Dumbledore les citó en una taberna poco transitada en Hogsmeade, la de su hermano Aberforth. Una reunión de aquel calibre podía llamar la atención así que les dijo que si alguien les paraba de camino, comentaran que iban a un encuentro de antiguos alumnos. ¿Es que ese hombre pensaba que un mortífago se iba tragar eso? La mayoría, por no decir todos los que habían sido detenidos hasta ahora, eran slytherins, algunos muy conocidos por Bellatrix, así que estaba muy de que si les decía esa tontería sospecharían que pasaría de todo menos un simple encuentro entre antiguos estudiantes.
Las ansias de James hicieron que llegaran con el suficiente tiempo como para poder charlar con el resto. Aunque lo que se dice hablar, ella no tenia con quien hacerlo. Todos los que estaban allí eran mayormente gryffindors, algún que otro ravenclaw y un par de hufflepuffs. Ella era la única slytherin, por lo que como de costumbre era la oveja negra del lugar. Para su alivio Dumbledore fue bastante puntual.
-Bienvenidos... Me emociona ver que, aunque finalmente no forméis parte de lo que os voy a proponer, hayáis acudido.
El anciano se quitó sus pequeñas gafas y las posó sobre la mesa.
-Seré breve. No quiero quitaros vuestro valioso tiempo. Si estáis aquí es porque muchos de vosotros tenéis un presentimiento o una convicción de lo que se acerca, y ante la impasibilidad de los que nos deben de proteger he creído conveniente que seamos nosotros los que paremos el trágico destino que se augura para nuestro mundo.
Un murmullo se escuchó por la sala pero nadie se atrevió a interrumpir. Obvio que todos sospechaban lo mismo, había que ser muy ciego para no ver como los asesinatos se habían multiplicado.
-Se que tenéis dudas, también se que no será fácil y que correremos peligro. Pero no solo debemos salvar nuestro futuro sino también el futuro de las próximas generaciones.
Frank Longbottom levantó el brazo para preguntar, este y su esposa Alice, estaban esperando su primer hijo y al igual que James y Lily, para el mes de julio. Bellatrix nunca había cruzado más de un par de palabras con el matrimonio Longbottom, pero parecían buenas personas.
-¿En qué consiste exactamente lo que nos propone profesor?
Dumbledore se frotó las manos.
-En crear un grupo que acabe con Voldemort.
Bellatrix puso los ojos en blanco. Si antes creía que la idea era un autentico disparate ahora que lo escuchaba directamente de la boca de ese hombre lo creía más. Parecía que muchos compartían su idea ya que el murmullo que se formó tras las palabras del profesor inundo la sala.
-Esto es un suicidio. -Le susurró a Sirius.
Este no quiso contestarla, en los últimos días Bellatrix había estado día y noche diciéndole lo mala idea que era unirse a la Orden. Hasta ahora la había ignorado pero al escuchar las palabras de su antiguo director, ciertas dudas comenzaron a inundar su mente.
Marlene Mckinnon, fue la siguiente en intervenir. Sirius la observó con detenimiento, hacía muchos años que no la veía. Le alegraba verla tan bien, por lo poco que sabía de ella era que se había casado, esperaba que fuese feliz. Habían salido brevemente, tan breve como dos semanas, enseguida se dieron cuenta que lo suyo no tenia futuro. Además, al poco tiempo ocurrió toda su historia con Bellatrix y eso no hizo más que confirmarle que una relación con Marlene no hubiera perdurado.
Iba atender a las palabras de la mujer cuando sintió una punzada de dolor en su costado derecho. Bellatrix le clavaba la varita debajo de sus costillas.
-Podrías cortarte un poco por lo menos ¿no? -Le susurró clavándole más la varita.
Sirius apretó los labios para aguantar el dolor y a la vez para no reírse. Bellatrix estaba celosa. Estiro la mano para agarrar la suya y apartar la varita. Tomo aire aliviado al dejar de sentir presión. Cuando le quitó la varita tomó su mano y se la llevo a la boca para depositar un beso. Volvió a fijar su atención en la conversación.
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«𝐑𝐨𝐣𝐨 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐢 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨»
FanfictionEl secreto que esconde Sirius hace que los Merodeadores descubran que los malos no son tan malos, los buenos no son tan buenos y no hay que infravalorar al que parezca débil. Además, la lucha contra la realidad de la vida adulta se complica cuando L...