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— ¿Puedo hablar contigo Elizabeth?— meliodas se tensó de inmediato cuando su madre llamó a su novia para hablar, nunca eran buenas las palabras que vinieran acompañadas de "hablar" podía significar que cortabas tu relación, que había un problema o que podrían regañarte 

— Claro señora. Ahora vuelvo mel — la albina no lo dejó hablar, solo le dio un beso en su mejilla dejando la tarea de lado y siguió a aquella mujer rubia afuera de la casa dejando a meliodas con mariposas en el estomago. Debía admitir que tenía miedo de que su madre hiciera algo 

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