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"— Los héroes mueren pronto."

Aquellas palabras de la capitana Vermilion no dejaban de rondar por la cabeza de Eren Jaeger, haciéndole pensar en ello cada vez que veía a sus compañeros.

Eren no podía dejar de observarlos como héroes admirables, luchadores que permanecían firmes ante las injusticias e incontables pérdidas. Pero, al instante de recordar las palabras de la capitana Irene, el miedo comenzaba a recorrer todo su cuerpo; y aunque en su mente trataba de alejar aquel pensamiento, porque no estaba de acuerdo con ello, siempre recaía en lo mismo: "Los héroes mueren pronto."

— ¿Te encuentras bien?

— ¿Eh?

Eren levantó la cabeza inmediatamente, cayendo en cuenta de los extensos minutos que pasó ensimismado.

— Estoy bien. — respondió el muchacho a Cathy Davidson, la mano derecha de la capitana Irene Vermilion y encargada del entrenamiento de ese día; ya que la presencia de la capitana Vermilion junto a la jefa Hanji Zoe, había sido solicitada por el comandante Erwin.

— No lo parece. — pronunció la pelinegra de intensos ojos azules, sin darle tiempo para replicar. — Entrenaste bastante hoy. Come un poco. — le ofreció una manzana, sonriendo levemente al atisbar el brillo que apareció en los ojos del muchacho al visualizar la fresca y deliciosa fruta.

— ¡Gracias, señorita Cathy! — exclamó el joven, sorprendiendo a la soldado al regresar a su energía habitual.

— Realmente tienes bastante energía, ¿Eh?

Cathy y Eren giraron hacia la voz de Vivak Khan, quién había regresado de la ronda de patrullaje junto a los demás miembros del escuadrón de contraataque.

— La juventud de hoy tiene mucha vitalidad, ¿No crees, Vivak? — habló Alfred con una sonrisa brillante de confianza y seguridad.

Emilio contuvo una risa burlona.

— El señor Alfred está dando a entender que está viejo. — susurró al lado de Johann, quién no pudo aguantar la carcajada.

— ¡Emilio Kagierman, te escuché!

El menor del escuadrón rió finalmente, siendo acompañado por Johann y Vivak.

— Alfred, fuiste tú mismo quién lo dijo. — pronunció el moreno de ojos oscuros, entre risas que dejaban atrás su fachada seria.

— Pero señor Vivak, usted tiene la misma edad. — le recordó la joven pelirroja de ojos ámbar, apagando las risas del hombre.

— Ya no es gracioso. — se cruzó de brazos.

— ¡¿Dónde quedó el respeto?! — lo apoyó  Alfred Zolezzi; mientras que Cathy los regañaba con la mirada.

— No te asustes, Eren. No siempre son así. — sonrió ella, pero el chico no se sentía preocupado; de hecho, verlos reír le hacía sentir en confianza, a pesar que solo llevaban unas semanas de conocerse; y eso le alegraba un poco.

— Oh, ya está atardeciendo. — señaló Johann; después de un tiempo, cuando cesaron las bromas y risas burlonas.

— Bueno, regresemos al castillo. Hoy es nuestro turno de cuidar a Eren. — pronunció Alfred con su característica actitud positiva; y aunque, en realidad, el término adecuado era "vigilar", él prefirió no hacer énfasis en ello para no abrumar de más al nuevo recluta.

— ¿El capitán Levi no estará con nosotros? — preguntó Eren, curioso por saber porqué el cabo Levi y su escuadrón no estarían acompañándolos esa noche.

Eterno RetornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora