Íbamos de camino a la nave en la que llegamos porque Monty se había comunicado con Bellamy, dijo que ya sabían que nos había ayudado a escapar y necesitaba ayuda. Claro que mi padre no se negó pero fuimos precavidos al no revelar nuestra ubicación, Octavia, mi padre y yo llevábamos a Bellamy como prisionero en caso de que tuviéramos que hacer un intercambio. Octavia iba metros adelante, yo llevaba a Bellamy y mi padre vigilaba atrás.
—¿Aún crees que Pike está haciendo lo correcto?— pregunté y me miró, sabía que ya se había dado cuenta de lo extremista que era el canciller electo, pero a pesar de todo, se mantuvo fiel a su lado. —Lamento que todo esto llegara tan lejos.— dije sinceramente y llegamos al punto de encuentro. Pocos segundos después, Monty salió de la nave con un arma apuntándole a la cabeza, a manos de Pike.
—Maldito cobarde.— espeté y una bala aterrizó en el piso, cerca de nuestros pies. Solté a Bellamy y di unos pasos hacia adelante. —Si quieres matarme, vas a tener que hacerlo tú mismo.— miré al hombre y otra bala cayó cerca de mis pies pero no me moví. Pike pedía que bajáramos las armas o le dispararía a Monty, finalmente mi papá accedió y nos deshicimos de las pistolas. Inmediatamente después de eso, varios hombres llegaron y nos tiraron al suelo, soltaron a Bellamy y a Monty.
—Los demás están en una cueva, muy cerca de aquí.— habló Bellamy de repente.
—¡Imbécil mal nacido!— grité y un tipo me soltó una patada en el estómago.
—Necesitaremos las coordenadas.— pidió el canciller.
—No las tengo, pero puedo guiarlos.— respondió el chico y el coraje se apoderó de mi. Intenté levantarme pero el guardia me tiró al piso de nuevo y sentí como todo se volvió borroso, los gritos de mi padre, Octavia y Monty se escuchaban cada vez más lejos hasta que perdí la conciencia.Desperté y estaba en el suelo, la tierra estaba húmeda y mis manos atadas en mi espalda. Entonces alguien se acercó a mi y me liberó.
—¿Jess?— la dulce voz de Octavia me hizo sentir calma. Miré al rededor y me di cuenta de que todos los guardias estaban en el suelo y había terrestres a nuestro lado.
—¿Qué pasa?— pregunte alterada.
—Venimos a entregarles al canciller Pike, de Skykru. Pueden levantar el bloqueo.— gritó Bellamy y Octavia lo tradujo. Ella me ayudó a ponerme de pie y pude ver cómo los terrestres se llevaban a Pike.
—¿Puedo it con ustedes?— preguntó mi padre.
—¡Papá!— exclamé ya que no quería que se fuera.
—No nos retraces.— le respondió un terrestre mientras veía su marca del 13 clan.
—Debo ir, Jess. Tengo que arreglar esto.— me miró.
—Si lo que Indra dice es cierto, no sabemos qué será de la nueva comandante.— insistí.
—Exactamente por eso debo hacerlo.— me dio un abrazo y se fue con ellos. Mientras que Monty, Octavia, Bellamy y yo volvimos a la cueva con el resto.Prendimos una fogata y yo estaba acostada en el piso, con la cabeza recargada en las piernas de Nate, quien tenía a Bryan a su lado. Una de mis cosas favoritas en el mundo era que Nate me protegía como un hermano, siempre me cuidaba y estaba ahí para mi, y Bryan sabía lo importante que éramos el uno para el otro. Desperté después de no sé cuánto tiempo, vi que estaba recargada en una mochila y todos estaban al rededor de alguien más. Me acerqué y vi a Raven volviéndose loca, se libró del agarre de todos y saltó de donde estaba para salir corriendo. Por si no había recibido suficientes palizas hoy, ella me lanzó al piso con tanta fuerza que me sorprendió y salió corriendo. Unos fueron a tras ella, pero Bellamy se quedó a ayudarme.
—¿Estás bien?— me tomó de la mano y me ayudó a ponerme de pie, a lo que solo asentí recuperándome de esto. —Deberías descansar, ya recibiste suficientes golpes por hoy.— rió muy levemente y me llevó hasta donde estaba dormida antes.
—Si bueno, creo que no soy la única.— exclamé al ver los moretones de su rostro. Una pequeña sonrisa se asomó en subida y yo hice lo mismo. Poco después, los chicos volvieron con Raven dormida y hablaron de un plan para que ella mejorara. Clarke y Jasper habían traído a Raven en un Rover, así que todos entramos y fuimos a donde sea que Clarke quería ir.Llegamos a una tienda de suministros y después de una ligera disputa, Nilah, la dueña de la tienda nos dejó entrar. Ataron a Raven a una cama y nos ocupamos de ejecutar el plan, Octavia y Monty fueron a buscar algo a la nave, mientras que Sinclair se encargaba de crear el artefacto, Bellamy, Jasper, Clarke y yo nos ocuparíamos de vigilar a Raven.
—Debo preguntarte algo.— la voz de Raven se hizo presente cuando yo la cuidaba. —¿Te culpas por lo qué pasó?— una sonrisa espeluznante se asomó en su rostro. —Es decir, tú madre murió por tu culpa, tu padre jamás te quiso en su vida. Cuando por fin encontraste el amor, resultó ser un genocida.— miró en dirección a la puerta, refiriéndose a Bellamy.
—Cállate.— espeté molesta.
—Y ese niñito del Monte Weather ¿cómo es que se llamaba?— su voz reflejaba el cinismo.
—¡Cállate!— hablé más fuerte.
—A donde vayas, la muerte te persigue. Estás rodeada de las tumbas que tú misma excavaste, solo es cuestión de tiempo para que estén todas ocupadas.— la furia se apoderó de mi y corrí hacia ella para soltarle un puñetazo en el rostro.
—¡Dije que te calles!— grité y ella me mordió el brazo. Alguien me jalo de la cintura y me llevo fuera de la habitación. —¡Juro que voy a matarte!— dije mientras gruñía del dolor y enojo.
Bellamy me sentó en una silla y me ayudo a calmarme poco a poco, pero no pude evitar dejar salir algunas lágrimas.
—Jess, sabes que no es ella.— habló suavemente mientras limpiaba mi herida.
—Eso no significa que esté mintiendo.— le respondí entre sollozos, que se fueron haciendo más intensos y él solo me abrazó tan fuerte como solía hacerlo, haciéndome sentir segura y a salvo.
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Los pies en la tierra || Bellamy Blake
Hayran Kurgu-Te amo más que a la tierra.- susurró Bellamy un segundo antes de volver a unirnos en un beso lleno de necesidad y amor. Basada en la serie "The 100"