Un rechazo amoroso dolía ¿No?
En especial cuando el rechazo es el de tu primer amor y mejor amigo de toda la vida, pero ¿Es correcto una venganza?
En realidad ¿Es correcto invocar entidades para la venganza? ¿Es justo regalar un alma que no te pert...
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Todo parecía un sueño...
Aquellas garras metálicas recorren el pequeño cuerpo sin pudor, los colmillos que sobresalen pasan lentamente por aquel cuello blanco como la nieve amenazando en dejar marcas, el ambiente de esa habitación se siente pesado; pero no por la presencia del ser demoníaco, se siente pesado por el deseo, la lujuria, la exitacion.
¿Debería de tener miedo por lo que está pasando?
El pequeño chico con ojos zafiro no lo sabia, estaba tan concentrado en el toque del demonio que no le importaba; el día de hoy sus padres no estarían en casa, pero no esperaba tener un sueño tan bueno según él.
Los ojos cobrizos nuevamente lo veían con anheló, aunque la mirada era penetrante y fría no evitaba que él mencionado se sintiera deseado; con su pequeña mano toma la mejilla del extraño ser y lo acerco a su rostro.
¿Cómo se sentiría besar al diablo?
Exquisito, era la respuesta; sus labios encajaban a la perfección, como si hubieran esperado toda la vida para estar juntos.
Pero no era suficiente un beso, necesitaban algo más pasional, más íntimo; por lo cual el peliazul empezó a morder el labio inferior del contrarió logrando que él mencionado abriera un poco más los labios y cumplir el objetivo.
Cuando sus lenguas rozaron, una pequeña pelea por el liderazgo del beso empezó; ¿Segundos? ¿Minutos? Realmente no sabían cuánto paso para que el pelirrojo ganará la batalla, pero el ojizafiro no de quejaba.
El calor se empezó a elevar todavía más, el aire empezó a faltar, la ropa empezaba a sobrar y el pequeño Shiota Nagisa rogaba por no despertar hasta satisfacerse totalmente.
Tal vez el demonio leía mentes o estaba igual de desesperado, necesitaba sentir la piel del menor y esa pijama solo le estorbaba para cumplir su cometido; se alejo un poco del cuerpo que estaba sosteniendo y lo contempló un momento, quería dejar sus marcas en él, quería que el peliazul rogara por más, quería escuchar su nombre de sus labios mientras le robaba el aliento con besos y caricias.
Un suspiro y una mirada de reproche hizo reír al pelirrojo, sabía que el ojiazul también quería sentirlo y ya no podía aguantar; rasgó la playera que tenía el menor, y bajo rápidamente el pantalón que ocultaba las piernas que deseaba tocar directamente; un bóxer negro fue lo que se dejó ver y una sonrisa lascivia se poso en sus labios.
Nuevamente las pequeñas manos del más bajo lo sorprendieron, empezaban a recorrer la piel que dejaba expuesta la túnica que portaba mientras se detenían por momentos acariciando las runas que estaban a la vista; un osculo fue depositado en una ranura que estaba en la clavícula de ojicobre mientras las inexpertas manos buscaban como quitar la incómoda prenda.
"- Me gustan, tus tatuajes me gustan.
- Tú me gustas a mi, ratoncito."
Un delicada risa se escuchó por la habitación, mientras las mejillas del pequeño Shiota se cubrían por un ligero sonrojó; una sonrisa burlona se poso en los apetecibles labios del mayor mientras sentía que las caricias brindadas quemaban de la mejor manera.
