Capitulo 11.

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Apenas termino de decir las palabras y mi mentón comienza a temblar. El rostro de Justin se encuentra neutro, sin expresión.

Juego con mis dedos mordiendo mi labio inferior y suspiro.

— Quiero seguir con mi vida... —Continuo ante su silencio.— Necesitaba cerrar este capitulo.

— Me parece genial... —Habla por fin. Su rostro al fin cambia y sonríe calidamente.

Una sonrisa tan calida y amable como desconcertante. No era lo que esperaba en lo absoluto, pero no iba a reclamar.
¿Acaso estaba esperando que el me rogara una oportunidad?
La idea en mi mente me dio escalofríos, eso era cruel de mi parte y muy egolatra.

— Supongo que esto será un adiós definitivo, Beverly... —Dijo el con una carcajada sonora que me llenó de angustia.

— Si... Así será... —Confirmo pero el malestar en mi interior me dió dolor de estómago.

Yo estoy bien, yo ya superé a Justin... Dejarlo ir por fin me librara de tanto mal.
Zac y yo podríamos seguir juntos sin que yo siga teniendo dudas de mis sentimientos, ¿verdad?
¿por que se sentía tan mal si lo estuve anhelando mucho tiempo?

— Es algo injusto supongo... —Habla Justin apagando el cigarrillo en la mesa, toma una donut de la mesa y me mira.— Tenia muchas ganas de saber de ti, me alegro ver que estas bien... —Dice mientras con una mano saca su billetera, con la otra pone la rosquilla en su boca y deja dinero sobre la mesa.

Al guardarla da un mordisco, su sonrisa de satisfacción cada vez me parece más desconcertante mientras el nudo en mi garganta crece más y más.

— ¿Ya te vas? —Le pregunto afligida.

— Si. —Responde a secas. Ni siquiera se molesta en mirarme.— Le dejas toda la propina a Morgana... Que te vaya bien, Beverly.

Murmura saliendo de la cafetería. Mi boca se abre al verlo alejarse de mi con tanta seguridad e indiferencia que me ahogué al respirar.
No, no, no. No era eso lo que quería.
¿Por que me estaba dejando?
Me puse de pie rápidamente cuando desapareció de mi campo de visión, ignorando el hecho de que aun quedaba una canasta de donut y mi café a medio tomar.

Segui su camini desesperada por encontrarlo, mi respiración me estaba mareando y mirar en todas las direcciones solo acrecentó mi hiperventilacion. Sentía cómo si en verdad estuviera perdiendo algo que siempre quise tener. ¿Por que no insistió? ¿Por que me dejo ir así? ¿Por que se alejó con tanta facilidad esta vez?

No, Beverly... Tu lo alejaste de ti.
Tu lo hiciste esta vez.
Me detuve en medio de la vereda rendida y avergonzada por dejarme guiar por mi mente, frustraciones y miedos aun cuando sabia perfectamente que no quería eso y me costaba admitirlo, sintiéndome más triste de lo que hubiera deseado.
Mi vista se nubló y un par de lagrimas cayeron por mi rostro al verme en esta deprimente situación.

Espere este momento tanto tiempo que ahora que lo tenia estaba vacía.
Justin se habia ido.
Y eso no alivió el dolor en lo absoluto.

× × × × × ×
2 semanas después...
× × × × × ×

— Hola preciosa... —Zac entró en mi cuarto y cerró la puerta a sus espaldas con una enorme sonrisa.

Aparté la vista de mi computadora para sonreirle brevemente, besar la comisura de sus labios y volver a redactar el informe.

— ¿Como estuvo el día? —Le pregunto en un suspiro sin dejar de escribir.

— Genial, ganamos el partido. —Presume acostándose en la cama.

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