Entre Leones y Serpientes anda el juego

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La noche de San Valentín había dado para mucho. James pudo entregarle a Lily su promesa de amor a través de esa regalo especial y para su, aún incredulidad, había conseguido como que no quiere la cosa averiguar lo que le pasaba a Sirius.

Tras negarlo varias veces, ya que si así fuera, su amigo se lo hubiera dicho, tuvo que finalmente darles la razón a sus amigos y aceptar que Sirius se les había enamorado. Según le había contado Lily tenía todos los síntomas; No comer, estar irritable, estar todo el día en la cama, cambios de humor… Le sorprendieron esos síntomas, más que enamorado parecía tener algún tipo de enfermedad infecciosa. Por eso Lily sospechaba que no solo era que Sirius estuviera enamorado sino que la chica en cuestión no era reciproca a tales sentimientos. Así que eso podría cuadrar más con los síntomas.

¿Pero qué chica no estaría interesada en Sirius?

¡Si tenía a medio cuerpo estudiantil a sus pies!

James se había propuesto buscar a la chica y hacerle ver que Sirius era el mejor partido que podía encontrar en todo el castillo. Tras la negativa de Lily de que debían dejar a Sirius tranquilo, James la ignoró y decidió reunir a sus otros dos amigos.

– ¿No crees que nos estamos metiendo en algo que no es de nuestra incumbencia? – Puso en duda Remus.

James hizo un gesto con la mano para quitarle importancia.

– ¡Claro que no! ¿A que no Peter? – Peter negó rápidamente con la cabeza. – Lunático… Es nuestro deber. Somos sus amigos y debemos ayudarle. Pero si no estás de acuerdo puedes irte con Lily y darle la espalda a tu buen amigo Sirius…

Remus no estaba muy convencid pero finalmente accedió.

– Entonces... ¿En qué consiste tu fantástico plan?

James les había llevado a la salida del gran comedor. Una vez allí se sentaron en las escaleras desde donde veían la entrada al castillo y el acceso a las escaleras principales.

– Nos sentaremos aquí y observaremos a las chicas que podrían ser el prototipo de Sirius. No creo que sea muy difícil…

Remus rodo los ojos, ese plan no tenía pinta de que fuera a funcionar, pero hizo lo que James le decía y fue así como empezaron su tarde de investigación merodeadora.

– ¿Podría ser Mary McDonald? – James indicó a una chica de su mismo curso de Hufflepuff. – Es rubia… A Sirius le gustan las rubias.

Peter asintió y Remus se encogió de hombros. No tenía ni idea de cuáles eran los gustos de Sirius.

– Peter apunta su nombre como posible candidata.

Habían estado sentados allí por una hora, apuntando el nombre de varias chicas pero nada les decía cual podía ser.

– ¿Marlene Mckinnon? – Esta vez fue Remus quien propuso un nombre al ver a su compañera Gryffindor. – Fueron juntos al pasado baile de navidad.

James asintió emocionado.

– Podría ser... Recuerdo que Sirius estuvo detrás de ella varias semanas hasta que aceptó ir con él. Apuntala Peter.

Peter obedeció a su amigo.

– Chicos… ¿y esa? – Preguntó temeroso.

James y Remus miraron hacia donde indicaba.

– Peter esa sí que no, es Bertha Jorkins, si lo fuera yo mismo le lanzaría un Imperius a Sirius.

Los tres rieron, aunque Peter lo hizo más para que no la tomaran con el luego.

– Creo que ya tenemos bastantes candidatas. – Dijo Remus leyendo la lista.

James se la quitó a su amigo y la miró detalladamente.

– Amigos… puede ser que tengamos aquí el nombre de la futura señora Black. – Rió.

Una vez satisfechos con los nombres que habían seleccionado se fueron a la última clase que tenían ese día. Cuando finalizara habían quedado en una de las aulas de estudio para establecer cuál sería el siguiente paso de su plan.

La clase de Aritmancia había sido un autentico aburrimiento. Por un momento James había echado alguna que otra pequeña siesta. Su investigación le había dejado agotado, así que se merecía unos minutos de descanso aunque fuera en medio de una clase. Cuando la clase terminó, Sirius volvió a ser el primero en salir corriendo. Pero esta vez, eso a James no le importó. Cogió a sus dos amigos y los llevó a una de las aulas de estudio.

– Bueno chicos… después de descartar a varias chicas nos quedan dos gryffindors, una hufflepuff y otra ravenclaw. Yo apostaría por Marlene, de todas es la única que hemos visto con Sirius.

Teniendo una candidata en firme, comenzaron a planear su siguiente paso. James había propuesto desde prepararles una cena romántica… hasta encerrarles en alguna aula. Peter asentía a todo los que James decía mientras que Remus cuestionaba todo.

Sus ideas fueron interrumpidas cuando Lily se sentó juntos ellos.

– ¿Seguís estudiando? – Les preguntó extrañada. Remus le pasó la lista, esperando que al conocer ella de los planes de James pusiera un poco de cordura. – ¿Por qué tenéis el nombre de todas estas chicas?

James, dibujándoselo muy bonito, le conto lo que intentaban hacer.

– Lily… tu eres chica… quizás has escuchado algo. Entre vosotras habláis de estas cosas. – James puso una de esas sonrisas que sabían que a Lily le encantaban.

Pero en cambio, a ella esa sonrisa no le hizo olvidarse de lo en contra que estaba en interferir en la relación que Sirius tuviera o no con una chica.

– Yo no soy ninguna cotilla James. Además, las chicas no solemos alardear de nuestras conquistas.

Se levantó enfadada de la silla y le tiró encima a James la famosa lista.

– Y por cierto… Estáis buscando en la casa equivocada.

Lily estaba a punto de llegar a la puerta cuando James fue más veloz que ella y la paró.

– ¿Es que tu sabes quién es? – Le preguntó ansioso.

Lily se mantuvo firme.

– Tengo una ligera sospecha… pero no voy a ser yo la que os lo diga, tendrá que ser el propio Sirius.

Y dejando a James con la última palabra en la boca se fue.

James volvió a mirar la lista entre sus manos. Repasó el nombre de todas las chicas y fue ahí cuando se dio cuenta de algo que había dicho Lily. "Estáis buscando en la casa equivocada"

– ¡Es una slytherin!

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Tom_Riddle_Envidioso

«𝐑𝐨𝐣𝐨 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐢 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora