Un rechazo amoroso dolía ¿No?
En especial cuando el rechazo es el de tu primer amor y mejor amigo de toda la vida, pero ¿Es correcto una venganza?
En realidad ¿Es correcto invocar entidades para la venganza? ¿Es justo regalar un alma que no te pert...
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Un suspiro escapó de los labios del pelirrojo mientras observaba nuevamente la vieja baraja española, el cansancio seguía bajo sus ojos mientras sus pensamientos viajaban a años atrás; realmente había perdido la cuenta del tiempo encerrado en aquella carta de Marsella pero en definitiva no importaba ya.
"- Mierda. - Gruñó levemente al observar un trío de espadas- ¿Estás de joda? Ese puto tres era mi victoria.
- Bueno, llevas ganando siete años seguidos. -Suspiro su acompañante al momento de ver al pelirrojo lanzar las dos cartas de sus manos- Era una victoria que merecía.
- Supongo."
La mirada de orbes como la noche estrellada se poso inmediatamente en Akabane, la culpa apretaba en demasía el viejo corazón del joven tarotista y ver a aquel ser tan desdichado hacia que pequeñas galaxias bajarán por sus mejillas.
"- Deja de llorar. - Exigió con la voz llena de molestia- ¿Tanta felicidad te da ganar?
- No, estoy llorando por ti."
Un bufido resonó en el oscuro lugar, realmente no era la primera vez que el dueño del Tarot lloraba a cántaros por el ojicobre pero está vez el culpable lo sentía diferente; el dolor que no había dejado salir en los últimos años estaba siendo reflejado por la persona que lo tenía cautivo y eso lo hacía sentir aún más desdichado.
"- ¿Todavía lo quieres? - Cuestiono el de cabello grisáceo al escuchar los pasos al rededor de él- ¿Después de todo?
- ¿Ahora te interesa? - Respondió con sorna el de iris mercurio-Te lo diré una vez porque estoy cansado de verte llorar por mi fue, es y será mi adoración hasta que muera pero ya no importa él ya no está por lo que me dijiste.
- No vas a morir, estás en el Tarot. - Suspiró con pesadez- Siento no dejarte ir."
Una pequeña risa socarrona escapó de los labios de Akabane, el enojó estaba inundando todo su cuerpo a la par que los dolorosos recuerdos de un pequeño chico de ojos zafiro; un nudo empezaba a instalarse en si garganta mientras que sus palmas se cerraban en puños.
Las palabras estaban muriendo en su boca y las lágrimas que llevaba evitando tantos años empezaban a desparramarse sin piedad de sus ojos; una maldición entre los sollozos escapó sin autorización mientras su cuerpo temblaba debido al llanto.
Akabane Karma, el ex dueño del infierno estaba destruido por primera vez desde que había llegado al exilió y el culpable de que el mencionado estuviera hundido en un abismo de desolación era el mismo humano que conoció en el aposento terrenal.
"- Hinano y Okajima dejaron que volviera a nacer. - Soltó de repente el dueño del lugar- Entregaron su alma a Kimura y está en el aposento terrenal nuevamente.
-¿Qué?
- Nagisa volvió a nacer Akabane, en estos momentos a de tener 7 años. - Respondió con tranquilidad el de hebras grises- Sabes hay algo muy curioso en él.
- No me lo digas. - Gruñó levemente al momento de ver al chico - Quédate callado Sugaya o está vez te mataré para salir de aquí.
- Hasta hace un año te recordaba. - Retomó la palabra sin falta el de ojos llenos de estrellas- Todavía te lloraba como no tienes una idea, pero todo termino...
- He dicho que te calles, mierda. - Exigió en tono mordaz el pelirrojo- No quiero saberlo.
- Todo termino cuando le quitaron el relicario que le diste. - Contesto sin miedo - Pero después de eso una duda nació entre todos nosotros.
- Una mierda tus dudas, iré a perderme y molestar a Yoshida. - Dijo reprimiendo un gruñido- Ojalá te mueras en lo que me voy.
- ¿Por qué Nagisa aún tiene tu marca? - Preguntó sin rodeos el tarotista - Después de que le quitaron el relicario, no pasó ni un día cuando la extraña runa que te identifica apareció en él.
- No lo sé, pregúntale al dueño del infierno. - Contestó con fingido desinterés-Ahora déjame en paz."
El aire acumulado en los pulmones del peculiar dueño abandonó rápidamente sus labios en forma de suspiro, notaba el interés que irradiaba el demonio y que trataba de ocultar en aquella fachada de molestia; aún no sabía cómo soltar la granada que tenía reservada desde la última junta que tenía en secreto con el creador y el dueño del limbo pero en definitiva no sabía cómo actuaría.
"- Sabes, el tarot es muy interesante. - Susurro el de hebras grises- Pueden leer el futuro o predecir que va a pesar como las profecías.
- Las profecías son una mierda, ahora deja de joder.
- Está baraja de Marsella en la que fuiste sellado tiene diferentes personajes encerrados y cada uno de ellos es peligroso a su manera pero...
- ¿No dejaras de joderme hasta que te escuché? - Pregunto con molestia- Anda habla, jode más mi existencia.
- Pero no hay nada más peligroso que el diablo con el corazón roto."
Ambas miradas tan peculiares chocaron al momento de terminar la frase, la del dueño del lugar llena de compresión; pero la ajena demostraba tantas cosas que no se podría describir.
"- Kimura va a entregar la baraja a una tarotista, compórtate.
- Evitaré salir."
El silencio empezó a nacer al momento que el tarotista observaba al pelirrojo caminar por la oscuridad sin rumbo, la pequeña espina de remordimiento empezaba a incrustarse en el de ojos llenos de galaxia a la vez que sus labios lo traicionaron sin medida.
"- Cuando el pequeño niño tenga diecisiete años, vas a salir de aquí."
Y finalmente la granada explotó.
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