Capitulo 19.

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UN MES DESPUES...

— ¿Estas bien? —Me habla Polly entrando al área de hospitalizados. Le sonrió en respuesta y asiento sin intenciones de hablar sobre mis emociones que día a día parecían desestabilizarse mucho más.— ¿Te gustaría comer juntas hoy?

— No voy a comer, Polly... Pero si quieres puedo acompañarte.

— Oye, somos compañeras de trabajo pero tienes mi apoyo... Estos días te haz visto bastante triste y no puedo seguir haciendo la vista gorda. —Suspira apoyándose en una de las jaulas.

— Prefiero no hablar de ello... Pero voy a estar bien, ¿si?

— Bien, si tu lo dices... —Se cruza de brazos y le hace cariño a uno de los perros que descansaba.

Ella se va de la zona y trago saliva para deshacer el nudo que se formo en mi garganta.

En verdad sentía que estaba perdiendo mi tiempo, solo quería terminar el año e irme lejos para ejercer mi carrera en otro lugar. Quizás me iría a otro continente para alejarme de todos de verdad.
Ha pasado un mes desde que Vanessa confesó su traición y yo no sentía que el rencor se fuera de mi cuerpo. Creí que Christian sería capaz de llamarme para remediar lo que pasó, después de todo ambos estábamos nerviosos y alterados pero no lo hizo. Eso fue un golpe demasiado duro para mi corazón.

Zac ya no tenia ninguna intención de verme o ser mi amigo, cada vez que nos tocaba compartir clase se sentaba lo más lejos de mi que podía, evitaba mirarme, hablarme y se iba del lugar en el que estaba si llegaba yo.

Era realmente doloroso pensar en como todo había cambiado, en la forma que se fueron de mi vida sin siquiera mostrar un interés por arreglar las cosas. Es cuando me doy cuenta de que jamás le importe a nadie en verdad, no hago falta aquí y no me necesitan.

Collette era la única que intentó remediar las cosas, de vez en cuando hablábamos pero nada es lo mismo, nuestro lazo estaba roto también y poco a poco ella se cansó de insistir en remediar lo que nos separó. No la culpaba, la verdad es que mi inestabilidad agotaria a cualquiera.
Era deprimente el vacío que se acrecentaba en mi interior.

No dejaba de pensar en todos, incluso en mis padres quienes luego de toda la mierda que me hicieron pasar, en todo el infierno que viví junto a ellos no parecían acordarse de mi existencia.
Pensaba en Justin de quien esperaba olvidarme pronto y no supe nada de él desde el incidente de la fiesta.

Transportarme a ese momento se me estaba haciendo costumbre. Recordar sus pupilas dilatadas al ver a Collette, su enorme sonrisa luciendo sus blancos dientes, su cabello comenzaba a crecer y su ropa reflejaba que no era el mismo que apareció en la casa de Christian cuando nos reencontramos.

¿Ese cambio fue por mi?
Trago en seco solo de creer que es una posibilidad.

Lo único que se mantenia en el tiempo eran mis sentimientos por Justin, pero solo me hacía daño.

× × × × ×

— Cuídate Beverly... —Dice Polly cuando abro la puerta para irme.

— También tu, nos vemos la próxima semana. —Me despido de ella y salgo de la clínica.

Las calles estaban más vacías de lo normal y debía ser por el frío clima que amenazaba con dejar caer una lluvia tormentosa.
Comencé a caminar a la parada del bus, no era capaz de usar mi auto porque mi mente me fallaba y me distraía con facilidad. Lo último que quería era causar un accidente.

Por primera vez en días deje de pensar en todo, caminaba viendo el suelo delante de mi siguiendo el ritmo de mis pasos con la mente en blanco. No sentía absolutamente nada y eso de cierta forma no me importaba.
Se que no esta bien, que debería buscar ayuda...

— ¡No inventes! —Una carcajada femenina realmente conocida llama mi atención.

Alzo la vista para ver las terrazas, en aquella cafetería donde fui con Justin se encontraba Morgana disfrutando de un café en compañía de mi ex novio.

Me quedé paralizada en medio de la acera, mirando como hablaban animadamente y no dejaban de sonreír. Mis ojos se detuvieron en Justin quien a pesar de su sonrisa tenía una extraña expresión en el rostro. Se veía tenso, molesto quizás y sus ojos mieles estaban oscurecidos en su totalidad.

¿Esta drogado? Pienso vagamente pero descarto la idea de inmediato.
Se supone que Justin había dejado las drogas.
Me removí inquieta cuando las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer.

Mire al cielo para ver como las nubes apagaban la ciudad y volví mi vista a Justin por última vez.
El movimiento rápido que hacía con su nariz me hacía sospechar más mi teoría, parecía que algo le molestaba en ella.

No es de tu incumbencia, ya vete. Me dije a mi misma y apretando la correa del bolso en mi hombro volví a caminar.
Al menos uno de los dos es feliz.

Al llegar a la parada tomo asiento para esperar el bus dejando salir un suspiro de alivio.
Espere y espere interminables minutos, los cuales se convirtieron en horas y la noche ya se habia adueñado de la ciudad al igual que una lluvia enfurecida.

Ya tenia frío, debido a que mi abrigo no era el más grueso de mi ropero y no tenía gorro. Si hubiera sabido que el bus no pasaría hubiera traído otro más abrigador.
Me distraje mirando la lluvia caer al borde de la calle, formando un río cada vez más grande al borde de la acerca.

Una luz logra llamar mi atención, ilusionada por qué fuera el bus me pongo de pie pero un auto se acerca a velocidad baja.
Trago nerviosa, no podía evitar tensarme y pensar que algo me pasaría pero mantengo la calma incluso cuando el vehículo se detiene frente a mi. Los vidrios polarizados no me dejan ver dentro, hasta que el cristal baja y me encuentro con los ojos de Justin que conduce y está inclinado en el asiento de copiloto.

Me quedo sin habla, puedo sentir como mi corazón late con fuerza y mis manos comienzan a sudar.

— ¿Quieres que te lleve? —Pregunta algo serio.

Niegate ahora.
La emoción creció en mi pecho, y suspiré logrando que una nube de vapor se formara frente a mi. Una sonrisa deprimente se posicionó en mis labios involuntariamente. Después de todo ya no quiero más guerra, solo quiero estar bien.
Haz lo que te deje dormir tranquilo por las noches... Recuerdo mis palabras a Christian por una milésima de segundo.

— No quiero molestar... —Digo con un hilo de voz, sabiendo que en el fondo, a pesar de todo aún anhelaba su compañía.

El se ríe negando. Apreta un botón que quita el seguro de copiloto y vuelve a su lugar.

— Sube anda, no molestas. —Su apacible voz me termina de dar el impulso.

Niegate. Basta, solo terminaras herida como siempre.
Con mis manos temblorosas abro la puerta y subo al auto. La calidez dentro de el me reconforta de inmediato y mi corazón late fuerte al ver mis acciones.
No voy a resistirme, no voy a negarme. Ya no tengo nada que perder...

Solo quiero tenerlo conmigo otra vez.

× × × × × ×

Muchas gracias por sus votos
y comentarios anteriores,
no saben la alegría que da y como
motiva a subir capítulos:')

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