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¿Que había sido eso? Por primera vez en un tiempo meliodas se quedó completamente quieto admirando su mirada, no había voces, no había sombras, ni ojos rojos que se clavaban en su alma, solo una suave marea azul que mojaba y diluía cada miedo que estaba en su cuerpo. No escuchaba lo que decía por la obvia razón de que la música la tenía a todo volumen.

Sentía el corazón acelerado, sentía como un color rosado y un calor abrasador tomaba el control completo de su cuerpo y nuevamente, por primera vez en mucho tiempo su cara seria pasó a ser una delicada sonrisa ladina, una apenas perceptible pero una que ella logró captar al instante y la emocionó.

Quizá ella no es tan mala — pensó meliodas para sus adentros volviendo la sonrisa un poco más ancha.

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