— Recuerden, está será nuestra ubicación; justo detrás del escuadrón del cabo Levi. — señaló la capitana Irene en el plano que el comandante había entregado a cada líder de escuadrón. — Estaremos en la retaguardia, protegiendo a la fila central de los Titanes. — informó nuevamente, para no perder de vista ni un detalle. — No permitiremos que rompan la formación; y protegeremos la fila central a toda costa. — enfatizó; visualizando la determinación y concentración en los rostros de los miembros de su escuadrón.
— Esta expedición será muy arriesgada... — pronunció Emilio con gesto preocupado. — También tendremos que luchar contra el tiempo.
Sus compañeros asintieron con la cabeza, también estaban preocupados por ello.
— La distancia entre el distrito de Karanes y el bosque de los árboles gigantes es bastante extensa. — acotó Cathy Davidson, dirigiendo su mirada al mapa que la capitana Irene sostenía entre sus manos. — Podremos resistir, pero es muy probable que se nos terminen los recursos antes de llegar a nuestro destino. — expresó la joven soldado; demostrando su preocupación por la duración del gas, que les permitía movilizarse con el equipo de maniobras tridimensionales, y las cuchillas que eran capaces de cortar la piel de un titán.
— Hemos luchado en condiciones peores, podemos hacerlo. — pronunció Alfred con firmeza y seguridad en su voz, logrando brindarles confianza a sus compañeros.
Sin embargo, la realidad no podía cambiar. Todos eran conscientes del peligro inminente.
— Los árboles del bosque son bastante altos, el verdadero desafío será enfrentarnos a los Titanes sin ningún árbol o edificio cerca. — comentó Vivak al revisar las zonas que la Legión recorrería para finalmente llegar al bosque.
— Efectivamente. — dijo la capitana Irene. — Con la formación creada por el comandante Erwin, podremos evitarlos; y así llegaríamos aquí... — señaló al mapa, dando pequeños golpecitos con su dedo índice en dónde estaban ubicadas algunas ciudades abandonadas desde hace mucho tiempo.
— Algunos edificios de esas cuidades están intactos. — aseguró Johann. — Si los Titanes se agrupan en este lugar, tendremos más oportunidades de acabar con ellos. Aunque sería solo al principio.
— Incluso podemos desviarlos por este camino. — Emilio señaló las dos ciudades contínuas que estaban a poca distancia de la primera más cercana a la puerta del distrito de Karanes. — Pero solo serviría con los más tontos. — el chico frunció ligeramente el ceño. — Si aparecen excéntricos estaríamos en problemas.
— Exactamente. — pensó Irene en voz alta; mientras escribía sobre el mapa la estrategia que, junto a los miembros de su escuadrón, iba armando.
— La mejor alternativa sería seguir evadiéndolos. No olvidemos que debemos ahorrar el gas lo más que podamos, por si aparece un titán problemático. — recordó Alfred Zolezzi con severa expresión de alerta e intranquilidad reflejada en su rostro, la misma que invadía a sus compañeros de equipo al estar a solo cuatro días de tan peligrosa misión.
Todos tenían conocimiento de la amenaza que los acechaba en silencio. Estaban preparados, incluso para el peor escenario, y solo esperaban atentos y cautelosos el movimiento del enemigo; porque de lo que no había duda era que, en cualquier momento, irían tras Eren Jaeger.
— Sí... Definitivamente aparecerá uno.