que lo interrumpí.
—Hay una brecha en el muro, detrás de la nave.— sabía que si le hablaba de algo referente a los temas de seguridad del campamento, desviaría toda su atención. —Debemos cubrirlo con más troncos y tal vez un par de trampas.— me miró extrañado. —Por si acaso.— añadí y comenzó a considerarlo.
—Tú también deberías dormir.— su voz reflejaba cansancio así que ignoré el hecho de que ambos éramos buenos evadiendo temas de conversación.
—Solo necesito un minuto.— avisé y él asintió. —Pero tú debes descansar, estoy segura de que ser tan mandón e insoportable todo el tiempo, es muy agotador.— bromeé y una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro.
—Lo es... aunque no creo que canse más que ser una irritable afila cuchillos compulsiva.— reímos un poco intentando no hacer mucho ruido para no despertar a Charlotte.Seguía afilando la ramas cuando un quejido llamó mi atención y al voltear, me di cuenta que la niña estaba teniendo una pesadilla. De inmediato me acerqué e intenté despertarla y después de un rato, lo conseguí.
—¿Te encuentras bien?— pregunté sabiendo lo mal que te dejaban esa clase de sueños. Ella asintió aún intimidada por mi carácter. —¿Te pasa seguido?— seguí intentando romper el hielo.
—Cada noche. Mis padres...— sus ojos se volvieron acuosos y sentí un pequeño ataque de pánico porque no tenía idea chino lidiar con las emociones de una niña.
—Está bien.— llena de dudas, tomé su mano. —No tienes que decirme.— le di una expresión comprensiva. —Sé como es.—
—Sea lo que sea que te asuste, debes enfrentarlo. Míralo a los ojos y di "vete al carajo, no tengo miedo." Debes matar a tus demonios.— una voz ronca se hizo audible a mi lado. Bellamy se había despertado y se estaba uniendo a nuestra conversación, que al parecer, estuvo espiando.
—Vete al carajo, no tengo miedo.— yo dije apoyando el punto del chico. Ambos me miraron y sonrieron, después las miradas se desplazaron a Charlotte, quien repitió la frase un par de veces hasta que pudo creerla. Una vez que volvió a dormir, Bellamy se acercó a mi.
—¿Qué es lo que te mantiene despierta?— preguntó serio.
—No tengo sueño.— mentí pero un bostezo que fui incapaz de contener, me delató.
—Vamos, debes descansar.— golpeó un lugar a su lado invitándome a ir. Lo sopesé unos largos segundos y al final fui, sin embargo, no me quedé tan cerca. —Mi madre solía leernos a Octavia y a mi esta historia de la Iliada, siempre nos decía que debíamos enfrentar nuestros miedos para poder encontrar nuestros sueños.— comenzó a hablar. Seguimos la conversación un rato, y pude sentir como su voz me fue arrullando poco a poco hasta que por fin pude quedarme dormida.Corría lo más rápido que mis piernas me lo permitían, aunque no sabía por qué, hasta que la vi parada al otro extremo del bosque. Paré en seco un segundo y luego seguí corriendo hacia ella, intentando llegar antes que los demás. Le gritaba que corriera pero ella lo hacía nada y cuando estaba por alcanzarla con mi mano, entonces una corriente de aire la succionó y de un segundo al otro, mi madre había desaparecido.
Desperté de un susto, un poco agitada y pude tranquilizarme un poco cuando me di cuenta que no era más que un sueño. No obstante, mi sobresalto aumentó cuando vi que el cuerpo de Bellamy estaba frente al mío, uno de frente al otro. También noté que antes de mover mi mano cuando me desperté, ésta se encontraba sobre su pecho y la suya descansaba en mi cintura.
No tenía idea de cómo es que habíamos llegado a estas posiciones si habíamos dormido lo suficientemente separados uno del otro. Todo lo anterior pasó en apenas unos segundos y tan solo un par de segundos después, el chico a mi lado despertó. Se dio cuenta de donde estaba su mano y de inmediato la quitó de ahí.
—Lo siento.— murmuró con su voz ronca apenas siendo consciente del escenario en el que nos encontrábamos.
—Descuida.— respondí nerviosa esperando que no haya sentido cuando mi mano estaba en su pecho.
—¿Una pesadilla?— preguntó cambiando de tema.
—No es nada.— le resté importancia y me dirigí hacia la entrada de la cueva esperando que la nube se hubiera disipado ya. Moví solo un poco la rama que tapaba la entrada y al ver que no había nada, me arriesgué a apartarla más. Al parecer la nube se había ido, pero pronto escuché unos gritos un tanto lejos, que me hicieron salir de inmediato.
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Los pies en la tierra || Bellamy Blake
Fanfic-Te amo más que a la tierra.- susurró Bellamy un segundo antes de volver a unirnos en un beso lleno de necesidad y amor. Basada en la serie "The 100"