Otra vez. Sirius volvía a estar otra vez en la misma situación.
En realidad… Estaba mucho peor. Si antes su actitud se caracterizaba por estar absorbido en su mundo sin querer relacionarse con nadie, ahora era todo lo contrario, aunque no en el mejor de los sentidos.
¡Estaba insoportable!
Por la mañana podría levantarse como la persona más feliz de la tierra para que cuando llegase al Gran Comedor tuviera un humor de perros, nunca mejor dicho. El resto del día se asemejaba, tenía unos altibajos emocionales sorprendentes.
Aunque como buen merodeador observador James había comenzado a sospechar de lo que ocurría. ¡¿Cómo podía haber esta tan ciego!? ¡Si todo era muy evidente!
Había decidido poner todas las pruebas que tenía sobre la mesa, literalmente, ya que se encontraba en la biblioteca. Tenía todos los pergaminos con las pistas que había ido recolectando esparcidos sobre la mesa:
Primera pista: Las vacaciones navideñas con la familia Black.
Había descubierto desde el principio que todo el problema tenía un denominador común. Las vacaciones con los Black. Tenía claro que la fuente de todos los males de su amigo provenía de esas dos semanas con ellos. Por lo que tirando de ese hilo tan bien había atado, obtuvo su siguiente pista.
Segunda pista: La relación con Bellatrix Black.
Para saber en qué medida había afectado lo que había ocurrido en las navidades a su amigo, tenía que saber que o quien había sido la mano malvada que lo había provocado y esa era su prima. Sirius le tenía odio a su familia, pero sin duda a quien más detestaba era a ella. La loca de su prima, como el acostumbraba a llamarla.
Muchas veces se habían peleado, en clase, en los pasillos, en el Gran Comedor, en los jardines… Todo el mundo estaba tan acostumbrado a ellas que les ignoraban y eso que era imposible no escucharles. No era por quitarle razón a su amigo, que obvio que siempre la tenía cuando se peleaba con su prima, pero en ciertas ocasiones Sirius tendía a la teatralización y acababa siendo un espectáculo para todos los estudiantes, donde en más de una ocasión alguna maldición había sido lanzada.
Tercera pista: El comportamiento de Sirius.
Sabiendo lo conectada que estaba Bellatrix a su lado oscuro y lo a fin que era a lanzar maldiciones imperdonables. James llegó a la conclusión de que Sirius estaba bajo algún hechizo o aún tenía secuelas de lo que su queridísima prima le había hecho en las navidades.
Observando el comportamiento de su amigo, este tenía claro indicios de estar bajo algún tipo de hechizo controlador, además notó que este empeoraba cuando Bellatrix estaba cerca.
¡Imperius!
Había leído que algunas personas tras estar controladas por dicha maldición, solían mostrar algunas secuelas, su mente aun no estaba completamente liberada y podían estar presentes en cuerpo pero no en mente. Eso explicara porque su amigo no parecía el mismo.
Cuarta pista: El comportamiento de Bellatrix.
La pista definitiva se le había dado la misma delincuente. Una maldición como Imperius era un hechizo muy fuerte y que afectaba no solo a la victima sino al mismo mago o bruja que la utilizase. Bellatrix estaba sufriendo los efectos secundarios de su propia maldición de ahí que tuviera síntomas parecidos a los de Sirius. Mucho premio a la mejor estudiante el curso pasado, pero en realidad era nefasta.
Hasta los de primero saben lo que puede suponer utilizar maldiciones imperdonables.
James asintió satisfecho mirando sus pistas.
Bellatrix había utilizado la maldición Imperius sobre Sirius durante las vacaciones navideñas con la familia Black, seguro que para convencerle de que ignorase a sus buenos amigos Gryffindor y se plegase a los ideales y tradiciones de su familia.
Pero lo que Bellatrix no debió tener en cuenta fue que su magia aún no era lo suficiente fuerte como para utilizar tal maldición y que como consecuencia iban acabar afectados los dos. Por suerte para Sirius, James había encontrado varias pociones que podrían ayudarle a terminar con su extraña actitud. Si incluso se había colado en el laboratorio de pociones y se había llevado "prestadas" las que necesitaba. ¡Era por una buena causa!
Ahora solo necesitaba deslizar un poco de cada poción en la bebida de Sirius y este volvería a estar como antes y después ambos irían al despacho de Dumbledore a explicarle lo que Bellatrix había hecho.
¡Ay James! ¿Cómo puedes ser tan inteligente? Que estudiante se ha perdido Ravenclaw. No solo ha salvado a su mejor amigo sino que ha hecho que expulsen a su enemiga.
Que feliz era.
– ¿De qué te ríes? – Lily le preguntó al ver la cara de satisfacción que traía dibujada en su cara.
James le hizo un sitio para que se sentara a su lado.
– Lily he salvado a Sirius. – Con la mano le indicó que mirase a los pergaminos que había sobre la mesa.
Esta curiosa tomo varios entre sus manos y comenzó a leerlos. Abrió los ojos incrédula. James asentía, Lily debía estar sorprendiéndose al darse cuenta que mal tenía su amigo.
– No me lo puedo creer… – Dejo los pergaminos sobre la mesa.
Si es que no era por tirarse flores encima, pero su investigación era digna de un premio. Lily era muy inteligente, pero él tenía unas cualidades desarrolladas para llevar este tipo de cosas, por eso había decidido que cuando finalizase Hogwarts se haría auror.
– Pobre de mi buen amigo. – Dijo dramáticamente. – El sufriendo y solo yo me di cuenta de lo que ocurría.
Lily rodo los ojos.
– Lo que tú digas. – Se levantó de su asiento. – Por cierto una vez que acabes con tus investigaciones tipo FBI, ve a prepararte. Hoy es la cena de San Valentín.
Observó como Lily se iba y para cuando estuvo fuera de su visión recogió rápidamente sus pergaminos. Como bien había dicho su novia, hoy era San Valentín y le tenía un regalo preparado, así que debía de irse para ponerse guapo.
Mientras guardaba sus cosas recordó lo que dijo Lily.
FBI.
Rió.
Que de cosas muggles aprendía con ella.
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Tom_Riddle_Envidioso⏃
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«𝐑𝐨𝐣𝐨 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐢 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨»
FanfictionEl secreto que esconde Sirius hace que los Merodeadores descubran que los malos no son tan malos, los buenos no son tan buenos y no hay que infravalorar al que parezca débil. Además, la lucha contra la realidad de la vida adulta se complica cuando L...