20⇝𝚂𝚎𝚙𝚊𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜

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Kassandra estaba sobre Jasper, lo besaba de forma efusiva y entre cortada, sus manos vagaban por el cuello del rubio mientras él presionaba su espalda desnuda de forma que ambos torsos desnudos chocasen

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Kassandra estaba sobre Jasper, lo besaba de forma efusiva y entre cortada, sus manos vagaban por el cuello del rubio mientras él presionaba su espalda desnuda de forma que ambos torsos desnudos chocasen.

La giró dejándola bajo él , unió sus labios nuevamente mientras que con sus manos, se deshacía de aquel pantalón de tela.

Rompió el beso para pasar a su cuello y pecho, besaba dejando rastros de que llegó a estar ahí en algún momento.

Kassandra soltó ese jadeo cuando sintió el apretón en su pezón derecho, pasó las uñas por la espalda del rubio mientras disfrutaba de su lengua y el placer que le producía al contacto con su piel.

Giro la cabeza para ver a Edward al otro extremo de la cama, éste le sonrió para luego jalarla de la nuca e unirse en un beso.

Beso que tomaba más intensidad, beso con el que callaba los gemidos provocados por la lengua de Jasper al besar y succionar sus muslos.

Abrió los ojos de golpe, respirando de forma agitada y asustada, miró a todos lados para darse cuenta de que solo había sido un sueño.

Luego de aquello pudo suspirar con más calma, Jasper se había ido hace unas horas luego de haberle revelado que le apetecía tomar sangre.

Kassandra se levantó de la cama para ir al baño y tirarse agua fría por todo el rostro, nunca había experimentado lo que era un sueño húmedo, por el hecho de que los vampiros no duermen.

Había fantaseado con Edward una que otras veces, pero nunca tener un sueños esos, aún estaba un poco confundida ya que había sentido que todo pasó muy rápido.

Al salir del baño se topó con la figura de James que antes de que ésta pudiera gritar le tapó la boca.

La pegó a una pared mientras esperaba a que Kassandra se tranquilizara.

—Es una imprudencia tuya entrar aquí ¿Haz perdido la cabeza?—Habló Kassandra, sabía que si encontraban a James en su habitación su vida se reduciría a solo unos minutos.

—Soy más prudente que tú, que te andaba toqueteando con aquel chico con todos en casa.

—¿No hay nadie en casa?

—Por favor muñeca, no soy idiota, obvio que no hay nadie aquí, pero no puedo dejar que te pongas a gritar como si estuvieras en peligro, y menos con la conexión que tienes con aquel vampiro, el de pelo castaño.

—Estoy en peligro aquí contigo.—Estás palabras hirieron de alguna forma a James, por lo cuál se acercó más a ella acorralándola contra la pared.

ᴋᴀssᴀɴᴅʀᴀ➽𝙴ᵈʷᵃʳᵈ 𝙲ᵘˡˡᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora