Los pies en la tierra || Bellamy Blake

4. Favores

Llegamos a una zona donde no había tantos árboles, a excepción de un enorme tronco en el centro.
—¡Jasper!— noté que tenía una especie de pasta en donde lo habían herido y mientras me acercaba pude ver que se movió. De inmediato corrí hacia él pero de la nada, sentí como caía hasta que alguien me tomó del brazo. Abajo vi un enorme agujero con lanzas en el fondo y cuando miré arriba, me encontré con Bellamy evitando mi muerte. Me subió rápidamente y cuando abrí la boca para agradecerle, un fuerte rugido me interrumpió. Bellamy de inmediato me puso detrás suyo de forma protectora.
—¡Cuidado!— gritó Wells, quien estaba detrás de mi. Fácilmente pude distinguir al animal cómo una pantera negra. Al escuchar los gritos del chico, la pantera comenzó a caminar amén ante hacia nosotros tres. Bellamy extendió su brazo haciéndome hacia atrás lentamente, pero el animal no dejaba de asecharnos. Entonces recomendé el arma de Bellamy y la tomé de su espalda, en ese mismo instante el animal saltó hacia él y yo le solté un disparo mientras iba el aire, haciéndolo caer de golpe. Bellamy me volteó a ver con una expresión de sorpresa en su rostro.
—Debía devolverte el favor.— bromeé refiriéndome a cuando salvó mi vida momentos antes, sin embargo, expresó su confusión acerca del momento en que había tomado su arma. Se la extendí de vuelta con una ligera sonrisa.
—Gracias.— la tomó y sonrió también.

Cualquiera en el arca había soñado con ver la tierra al menos una vez, incluyéndome pero mi mayor sueño era poder ver algún animal real. Solía escabullirme por ahí buscando cualquier cosa que tuviera que ver con ellos, recolectando anécdotas de los parientes de aquellos que alguna vez vivieron para ver alguno.

Todos estaban ocupándose de Jasper, y cómo mi ayuda no era necesitada, decidí acercarme a la pantera. Tenía un poco de miedo pero la curiosidad me venció y me acerqué lentamente, puse mi mano sobre su cuerpo y me alejé de inmediato pensando que se movería, pero no lo hizo. Volví a acercarme para acariciar su suave pelaje, observé sus filosas garras y enormes colmillos que se asomaban solo un poco. Jamás creí poder estar así de cerca de un animal como este.
—Jess, debemos irnos.— habló Octavia detrás de mi. ¿En qué momento todos empezaron a llamarme así?
—¡Hey!— llame la atención de los demás. —¿Qué tal les caería una carne asada?— señalé al animal, Bellamy sonrió y trotó en nuestra dirección. Entre los tres llevamos a la pantera de vuelta al campamento, debo admitir que cruzar el río de vuelta fue aún más difícil porque debíamos encargarnos de Jasper y nuestra cena, sin embargo, lo logramos. Y si, Bellamy volvió a saltar conmigo en la liana, aunque esta vez fue mucho menos incómodo.

Habíamos comenzado a trabajar en un muro, que nos protegería de los peligros que nos rodeaban aquí en la tierra. Bellamy de verdad había hecho una clase de sociedad suficientemente funcional a comparación de lo que se esperaba. Aunque no había evitado ciertas disputas, siempre encontró cómo contenerlas así que para nada estaba haciendo un mal trabajo. Por otro lado, las noches se habían vuelto muy largas desde que volvimos con Jasper, parecía sufrir una interminable agonía que, por lo menos las últimas tres noches, no había dejado dormir a la mayoría.

El sol apenas salía pero yo me encontraba afilando mi cuchillo, pues los gritos de Jasper no me facilitaban dormir así que preferí salir de la nave. De pronto escuché como alguien se acercaba hacia mi por atrás, era muy temprano para que los demás comenzaran a trabajar así que me di la vuelta rápidamente y salté empuñando el arma, sometiendo a ese alguien entre mi cuchillo y un árbol. Sonreí al ver el rostro de John Murphy asustado mientras su vida dependía  completamente de mi.
—Jessie...— mencionó con dificultad y apreté el cuchillo un poco más a su cuello.
—¡No me llames así!— escupí molesta.
—¡Hey basta!— llegó Bellamy a mi lado.
—Me sobran razones para enterrar este cuchillo en tu garganta.— apreté mis dientes e hice un poco de movimiento sin ejercer presión, solo para agregar un poco más de drama.
—¡Jess suéltalo!— se acercó Bellamy.
—Pero ambos sabemos que no soy como tú en lo absoluto.— susurré y lo solté, aunque cuando aparté el cuchillo, decidí que no podía dejarlo ir ileso y en un rápido movimiento, mi puño impacto en su rostro. Murphy cayó al suelo pero eso no lo detuvo y salió rápidamente de ahí.
—Eres buena con eso.— tuve que disimular mi sorpresa a las palabras de Bellamy, pues yo esperaba un regaño de su parte. —El grupo de caza se va en unos minutos, deberías venir.— me ofreció.
—Mientras salga de aquí, cuenta conmigo.— tomé mis cosas y lo acompañé. En el campamento me sentía un tanto sofocada, así que si tenía la oportunidad de salir de ahí, la tomaría.

Finn nos había hecho seguir unas huellas y cuando se acabó el rastro nos separamos para buscar al animal que las había dejado. Bellamy estaba justo detrás de mi aunque pude escuchar movimiento más atrás y en cuanto voltee a mirar, el hacha de mi acompañante impacto un árbol.
—¿Pero qué..?— me acerqué al ver que había alguien atrás del árbol. Era una niña del campamento. —Pudiste haber muerto. ¿Qué demonios estás haciendo afuera del muro?— solté molesta y la niña se veía intimidada. Me di cuenta de mis palabras y me golpeé mentalmente, solté un suspiro y cuando quise enmendar lo que había dicho, Bellamy me interrumpió.
—Charlotte ¿verdad? ¿Sabes usar esto?— le extendió un cuchillo. —Lo vas a necesitar si estás aquí afuera.— le sonrío y ella hizo lo mismo. El tono en su voz fue uno que nunca antes había escuchado, amable, amigable y dulce. Huh, quién lo diría.