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Era demasiado curioso y hermoso a la vez. Lo veía leer un libro en la biblioteca y de la nada sacar alguno otro y empezar a leerlo, no terminaba sus cosas era más bien estar haciendo muchas al mismo tiempo. Parecía un niño que no podía concentrarse y se distraía a cada rato de lo que debía de hacer, esquizofrénico pero nada violento. Eso era algo muy diferente a lo que se imaginaba de la gente como él. Valía la pena intentar.

—Hola— el más bajo le lanzó un mira rápida y cortó el contacto visual lo más veloz que podía — ¿Puedo sentarme a tu lado?—meliodas dudo un poco. Sus voces le decían que ella era mala y que seguro ella solo quería aprovecharse de él, pero ¿cómo confiar en cosas que solo te perseguirá a ti? ¿Cómo confiar en quienes te daban tal daño que sentías que te mataban por dentro?

—Claro — respondió en voz baja el de ojos esmeralda. Tomo algo de aire, controlo el pulso acelerado que había tomado su cuerpo y como una respuesta biológica a lo que sucedía dirigió su mirada hacia ella, ojos de diferente color, un mechón que la cubría y ropa normal. Volvió a voltearse cuando sus ojos se habían conectado y ella le había sonreído sin despegar sus miradas, no podía hacerlo...

MysticDonde viven las historias. Descúbrelo ahora