¡Estoy embarazada!

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El día de navidad era un día muy esperado para todos en el mundo mágico. En las pasadas semanas las detenciones de magos y brujas oscuras se habían disparado, el miedo se había instaurado en la sociedad y Voldemort ya no se escondía. Por eso la llegada de la navidad había supuesto una distracción ansiada para muchos. Esa fue la razón por la que ese año celebrarían tal ocasión en casa de Sirius y Bellatrix.

Una luz verde hizo iluminarse el salón de la casa, la chimenea expulsó de su interior a un joven mago que casi se cae de bruces al suelo al toparse con una de las decenas de decoraciones que adornaban el lugar.

-¡Remus! -Sirius acudió veloz a su encuentro. -Eres el primero en llegar. -Apartó la decoración con la que se había tropezado.

-Me gusta llegar con antelación. -Sonrió con timidez.

Sirius le cogió por los hombros.

-Vayamos a la cocina. Estoy acabando de preparar la comida.

Remus arrugó la nariz.

-Será mejor que recuerde los lugares que envían comida a través de la red flu. - Bromeó.

-Muy gracioso, pero cuando pruebes mi comida alucinarás. A Bella le gusta, y no creo que ella desaprovechara una oportunidad así para meterse conmigo. ¿No crees? -Rió.

-No sé... Siempre me pareció raro que consiguiera tolerarte. ¿No la tendrás bajo un confundus? -Continuó molestándole.

-¡Me ofendes! - Fingió estar dolido. -Eso solo fue una vez. - Sonrió pícaramente. -Pero no le digas nada. - Dijo atemorizado mirando por encima de su hombro. En su cuarto año, Bellatrix acabó recibiendo un confundus que iba dirigido a Snape. Estuvo varios días perdiéndose por el castillo.

Cuando entraron en la cocina un delicioso olor hizo que Remus salivase.

-Huele bastante bien. -Dijo impresionado. -Por cierto, ¿donde esta Bella? Le he traído este vino que tanto le gusta. -Le enseño la botella.

Sirius la cogió rápidamente.

-Se está acabando de preparar, ya sabes mujeres... -Abrió uno de los armarios y escondió la botella en el fondo.

Remus le miró extrañado.

-¿Qué haces? Pensé que le gustaría beberla en la comida.

-Desde que mi tío vive aquí a Bella le ha dado por darse al vino. Y sabes... Nunca pensé que tendría una pareja, pero ahora que la tengo me gustaría conservarla más allá del próximo mileno.

Tras sus palabras, Sirius volvió a su cometido en la cocina a la vez que él y Remus hablaban de cosas triviales. Unos minutos más tarde hacia acto de presencia Alphard.

-Joven Remus. -Dijo este a modo de saludo. -Un gusto verte de nuevo. -Le estrechó la mano.

-Igualmente señor.

Alphard se paseó por la cocina observando lo que su sobrino cocinaba.

-Me hubiera gustado que nos hubiéramos encontrado en mejores condiciones. La vida siempre es bastante injusta. -Se lamentó. -Menos mal que tengo a mi sobrino favorito. -Le dio un apretón en el hombro.

-Estoy seguro que todo se solucionará pronto. -Remus intentó animarle.

-Mis hermanos no están muy por la labor, especialmente la bruja de mi hermana. Y va con segunda lo de bruja. -Rió de su propia broma.

En ese momento entró Bellatrix que captó la última frase.

-Espero que no estés hablando de mí, querido tío Alphard.

«𝐑𝐨𝐣𝐨 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐨 𝐜𝐚𝐬𝐢 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora