Nro. 2~ La Bruja

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<POV. Narradora>

La bruja miraba atentamente a la chica, como si la estuviera escaneando para grabar cada detalle en su mente, mientras que la contraria se mantenia rígida e incómoda mirando a otro lado.

De pronto, para romper el hielo, la bruja decidió empezar suave con una pregunta simple.

-¿Qué se siente perderlo todo?-la bruja la miraba divertida, esperando su reacción-

La otra con semejante pregunta tuvo que retenerla unos segundos en su mente para poder formular una respuesta.

-Eh... ¿Qué demonios te pasa?, solo quieres fastidiarme maldita...

<POV. Skylar>

¿¡Y a esta que le picó?!, hablarme así como si la desgracia de mi especie fuera solo un infortunio que paso de casualidad... Argh.

Espera... Agh, ¡Mi cuello!, ¿¡Quien coño es ésta?!

Cuando pude ver bien, una cadena mágica rodeaba mi cuello, haciendo que el oxígeno disminuyera su flujo a mis pulmones.

-Agh...Maldi..ción...-no se porqué intento hablar, es peor-

-Oye oye, esa boquita tuya... para ser tan apetecible tienes un lenguaje que se esperaría de algo como tú...-una fuerza hizo que mi cara quedara cerca de la de ella, halandome como si fuera un perro- A mi no me hables así pequeña escoria, acabas de perder cualquier derecho que te quedaba, y si no querías llegar hasta acá,  podías haberte suicidado o entregarte a la ley. Y si tenías suerte, hubieras dejado el continente...

Me miraba con lo que llamaría, molestia y superioridad, pero no de esa que tienen las princesas egolatras, era de esas que te hacían saber que de verdad era alguien con quien no debias meterte. Quedé atónita, un miedo indescriptible pasó por mi espina dorsal hasta llegar a mis pies, tragué saliva y alejé mi cara de la suya, lo cual ella noto y sonrió de forma victoriosa... Qué bruja mas cabr...

Me di cuenta que la cadena había desaparecido, ya que mi cuello se sentía menos apretujado. Ella se levantó del asiento y se dirigió a la puerta, sin antes mirarme como esperando a que la siguiera, lo cual sin dudar más hice.

Pasamos por unos pasillos muy elegantes, hasta diría que de fantasía, la mujer caminaba al frente mio, sin emitir algun ruido aparte del de sus tacones, yo la seguía en silencio pues no quería sacar conversación.
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Cuando al fin llegamos a lo que parecía un lobby, ella me sujetó de la mano y me dijo que esperara cerca de un pilar, ya que buscaría lo que sería nuestro transporte.

Dios, soy yo de nuevo, si estás allá arriba, guardame un lugar que seguramente iré más rápido de lo que pensé.

Pasaron los minutos y la bruja no llegaba, estaba empezando a fastidiarme, pero entonces como un rayo ¡Pum! Es mi momento de escapar, no hay nadie en este lobby, es mi oportunidad.

La puerta principal no era una opción, quien sabe a donde lleva o si hay alguien que pueda verme y llevarme a un destino peor que el de ahora, entonces, será ver por los pasillos, rayos.
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No se cuanto llevo caminando, pero estos pasillos jamás se terminan, ni siquiera e visto a otra de las criaturas que estuvieron en la subasta, ya la bruja debió haberse dado cuenta de mi ausencia, pues planeaba salir mucho antes de lo que esperaba. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el tremendo golpe que me di contra una puerta, por alguna razón sentí que era diferente a las otras y que podría llevarme a donde quiero, afuera.

-Al fin, libertad...

Abrí la puerta y un negro profundo y escalofriante era lo que se veía tras la puerta, pero era mejor que nada. Entré y lo primero que vi fue una gran mansión, parecía la casa de algún humano famoso que seguramente murió antes de abandonarla, y por una parte lo entendía. El cesped era verde oscuro, al igual que las hojas de los retorcidos árboles que rodeaban la zona, vaya y yo que pensaba que estaría en medio de un bosque, o en un desierto, o yo que sé. Pero ahora que lo pienso, ¿Por qué no acabé en alguno de esos lugares? Ok algo no está bien...

《No Soy Tu Mascota》(Lesbianas) Leer Descripción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora