Bellatrix no espero a que les dieran el permiso para subirse al tren cuando ya estaba sentada en uno de los compartimentos vacios. Estaba nerviosa, no podía ocultarlo y por eso apenas se despidió de Sirius. No quería mostrar a nadie su estado, hasta ahora la realidad que le esperaba en su casa era algo que lo veía desde una perspectiva muy lejana, pero en el momento que entrara en aquella casa… tenía miedo. Tenía miedo de no tener el valor suficiente de hacer lo que tenían planeado.
Cuando estaba con Sirius todo parecía muy sencillo, era como si solo tuvieran que salir de aquella casa y todo se solucionaría. Pero sospechaba que la realidad no iba ser tan fácil como este le aseguraba.
–¡Ya creía que te habíamos olvidado en Hogwarts! –Narcisa abrió sorpresivamente la puerta del compartimento y se sentó frente a ella.
Bellatrix no le dijo nada. Sinceramente quería estar sola y no tenía ganas de hablar con nadie, pero por otro lado pensó que debería pasar más tiempo con su hermana antes de irse. Se levantó para cerrar la puerta que había quedado abierta, puede que aprovechase el viaje hasta Londres para contarle lo que iba a suceder... Pero esta no llegó a cerrarse ya que una mano lo impidió.
Era Lucius Malfoy.
Este entró al compartimiento y detrás de él, lo hicieron los hermanos Lestrange y su primo, Evan Rosier, sobrino de su madre.
Resopló furiosa.
Lucius se sentó junto a Narcisa, y al lado de este lo hizo Rosier. ¡Estupendo! No hacía falta ser una adivinaba para saber quien la iba a incordiar todo el viaje.
Rodolphus le pasó un brazo por los hombros para llevarla contra él, ella le quitó el brazo contrariada. No ocultaba la repulsión que le causaba y en numerosas ocasiones le había demostrado su desprecio, pero en cambio a él eso parecía gustarle.
–Este fin de semana va a ser muy especial… –Lucius tomó la mano de Narcisa entre las suyas.
Bellatrix sabía perfectamente a que se estaba refiriendo, no solo sería su fiesta de compromiso sino también la de Narcisa. Rodolphus intentó imitar el gesto pero ella apartó su mano.
–No me toques.
–Rodolphus parece que tienes una fiera a la que domar. –Rosier bromeaba.
–A mí me gustan salvajes. –Volvió a intentar tener contacto, esta vez apartándole el pelo de la cara. –Veo que la nariz ha mejorado, apenas tienes derrame… ¡Black me las va a pagar!
Bellatrix volvió apartar su mano. Que hipócrita era, había sido él. Tenía que haber dejado que Sirius le diese una paliza.
–Nadie pega a mi prometida sin vérselas conmigo. ¡Ese traidor a la sangre no merece más que sufrir!
Todos rieron salvo Bellatrix, y Narcisa, que aunque no compartía la violencia que desprendían sus amigos, simplemente sonrió. Sabia porque Bellatrix no había abierto la boca, era conocedora de su amor esporádico con Sirius, pero creía que había sido eso, esporádico. Pero al ver como su hermana se levantaba de golpe y salía del compartimiento, sospechaba que aquello no se había acabado.
–Creo que se ha enfadado. –Musitó Rabastan.
–No entiendo porque. Es un traidor, no sé cómo no le han repudiado ya de la familia. –Contestó Rosier.
–Es nuestro primo. La familia duele, no lo entenderías. –Narcisa quiso quitarle importancia para no llamar la atención.
El resto asintieron, ninguno de ellos sabía lo que era tener un traidor en su familia. Consideraron que era normal que Bellatrix se comportara así.
ESTÁS LEYENDO
«𝐑𝐨𝐣𝐨 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐢 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨»
FanfictionEl secreto que esconde Sirius hace que los Merodeadores descubran que los malos no son tan malos, los buenos no son tan buenos y no hay que infravalorar al que parezca débil. Además, la lucha contra la realidad de la vida adulta se complica cuando L...